Together [ Eaktrap ]

#19

-¿Porqué no le dices?
-¿Que le voy a decir a quien?
-A Towntrap, ya sabes, dile que te gusta...
-¡Deja tus ideas raras de una vez, Bonnie!
-Es que son muy obvios...
-Tú piensas que somos obvios, pero tal vez esa chica de ahí piensa algo distinto, todos tienen idi...ido... idio...idiomatonologías diferentes.
-Intentaste sonar intelectual, pero creo que intentabas decir ideologías... Además estas usando mal el término.
-Wey, no me digas que también eres así en persona...

Eak movió la cabeza en signo de negación mientras la calmada y espaciada risa de Bonnie hacía de fondo. No le gustaba admitirlo, pero él tenía razón. A veces actuaban de una manera en la que cualquier persona podría pensar raro de ellos.
Estaba con Bonnie -que por alguna razón no estaba con sus amigos- en una banca del comedor. Y estaba con él porque no tenía muchos más, Towntrap se había sentido mal aquel día y había faltado a clases. Como al principio se negaba a no ir, Eak le tuvo que convencer. Hizo una mueca de disgusto que le pareció realmente linda.
Sonrió al pensar en ella.

-¿Otra vez estas pensando en él?
-¿No puedo sonreír sin que creas que estaba pensando en Towntrap?-Bonnie se quedó callado y se le quedó mirando fijamente-Esta bien, si estaba pensando en él...
-¿Ahora entiendes porqué pienso que te gusta?
-Bueno, tal vez sólo un poquito...
-Parece que jamás lo vas a... Espera, ¿qué?
-Nada, yo no dije nada. Me aburrí de las clases, me voy a casa, nos vemos luego.

E Eak se fue corriendo casi tan rápido como el auto destartalado y viejo que lo seguía de cerca.

•

En cuanto llegó, dio un portazo.
Towntrap no estaba en la sala, ni en la cocina. Pensó que estaría dormido como un tronco.

Caminó instintivamente hacia su habitación y abrió lo suficiente para asegurarse de que él estaba ahí. Al mirarlo, se acercó lentamente y sin hacer ruido. Se quedó frente suyo y lo miró siendo tierno de sobremanera; despeinado, ojeroso y con las mejillas rojas del calor -por la mañana había tenido fiebre, así que no le extrañaba-. A pesar de verse tan enfermo, Towntrap le seguía pareciendo la persona más linda del mundo.

Sonrió antes de darse la vuelta e irse por donde había venido. En sus planes estaba ver una película, comer algo e irse al trabajo un rato después. Sin embargo antes de siquiera dar otro paso, algo le detuvo sosteniendo su muñeca.

-No te vayas...-susurró el pelirrojo. Por su voz aún parecía medio dormido.
-Tienes que descansar, carnal. Parece que te vas a morir.
-Descansaré sólo si estas aquí.

Towntrap se hizo a un lado y señaló el espacio vacío en su cama, haciéndole ademanes a que se acostara a un lado suyo.

-Tengo cosas que hacer...—Eak dudó mucho. Y si bien hace muchos años acostumbraban dormir juntos, eran tan solo niños. Ahora había un obstáculo.

Antes de que se pudiera ir, sintió cómo Towntrap lo tomaba de la mano esta vez para, luego, jalarlo con toda la fuerza que podía usar. E Eak cayó sobre el espacio vacío.

Antes de que pudiese decir nada Towntrap lo abrazó. Pasó los brazos suavemente sobre sus hombros.

No fue difícil adivinar que estaba delirando un poco con la fiebre, pero eso le importó muy poco.

Eak podría haberse derretido ahí mismo cuando su amigo acercó tanto la cara a él que pudo sentir como los indicios de barba que tenía le picaban la cara. Estaba intentando no pensar en nada, manterse frío...pero, al parecer, eso era imposible teniendo a su mejor amigo -que, naturalmente, sólo y únicamente era eso- a milímetros de su rostro.

De nuevo tuvo tentaciones. Colocó las manos en las mejillas de Towntrap y las acarició con delicadeza. Sintió un escalofrío.

—¿Y si me cantas algo?—susurró su amigo prácticamente en su oído.
—Ah... Claro—Eak, sin importar las circunstancias, se aclaró la garganta.— me echo la del perro negro. Ahí va.
—¡No Eak, esa no!
—Al otro lado del puente...de La Piedad Michoa- -
—Mejor no cantes.
—Como digas. Pero te vas a arrepentir, es una joya.

Towntrap se río en voz baja. A pesar de todo Eak seguía tan colorado que se podría haber visto desde kilómetros a la redonda. Tenía miedo de lo que iba a hacer.

—Town...
—¿Qué pasa?
—En realidad... Bueno, no estoy seguro seguro segurísimo. Pero creo que tú...—La voz le tembalaba. Estaba tartamudeando y tenía la leve sospecha de que iba a morir allí—bueno, es difícil explicarlo porque podría ser otra cosa, pero el caso es que tú... espero que nada pase si en verdad...
—Eak...
—¿Qué?
—Cállate. Quiero dormir.

Al oírle pensó que no habría sido un buen momento

—Perdona...—Y, reuniendo todo su valor, le besó la frente. Y se escondió en los brazos de Towntrap.—Descansa.
—Te quiero.
—Me gustaría que estuvieses enfermo todo el tiempo.
—A mi también.