#32

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—Este reloj se ve estúpido, solo a la gente pendeja se le ocurre comprar esta madre.
—Eak, esto lo compré yo.
—Ya lo sé.

El pelirrojo miró con mala cara a su amigo que, sin importarle nada, seguía riendo a carcajadas.
Parecía estar de muy buen humor aquel día, a pesar de que afuera la lluvia golpeaba el asfalto con mucha fuerza. Parecía, una vez más, que se caía el cielo.

Suspiró pensando en la noche anterior -y el porqué de la alegría de Eak- Pero, antes de que pudiera continuar reviviendo en su mente todos esos momentos, Eak habló.

—Oh, por cierto —dijo, frotando sus ojos y volteandose levemente para mirarlo a los ojos— renuncié al trabajo.
—Oh.—Towntrap miró a la ventana en silencio—...espera, ¿¡Hiciste qué!?
—Es que era una basura, y la verdad yo quiero algo más, aspiro a ser algo más grande y...
—Te despidieron, ¿cierto?
—...si.
—¿Porqué no me sorprende?

Eak se rió en voz baja para, después quedar en un silencio abrumador se tornaba cada vez más ligeramente incómodo.

—Y...¿ahora qué?
—No lo sé—Towntrap miró a otro lado en búsqueda de que su cara no pareciese un tomate. Otra vez.—No me puedo mover...
—Yo menos...me duele todo.
—¿Podemos faltar a la escuela?
—Porfavor...

Con cierta dificultad, Eak se giró levemente para poder alcanzar su celular, puesto en una mesita muy cerca suyo. Al desbloquearlo, notó varias llamadas perdidas y algunos mensajes de un número desconocido que...
Oh.

Abrió el chat solo para ver que se trataba de Bonbon.

'Hola Eak, no iré al colegio. ¿puedo ir a tu casa en unos diez minutos?'
'*su'
'Tengo que decirte algo...'
'A solas.'

'Eak'
'Llego en cinco minutos :)'

Miró. Ahora mismo estaba escribiendo.

'Ya estoy aquí!'
'Está abierto, voy a pasar'

El más bajo hizo todo lo que pudo para no dar un salto por el susto repentino. Aunque más que no querer, no podía darlo. Estaba completamente adolorido y sin ninguna clase de ganas de moverse mucho.

—En la madre...
—¿Qué pasa?—preguntó Towntrap que, al parecer, estaba bastante dispuesto a volverse a dormir.
—Bonbon está allá afuera, te explicaría, pero...—se oyó el sonido de la puerta —Bueno, parece ser que ya no está afuera pero...
—Espera, ¿¡Qué!?

—¿Eak? ¡Ya llegué! —se escuchó el eco de una bonita voz femenina desde el salón -si es que aquel sillón justo a un lado de la nevera se podía llamar así-

Hubo un momento de silencio de parte de todos.

—¡Está lloviendo muy fuerte, dejaré mi paraguas en la puerta!

Towntrap miró a su amigo con miedo, antes de notar que estaba bastante más relajado.
Intentó pensar en alguna cosa para que, al entrar a la habitación, se le pudiera dar alguna clase de explicación convincente del porqué los que ella conocía como amigos del alma, carnales, casi hermanos, estaban de esa....esa manera.
"Oh, Bonbon, tan sólo me acosté con mi mejor amigo de manera completamente heterosexual. Me encantan las chicas, me gustan tanto como le gustan a Eak"
Y entonces Eak diría "Obvio carnalita, mi compa y yo somos como hermanos, carnales de verdad, a mi me gustan las morras bien buenas como tú"
Bueno, tal vez Towntrap estaba sufriendo un pequeño desliz.

Bonbon miraba a todos lados sin saber donde diablos se había metido su compañero. Entrelazó sus dedos, nerviosa.
Se sentó en el aquel sillón azul lleno de remiendos y algo magullado que tenían mientras mantenía la mirada fija en las demás partes de la casa.

Together [ Eaktrap ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora