#7

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Era casi irreconocible la puerta del departamento. De por si había tenido que hacer malabarismos para que el portero lo dejara pasar a esas horas, donde no se veía nada por la oscuridad.
Eak suspiró de alivio al recordar que aquel día no llevaba cartera, porque en el trayecto del parque a casa lo habían asaltado prácticamente tres veces. Bueno, solo una, porque el primero se llevó todas sus monedas y al resto no le quedó nada. Se sintió bendecido de que no lo navajearan como en donde vivía antes.

Entró sigiloso al salón. Todo estaba oscuro exceptuando la mesa, iluminada por una lámpara pequeña. Se acercó a ella, para ver que había una nota.
"Si tienes hambre, dejé algo en el refrigerador. Caliéntalo solo 30 segundos para que no se seque tanto. Tómate algo para la gripe, hacía frío ahí afuera y no quiero que te enfermes.
-Towntrap"

En ese momento Eak sintió un pequeño atisbo de culpa. A pesar de todo, se seguía preocupando.
Town era demasiado bueno para él.

Sin hacer ruido, abrió la puerta de la habitación de su amigo y se asomó. Simplemente quería verlo.
Estaba quieto, casi echo bolita. Tenía el celular a un lado de la mano, a pesar de que siempre lo deja en la mesita a un lado de su cama.
Eak pensó que tal vez esperaba algún mensaje suyo.

Era verdad que regresó exageradamente tarde. Había ido al parque con Bonnie y, antes de darse cuenta, ya estaba anocheciendo. Había ido a dejarlo algo más cerca de su casa y luego había regresado solo. Y se quedó en una banca, mirando al cielo. Jugueteando con los tramos largos de pasto con los pies. Pensando si lo que había echo estaba realmente bien.
Pero, ¡Claro que lo estaba! Él siempre tenía razón.
Aunque en ese momento, había sentido que tal vez, y solo tal vez, podía estar algo equivocado.

Al mirar a su amigo tan ansioso, simplemente se sintió peor que antes. Se acercó unos pasos a él y acarició su hombro hasta que abrió levemente los ojos.

—Carnal, soy yo.
—Ah, Eak. Creí que...—towntrap bostezó—...nunca ibas a volver.
—¿Porqué crees eso?
—Por...por nada. Me alegro de que estés de una pieza al llegar a estas horas.
—Hey, ¿qué esperabas? Soy Eak—dijo, con una sonrisa en el rostro.
—Lo sé. Eso te hace increíble.—dijo entre bostezos antes de volver a cerrar los ojos. Así no pudo ver que su amigo se había puesto como un tomate.

Después de aquella pequeña plática, solo se fue y se tiró en su cama sin comer siquiera.
A pesar de todo, ya no estaba molesto. Había estado preocupado por él.
Eak se sintió agradecido de tener a alguien como Towntrap en su vida.
Le encantaba todo de él. Le gustaba.
Su personalidad, claro.

••••
*le tiran piedras encendidas en fuego*
Hoy va a haber doble capítulo 🌚🌚🌚

Together [ Eaktrap ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora