Imagino que Harry la convenció de que salir conmigo era mala idea, porque durante la siguiente semana no tuve contacto con ella. ¡Me alegro!
Me encontraba surfeando en la internet, sentada en el sofá, una lata de Coca-cola en mi mano izquierda, mi laptop en piernas y la voz Breaking Benjamin con “The dairy of Jane”, solo escuchaba ese tipo de música cuando ni papá ni mamá estaban en casa, a ellos no les gusta el Metal. Tocaron la puerta y tuve que salir de mi zona de confort para ir a abrir.
-¿Annie Morris? –preguntó en chico con un paquete en manos.
-Es mi hermana.
-¿Podría entregarle esto? –tomé la caja- Firme aquí, por favor. -No tenía dudas de que eran cosméticos. Papá y mamá estaban trabajando, Annie estaba arriba, en su habitación. Toqué la puerta, pero nadie abrió, nadie respondió. Volví a tocar, pero nada. Abrí la puerta, la cama estaba un poco desarreglada, pero todo estaba en orden en aquella habitación rosa. La puerta del baño estaba entreabierta, dejé la caja en una esquina de la cama y me asomé por el baño. Tirada echa una maraña de cabello castaño, gimoteando, no muy lejos de sus pies, una prueba de embarazo con dos rayas ¡Joder, soy tía! Levantó su mirada azul, sus mejillas rojizas manchadas de rímel negro. Con mano temblorosa, intento limpiar sus lágrimas, manchando también su mano. Me arrodillé junto a ella y la abracé. A pesar de que a veces la quisiera ahorcar con mis propias manos, es mi hermana, y por mí sentido empático, me dolía verla así. Ella no opuso resistencia, me abrazó fuertemente, era extraño, nunca nos habíamos abrazado. Su cuerpo temblaba bajo mis brazos mientras ella sollozaba silenciosamente.
-A veces fallan –no soy buena con las palabras, no sabía qué decir.
-Ya probé con cinco –dijo casi susurrando. ¡Ups!
-¿Se los dirás?
-No, yo… aún no. No sé qué hacer. Por favor, no se los digas. –suspiré.
-Pero debes prometerme que no se te ocurrirá la estúpida idea de abortar. Tú fuiste un estorbo, pero no te abortaron –me miró mal, yo fingí una sonrisa Colgate y ella rió. ¡Wau, Annie riéndose conmigo, esto es realmente extraño!
-No, no quiero hacer eso.
-Ya, toma una ducha, te hará mejor, créeme –Me puse de pie y la ayudé a hacerlo. Caminé hasta la puerta.
-Alex –volteé- Gracias –Sonreí y salí. Annie agradeciéndome algo, esto es aún más extraño. ¡Oh mi Dios, es el apocalipsis!
Los días y las semanas pasaban volando, Annie aún no decía nada a Lucy o a Phillip. Yo, mientras, seguía con mis escapadas con Louis… Hablando de escapadas, ese día estaba en una de mis usuales charlas boca a boca con Louis, pero el intensificó su ritmo. Estábamos sentados en el suelo de la azotea, el se inclinó sobre obligándome a acostarme, aún unida a su boca, probando con destreza cada centímetro de su cavidad bucal. Debo admitir que ahora besa mucho mejor. Estaba sobre mí sin hacer peso, apoyado en su brazo izquierdo, con su mano libre acarició mi estómago por debajo de mi camiseta, subió hasta el límite, sobre la curva más arriba. No sé qué me pasaba, pero no lo detuve, porque me gustaba. Inconscientemente mordí su labio superior, provocando un gemido de dolor con voz más ronca de lo común. Con su rodilla separó mis piernas y se posicionó sobre mi cadera.
-Louis –dije en su susurro. Él no me permitió seguir hablando, me calló con su boca, mientras nuestras leguas se danzaban en un particular ritmo, tomó mis manos y las llevó por encima de mi cabeza. Bajó su boca a mi cuello ¡Dios, esto está mal, pero se siente tan bien! Sus labios húmedos se movieron a mi oreja y luego de regreso a mi boca. Dejó caer su peso sobre mí. El aire me faltaba por el poco espacio entre nosotros, solo podía respirar el aire que bruscamente salía de su boca. Soltó una de mis manos y bajo la suya entre ambos cuerpos… ¡No! No puedo moverme, mi cuerpo ya se rindió, pero no sé si quiera hacer esto, aquí, ahora, con él. Su mano bajó por mis pechos, mi estomago, ¡Más abajo! Se detuvo en el pequeño botón de mi pantalón, bajo mi cierre y su mano lentamente bajó.
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KenDoll ( con Harry Styles)
RomanceMuere lentamente quien se transforma en esclavo de los hábitos, quien no se arriesga, quien evita una pasión, quien no arriesga lo cierto por lo incierto, quien abandona antes de empezar, quien se queja de su mala suerte, quien no viaja, ni lee, ni...