KenDoll ( con Harry Styles)

Capitulo 14: parte dos

...

-Chico, necesito que me prestes atención, que me mires.

-Cuando te pedí eso no lo hiciste, ¿por qué debería hacer eso yo? –dije acercándome a él.

-Porque lo necesito –susurro. Volteé dándole la espalda.

-Lo que tengas que decirme, lo dices y te largas –Me senté a orillas de la cama. Mi debilidad son los ojos. Temo que al mirar a alguien profundamente, pueda mirar lo que hay en mí, pueda hechizarme, temo e… El se arrodilló frente a mí. Y tomó mi barbilla con su mano.

-Por favor –y me obligó a verlo a esas esmeraldas resplandecientes. Sus pupilas se dilataron, su mirada cálida, ese brillo peculiar. Me hizo sentir tranquila, débil, hizo que mis defensas bajaran ¡Joder, no!

-Te odio –susurré en un suspiro. Como ese te odio que demuestra todo menos odio.

-Yo te amo –lo empujé. No, no, no, lo jodiste todo Styles, ¡Lo jodiste!

-¿Qué? Dime que estas bromeando, estás completamente loco. Cuando te dije que no te enamoraras de mí, lo decía enserio –Esto debe ser un sueño, una pesadilla. Despierta, Alex, ¡despierta!- Mis condiciones eran esas exactamente, NO ENAMORARSE.

-Perdóname por no controlar mis sentimientos –dijo irónicamente.

-Idiota, no esperes que te responda.

-No necesito que me lo digas, tu mirada me lo dijo todo.

-Pues serás un excelente oculista –rodé los ojos. Yo voy a tomar una siesta, no puedo seguir escuchando más estupideces- Sal de mi habitación –señalé hacia la puerta.

-Necesitaba hablar con Nathalie, decirle que lo nuestro no funcionaría.

-Genial, ahora te quedarás solo.

-Alex, dije que no quería ser tu amigo porque mis sentimientos hacia ti son más fuertes que una simple amistad.

-No vuelvas a decir eso –tapé mis oídos.

-Es la verdad. En estas últimas semanas, solo he pensado en ti, en cómo decírtelo, en cómo reaccionarías. No tienes idea de cuánto te extrañé, pero no sabía qué decirte, tenía miedo. Sé que me he comportado como un grandísimo idiota, pero lo único que quiero es estar contigo –Wau, me siento mareada, demasiado para un día.

-Eres tan cursi que irritas mis entrañas.

-Diablos, Alex, odio cuando te comportas así. Cuando no tomas nada enserio, lo odio, pero eso me atrae más a ti –volvió a arrodillarse frente a mí- Eres tan complicada, tan difícil, y amo eso –tomó mi cara en ambas manos- Te amo –me besó, sorprendiéndome. Yo estaba pasmada, no sabía qué hacer. Me gustó que me besara, pero estoy enojada con él. Estaba cayendo, poco a poco, me envolvía en su beso… !no! Me aparté.

-No me beses, no quiero que me beses, no quiero que seas mi novio, no quiero enamorarme. Eres un maldito idiota, me hiciste creer que no querías ser mi amigo por mí culpa, tenía ganas de matarte y enviarle tu cadáver a la innombrable con una nota diciendo métetelo por el trasero. Harry, te odié como nunca he odiado a nadie. Ahora ¿pretendes que te ame? –fruncí al ceño. Y me pareció estar viviendo una novela.

-¿Es tan difícil? –sus deslumbrantes esmeraldas me hacían perderme a mí misma en el abismo, en él.

-No quiero Harry, no puedo –Mierda, mi cabeza está dando muchas vueltas, siento que me voy a desmayar. El amor arruina amistades, siempre lo hace.

-Sí puedes –su mirada se intensificó- Sólo ámame –dijo con una sonrisa. Reí.

-Eres tan cursi.