Los exámenes antes de la víspera de navidad fueron fáciles, las vacaciones fueron fenomenales. Este año decidimos quedarnos en casa, nos visitaron algunos familiares, extrañé a mis abuelos, los padres de Phillip. Era otra navidad que no pasábamos juntos. Ellos viajaban hasta Manchester, pero luego de su muerte, nuestras navidades perdieron luz. Viajamos a Londres para año nuevo, queríamos pasar ese día junto a Danny. Lucy, Phillip, Danny y yo estábamos sentados en las mesas al aire libre de un restaurante italiano, no recuerdo su nombre, pero la comida era deliciosa. Unos chicos de la Universidad de Londres, compañeros de Danny, otros que ninguno conocía pero la fiesta nos une a todos, nos hacían compañía.
-Faltan cinco minutos –dijo Annie viendo su celular.
-Vamos, llega 2013 –grité. Las infinitas llamadas en mi celular de amigos, familiares, Annie y Louis, gente que no reconocí… pero ninguna de Harry. No he tenido contacto con él desde un mes y algunas semanas atrás. No podía negar que esperaba su llamada, recibí los últimos tres años hablando por cel con el tonto, pero este año sería la excepción. Los gritos y fuego artificiales me despertaron el instinto fiestero, ya era 2013. Abracé fuertemente a Lucy y hasta la besé, hice lo mismo con papá. Subí a la espalda de Danny y ella corrió entré toda la gente que celebraba el año nuevo allí. Una enorme alegría invadió mi pecho, un año nuevo, un nuevo comienzo. Estaba excitadísima. A pesar de no conocer a nadie más allí, abracé a todos los que pude, un abrazo desconocido no es tan malo. Papá nos abrazo a mamá y a mí, los tres mirábamos con lujuria los fuegos artificiales, parados junto al río Támesis que lucía oscuramente tranquilo. Grité toda la noche, tomando champagne, riendo con desconocidos. Papá me compró una cámara para navidad, con la cual tomé todas las fotografías que pude, a los fuegos artificiales de brillantes colores que estallaban sobre el Parlamento y el Big Ben, a los desconocidos con los que pasé un buen momento, a mamá, a papá, a Danny y a mí, al paisaje y a los compañeros de Uni de Danny. La magia de los momentos queda atrapada en las fotografías, yo quería conservar ese.
***
El día de volver a clases, luego de mi rutina mañanera, Phillip me llevó a Abbotsford. Al entrar todos parecían tan felices, hablando sobre sus experiencias navideñas, estaban contentos con sus vidas, no pendiente a la de los demás. Al final del pasillo, mis nómadas. El primero en recibirme de brazos abiertos, fue Zayn, me dio vueltas por el aire. Luego un abrazo cariñoso de Liam, los demás me despeinaron y llenaron mis mejillas de saliva. Fue un día muy divertido.
-Malik ¿me llevas a casa? –el me miró confundido.
-¿Aún siguen los problemas? –preguntó como si no entendiera.
- ¿Me llevaras sí o no?
-Claro –Malik era adicto al rap, así llegamos a casa, al ritmo de Chris Brown, Lil Wayne, entre otros, Ludacris.
-Gracias, Malik.
-No hay por qué, muñeca –Cuando su auto se movió pude notar el auto de Harry estacionado frente a casa, el salió.
-¿Y tú a dónde crees que vas?
-A tu casa ¿No puedo?
-No.
-Perdona, pero no vengo a verte a ti, vengo a ver a Annie –mi boca se entreabrió. Llevaba unos lentes oscuros, unos jeans negros apretados, una camiseta y una camisa mangas cortas, ambas negras. Su cabello estaba más corto, hacia atrás, sus risos ya no parecían risos, pero se veía bien. Sí, la temporada navideña le cayó muy bien.
-Sí claro, ahora tú y Annie son mejores amigos.
-Cállate y déjame pasar –no sé por qué, pero reí. El caminó hacia la casa, corrí y lo tomé del brazo, el me arrastro por los pequeños escalones. Mordí su mano– ¡Mierda! –gritó. Me haló del cabello y yo del suyo, era difícil, estaba más corto. De un momento a otro estábamos en el suelo halándonos las greñas, pero él no lo hacía con mucha fuerza. Yo reía frenéticamente, no sé por qué, tal vez porque, aunque sea por un momento, todo volvía a la normalidad. La puerta de la casa se abrió.
-Te dijera que eran ellos –dijo Annie mientras entraba devuelta a la casa. Harry soltó mi pelo y me ofreció su mano para ponerme de pie.Sonreía, yo también sonreí. Mierda, recuerda todo lo que pasó el año pasado.
-Hola familia. ¡Danny! –corrí a abrazarla.
-Alex –me apretó contra sí- ¿Cómo estás, pequeña?
-Un poco despeinada –reímos.
-Se nota. Hola Harold –lo abrazó- Veo que ustedes no cambian.
-¿Te quedarás? –mis ojos brillaron.
-Lo siento, pero no. Vine a visitar a la madre del nuevo miembro en la familia.
-Aún no sabemos si es varón –todos reímos- Estás preciosa ¿Quién es el galán?
-¿Tanto se me nota? –sus mejillas se tornaron rojas. Asentí.
-Se llama Gianluca, es italiano.
-Todo iba bien hasta que mencionaste su nacionalidad, esa gente no me cae bien.
-Espero que él lo haga.
-Con chocolates me compra.
-Hecho -rió- ¿Y tú? No me digas que tú y Harry ya… -mis ojos se abrieron como platos.
-¿Yo y Harry qué? –silencio incómodo en la sala. Y me sentía excluida, como si todos supieran algo que yo no. Estoy silbando, no sé nada.
-¿Aún no?
-¿Aún no? –repetí con el ceño fruncido.
-Olvídalo, cariño –le sonrió a Harry. Parece que ahora todos fuman la misma cocaína, debe ser pura de Colombia.
-Genial, me ducharé, espero que al bajar dejes de actuar tan extraña.
-Por cierto, los chicos de la Uni te envían saludos, tienes muchos admiradores.
-Lo sé – Subí a mi habitación, y mi cola me siguió- No dije que necesitaba que me tallaran la espalda.
-Debemos hablar –cerró la puerta detrás de sí.
-Pensé que no venías a hablar conmigo.
-Mentí.
-Siempre.
-Sí –dijo riendo y levantó su mano, mostrándome la pulsera- No la perdiste, te la quité cuando no me querías devolver el celular.
-No rompí ésta porque está muy ajustada y no sé dónde está mi tijera.
-Me alegro –dijo con una sonrisa.
-Escucha tú y tú maldita bipolaridad me están volviendo loca. No quiero hablar contigo, me botaste de tu apartamento, me botaste de tu vida, ni siquiera me has llamado. No hay de qué hablar.
-Tenía que hablar con ella, y si te quedabas no te callarías ni un segundo -dijo sobre aquel día en su apartamento- Tenemos que hablar.
-No me interesa nada de lo que tengas que decirme.
-No me iré con Nathalie.
-Qué bien, ya puedes irte.
-Chico, necesito que me prestes atención, que me mires.
-Cuando te pedí eso, no lo hiciste, ¿por qué debería hacer eso yo? –dije acercándome a él.
-Porque lo necesito –susurro.
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KenDoll ( con Harry Styles)
Любовные романыMuere lentamente quien se transforma en esclavo de los hábitos, quien no se arriesga, quien evita una pasión, quien no arriesga lo cierto por lo incierto, quien abandona antes de empezar, quien se queja de su mala suerte, quien no viaja, ni lee, ni...