Parte XIX

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Milo prácticamente lo llevo corriendo todo el camino, cuando llegaron a la puerta Izzi los estaba esperando con un puchero en sus labios junto con la mueca molesta de sus maestras.

_ Izzi!!!!!!

Milo la abrazo con fuerza girando con la niña en brazos, rio ligeramente mientras besaba la mejilla de su hermana, Aiden lo observo entre sorprendido y curioso, lo había visto sonreír con Sam aquella mañana y ahora nuevamente con su pequeña hermana. Eso le hacía pensar que Milo poseía un lado que no conocía para nada.

_ Perdón! Esa persona horrible me hizo quedarme después de hora, es toda su culpa.

Ambos observaron mal al profesor, Aiden sonrió ante la mirada de la niña que era igual a la de disgusto que el gemelo.

_ Pero... voy hacerles la comida para compensarlo.

Izzi volvió el rostro a su hermano de manera cómplice y luego de nuevo a Aiden, levantando una ceja y cruzó los brazos.

_ Si esta rica te perdono.

Aiden lo miro a Milo, definitivamente él había criado a esa niña. Las maestras rieron y se dieron la media vuelta entrando nuevamente a la institución no sin antes insistirle a Milo que llegara en horario o llamarían a sus padres. Comenzaron a caminar, Izzi le tomo la mano caminado entre medio de ellos y agarro también la mano de Milo, la niña miro la mejilla con el ligero hematoma y ladeo el rostro con curiosidad.

_ Que te paso?

Aiden sonrió de lado, Milo parecía contrariado y algo avergonzado, nunca lo había visto de esa manera a excepción de cuando le había causado el hematoma. Se preguntó si realmente estaba arrepentido de haberlo hecho, o solo no quería darle esa imagen a su hermana.

_ Mh... me ataco un perro salvaje, pero estoy tratando de domesticarlo.

Milo puso los ojos en blanco y todo rastro de culpa se borró de su rostro. Pasaron por el supermercado y compraron lo necesario, Aiden terminaría por hacerles unas pastas con salsa casera, le pareció apropiado ya que tenían un apellido tan italiano. Llegaron a la casa encontrando todo a oscuras, Milo sabía su hermano no volvería hasta muy tarde después de cenar, ya que Sam le había mandado un extraño mensaje de texto mientras estaban en la fila del supermercado.
Izzi subió las escaleras a su habitación para hacer la tarea dejando a los otros dos solos en el piso de abajo. Milo tiro la mochila a un lado caminando directo hacia la cocina mientras Aiden lo seguía, señalo el horno y levanto los hombros con indiferencia.

_ Imagino podes empezar sin mí, me voy a cambiar siempre termino roñoso en la cocina.

_ Los perros no pertenecen a una cocina o hacen desastres.

_ Cállate.

Aiden saco las verduras de las bolsas acomodando las cosas, pensó que sería inútil preguntarle a Milo donde estaba todo antes de que subiera, pero asumió que de cualquier manera el menor tampoco lo sabría, así que simplemente reviso las alacenas y cajones hasta encontrar lo que necesitaba. Milo bajo las escaleras a los pocos minutos con el cabello atado en un rodete, una musculosa que marcaba muy bien su cintura y pantalones negros tan ajustados que durante un instante Aiden se cuestionó no fueran calzas.

_ Si seguís usando esa ropa vas a quedar estéril.

_ Y yo que pensaba dejar mi semillita por ahí.

Milo agarro el delantal de margaritas colgado a un extremo y antes de que Aiden reaccionara se lo paso por el cuello.

_ Para que no se vaya a ensuciar tu.... bueno la ropa que traes ahora es una mierda.

Aiden bajo la mirada al delantal notando el horrible diseño que tenía.

_ Margaritas? En serio?

_ Preferías rosas?

_ Siempre me gustaron más los jazmines.

Aiden le quito las manos con el delantal y comenzó a desprenderse la camisa, Milo lo observo sorprendido preguntándose que pretendía notando por debajo una musculosa blanca de cuello redondo. Las mejillas de Milo tomaron color a medida que su torso quedaba al descubierto, sabía que Aiden debía tener un buen cuerpo debido a como le quedaba su ropa entallada y al hecho de que hacia grandes esculturas que requerían mucho trabajo físico, pero lo que no sabía y mucho menos se imaginaba era la atracción que le provocaría. Aquella musculosa blanca marcaba sus pectorales y dejaba ver bajo la fina tela una línea de abdominales, noto los músculos de sus brazos y sintió el impulso de apretarlos. Aiden se acercó a Milo apoyando una mano sobre su mejilla sonrojada, lo tomo de la cintura y lo pego un poco a su cuerpo.

_ Ahora puedo?

Milo sentía como sus mejillas ardían, apoyo la mano sobre el pecho de Aiden y noto su pectoral por debajo de la tela, pero abrió los ojos con sorpresa al sentir como latía su corazón. En todas las ocasiones su palpitar era calmo y lenta, incluso cuando se habían besado en la cama Aiden parecía tener un control absoluto, pero en aquel momento iba a un ritmo rápido, no tanto como el suyo pero definitivamente había aumentado. Y la idea de que Aiden podría estar de alguna manera nervioso lo hacía sentirse más inquieto a Milo y causar que su sonrojo fuera más evidente.

_ No... no voy a rogarte.

_ Ya no me interesa... solo quiero besarte y que no me golpees.
_ Al final... Vos me estas rogando....

_ Sos una princesita mala.... No me lo eches en cara....

Aiden acerco su rostro inclinándolo levemente, deteniéndose a tan solo milímetros de los labios del otro, tomo aire.

_ Puedo?

Milo se removió nervioso en el lugar movió los ojos alrededor cerciorándose que aún estaban solos y volvió la vista a Aiden.

_...Solo uno.... Ok?.... mi hermanita está arriba....

_ De acuerdo... solo uno.

Aiden soltó su cintura y lo tomo del cuello deslizando los dedos por su nuca, junto sus labios apoyándolos suavemente pero antes de continuar, levanto el cuerpo de Milo tomándolo de la espalda baja sentándolo sobre la encimera. Milo se aferró a sus hombros sorprendido sintiendo como las manos le transpiraban y temiendo por un segundo resbalarse a causa de eso. Aiden se acomodó entre sus piernas y término por apoyar ambas manos en los muslos de Milo, estirando el cuello para poder besarlo mejor acelero el ritmo, el otro aun lo besaba con extrema timidez alejando su lengua en vez de buscarla. Continuo besándolo hasta sentir que Milo comenzaba a quedarse sin aire, Aiden sonrió levemente y alejo un poco sus labios, rompiendo el contacto pero dejando su rostro muy cerca.

_ Realmente.... Solo uno?....

Milo lo abrazo del cuello apoyando la frente contra la suya permaneciendo con sus ojos cerrados. Aquel beso se había sentido tan bien, no quería alejarse aún.

_ Pero... tenemos... que cocinar...

_ Preferiría comerte a vos.

Milo abrió los ojos y rio levemente de una manera burlona aunque aún estaba completamente sonrojado y no tenía aquel aire de superioridad con el que siempre parecía estar a la defensiva.

_ Eso sonó... ridículo... como las frases patéticas de levante de los boliches....

Aiden sonrió de lado queriéndolo hacer reír como lo había visto en el salón con Sam y fuera del colegio con Izzi, quería ser capaz de conocer y provocar aquel lado de Milo.

_ Mmm si hace falta me convierto en perro para salir de paseo con vos poodle... algo así?

Milo rio con fuerza, Aiden lo observo de manera fija y por su mente solo pudo pasar el pensamiento de cuan adorable se veía y que quería estar cerca de él y como eso no lo sucedía hacia muchísimo tiempo con nadie. No pudo resistirlo ni quiso cuestionarse más y lo tomo de ambas mejillas juntando sus labios nuevamente, pero esta vez no fue lento, introdujo su lengua y buscó la otra, sintió el frio del metal del aro y como Milo se estremecía por ello. Inclino sus cuerpos por la encimera hasta que la espalda de Milo toco las alacenas.

_ Mmmh....

Milo intento alejarlo un poco pero aquel beso parecía bajarle sus defensas, comenzó a sentir calor por todo su cuerpo y pensando que pronto iba a notarse y aquellos pantalones se sentirían aún más ajustados, tomo un mechón de cabello de Aiden y tiro con fuerza de él. Aiden alejo su rostro y lo tomo de la muñeca soltándola hacia un lado, lo miro con disgusto incorporándose y dejando que Milo enderezara su espalda.

_ Primero una cachetada y ahora me tiras del pelo... realmente sos una princesa.

Milo lo miro ofendido, respirando de manera agitada con las mejillas color rosado y la piel de gallina, casi formando un puchero entre enojado y caprichoso.

_ Uno.... te dije... uno....

Levanto el dedo índice frente a Aiden apretando los labios, el mayor lo miro fijo y termino por sonreír sin ningún remordimiento, acerco sus labios a su dedo para besarle la yema suavemente.

_De acuerdo... cocinare.

Dijo tratando de sonar lo más decepcionado posible ya que realmente lo estaba. Tomo la tabla para cortar, agarro uno de los tomates que había limpiado mientras Milo se cambiaba y comenzó a picarlo. Milo lo siguió con la mirada sintiendo como su cuerpo aun ardía, se sentía completamente afiebrado e incapaz de moverse de donde estaba. Jamás había sentido aquello, Sam siempre lo molestaba con que eventualmente le pasaría pero Milo se había resignado a que quizás el sexo y esas cosas no eran para él. Se había dicho a si mismo que lo que sea que sintiera hacia su gemelo lo hacía incapaz de poder tener emociones por alguien mas. Pero viendo a Aiden de pie en su cocina, le hizo pensar que debía replantearse prácticamente todo lo que creía saber sobre sí mismo. Sacudió la cabeza tratando de no pensar en todo eso en ese momento y se concentró en ver al otro picar.

_ Tuviste que cocinarte cuando eras chico.

_ Leíste mi Wikipedia?

_ Te googlee hace años.

_Oh cierto... sos mi fan.

_Cállate, era tu fan, ERA hasta que te conocí.

Aiden tomo un pedacito de tomate y lo acerco a la boca de Milo, este la abrió y comió de su mano con un movimiento involuntario, de manera tan natural como si siempre lo hubieran hecho y de alguna forma ninguno de los dos se percató de ello mientras continuaban hablando.

_ Y que decía la internet sobre mí.

_ Dice que sos gay.

Aiden comenzó a reír dejando la cuchilla de lado para no cortarse, dio la media vuelta ladeando apenas el rostro.

_ Espero que mis padres no tengan wifi entonces.

_ También dice que creciste en un orfanato.

Aiden dejo de reír cambiando a una expresión más seria tomo un repasador de manos y las refregó limpiándoselas, para luego dejarlo nuevamente sobre la encimera.

_ Poodle, nadie te enseño a tener un poco de tacto?

_ Tenes treinta y tres, imagine lo habías superado.

Agarro otro un pedacito de tomate de la plancha para picar y lo acerco a la boca de Milo, pero cuando este la abrió le dio un beso rápido, para luego comerse el tomate.

_ Jamás lo superas realmente.

_ No te aproveches! voy a golpearte si seguís besándome.

_ No gano un poco de simpatía por huérfano?

_ Tks... No.

Milo continúo mirándolo y estiro su mano derecha agarrando el frente de la tela de la musculosa de Aiden para atraerlo hacia sí. El mayor camino hasta él dejándose llevar, colocándose nuevamente entre sus piernas.

_ Lo lamento. -Murmuro sonrojado.

Aiden pasó la mano por el cabello de Milo, deshaciendo su trenza con los dedos hasta quitarle los invisibles del pelo que la sostenía.

_ Que hay de tus padres?

_ Mmm... están por llegar y están ansiosos de conocerte.

Aiden palideció quedándose prácticamente petrificado, Milo rio divertido y con maldad haciendo que el mayor terminara soltándolo enfadado. Milo le saco la lengua mostrando aquel aro de metal antes de continuar hablando.

_ Ellos están de viaje, siempre lo están. No van a impedir que algo tan banal como tener hijos interrumpa sus carreras o sus continuas vacaciones o lo que sea que hagan. Cuando éramos pequeños teníamos niñeras pero me encargué de que ninguna quiera quedarse por mucho tiempo en la casa y eventualmente mis padres dejaron de contratarlas. Así que con Vito nos hicimos cargo de todo, solo nos dejan el dinero y pasan cada algunas semanas a ver si seguimos vivos, a veces se quedan un tiempo pero solo si el colegio o los vecinos se quejan de algo. Ya no me importa pero Izzi es pequeña y ella aún los necesita... y no entiende porque a sus amigos los pasan a buscar sus padres, o van a los actos escolares... fui a las últimas dos reuniones de maestros con la excusa de que mi mama estaba enferma.
Milo bajo la mirada quedándose callado, Aiden se acercó nuevamente y paso las manos por su cabello batiéndolo hasta desarmarle completamente las trenzas y alejándose cuando el otro intento golpearlo.

_ Idiota! No vuelvo a contarte nada nunca más! y deja de perder el tiempo, tengo hambre!

_ Milo... si seguías actuando así... no me iba a contener... iba a hacer que me tires del pelo, bajo otro contexto.

_ Sos un viejo pervertido...

Milo se estiro y cerrando el puño golpeo su hombro pero antes de que se alejara Aiden lo tomo de la muñeca y lo abrazo, apoyo el mentón sobre el hombro de milo y se quedó quieto junto a él. Milo lo miro de reojo y lentamente apoyo las manos sobre los hombros de Aiden apretándolos un poco.

_ Supongo que ninguno sabe cómo consolar... -murmuro Aiden.

_ O dejar que lo consuelen...

_... Ninguna de las dos cosas es fácil.

Después de finalmente terminar de cocinar y comer, Aiden lavo los platos mientras Milo recostaba a Izzi en su habitación. El mayor tomo su saco de uno de los respaldos de la silla del comedor y camino hasta encontrarse con Milo en los pies de las escaleras. Compartieron una mirada casi cómplice, uno no quería irse y el otro tampoco quería sé que fuera. Sin decir nada Milo fue hasta el sillón prendiendo la televisión mientras se sentaba, Aiden sonrió siguiéndolo y acomodándose a su lado.

_ Izzi dice que la comida estaba rica y estas perdonado.

El celular de Milo vibro en la cocina donde este lo había olvidado por completo, causando que no pudiera leer el mensaje de texto de Sam avisándole que Vito volvía rumbo a la casa.


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