Parte XXII

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Después de mucho consolarla Vito había logrado calmar a su hermana, la llevo dormida a lo de la vecina y volvió a la casa. Probó llamar a Milo varias veces, hasta que finalmente escucho el sonido seco del celular cayendo al suelo mientras vibraba. Milo lo había olvidado sobre la mesa de la cocina, había salido prácticamente histérico sin zapatillas ni un abrigo, ni las llaves de la casa y estaba lloviendo. Vito tomo aire y golpeo la pared sintiéndose como una basura, su carácter real y desagradable que siempre trataba de ocultar con Milo broto de manera casi automática cuando los encontró en el sillón.
Tomo ambos celulares e ignorando por completo el dolor en sus nudillos salió corriendo de la casa. Recorrió el barrio entero, fijándose en los lugares donde Milo podría estar, anduvo bajo la lluvia por lo que fueron casi tres horas. Se detuvo maldiciéndose a sí mismo por no haber pensado en Sam antes. Corrió las veinte cuadras agradecido de que al menos había dejado de llover, aunque su ropa ya se encontraba empapada. Se paró frente a una puerta y observo los timbres del portero eléctrico. Había acompañado a Sam hasta el edificio, pero no había subido con él. Saco el celular de Milo de su bolsillo para llamarlo pero estaba bloqueado.

_ MIERDA!

Observo la pantalla pidiéndole los cuatro números, probó con su cumpleaños sin éxito, el año de su nacimiento, los números favoritos de Milo, el número de su casa. Y al igual que antes se sintió un idiota por no haber pensado primero en ello. Marco 4994 y el celular se desbloqueó, solo había una cosa que Milo atesoraba más que ninguna "Izzi". Milo tan solo tenía cinco contactos: "Sammy, Colegio Izzi, Vecina, Casa, A" su gemelo ni siquiera lo tenía agendado o a sus padres. Observó la "A" fijamente sintiendo deseos de eliminarla pero en vez abrió el número de Sam para enviarle un texto.

"Estoy abajo abrime"

Miro la puerta y espero, le mando diez mensajes más hasta que finalmente escucho el sonido de la puerta abriéndose. Sam lo miro bostezando y por unos segundos tardo en reconocerlo.

_ Más te vale que sea cuestión de vida o muerte, estaba soñando que le enseñaba a Emma Watson como hacer "leviósa" cierta parte de mi cuerpo.

_ Podes no ser tan raro en este momento?!

Sam dio un salto hacia atrás sorprendido.

_ Vos no sos Milo!

_ Recién lo notas?!

Sam abrió la boca dispuesta a insultarlo, por más intimidado que lo hiciera sentir Vito eran las tres de la mañana, se había librado de él luego de pasar una de las comidas con el silencio más incómodo que había tenido en su vida y ahora de alguna manera había robado el celular de su hermano. Pero al verlo frunció las cejas, lucia desesperado, enojado empapado y fuera de si de una manera alarmante, Sam se movió a un lado de la puerta abriéndola del todo.

_ Pasa...

_ .... Sabes donde esta Milo?

_ No... Que paso? Estas pálido... me estas preocupando.

Todo el enojo y el impulso que Vito sentía se desinflo en un segundo, se quedó mirando el vicio pensando en llamar a aquella "A", pero realmente no quería saber si Milo estaba con el profesor. Sam lo tomo por debajo del brazo izquierdo a la altura del codo prácticamente obligándolo a caminar y pasar dentro del edificio, el gemelo camino por inercia arrastrando los pies, mirando el suelo completamente ido.

_.... Lo arruine todo....

_ De que hablas? ... Izzi está bien???

Caminaron subiendo el ascensor hasta el segundo piso, y por el pasillo al departamento. Sam abrió la puerta y lo guio al futon donde lo obligo a sentarse.

_ Izzi... está bien.... Pero Milo.....

Sam corrió descalzo hasta la cocina y saco un pack de hielo de la heladera. Volviendo al lado de Vito se lo dejo en las manos, obligando a tomarlo aunque Vito parecía no entender porque lo necesitaba.

_ Que paso con Milo!? Se pelearon?!

Vito apretó tanto el pack que Sam término por sacárselo temiendo que lo partiera y todo el gel azul se desperdigara por la casa.

_ Entonces que paso!? Podes hablar antes de que me dé un infarto!?

Vito lo observo fijamente, bajo la vista al suelo y noto por primera vez cuan estropeada lucia su mano y porque Sam le había alcanzado aquel pack de hielo con tanta urgencia. Levanto la vista y termino por simplemente decirlo.

_ Lo bese.

_ Ah, lo besaste.

Sam se miró las manos y tardo unos segundos en procesar lo que Vito había dicho, levanto el rostro de golpe y soltó el pack el cual cayó al suelo causando un estruendo.

_ Perdón.... QUE!?!

_.......................................Lo bese.

_..................Hay alguien a quien no beses?

_ Eso es lo primero que se te ocurre decir?!

_ No sé qué esperas que te diga, besaste a tu hermano!

Sam se rasco la cabeza despeinándose por completo, se imaginaba cuan angustiado y roto se debía encontrar Milo en aquel momento, en especial con lo raros que eran sus sentimientos hacia Vito. Nunca habían hablado al respecto, pero lo conocía hacía más de diez años y algo sospechaba. Suspiro sentándose en el futon junto a Vito, lo miro de reojo notando la hinchazón en la mejilla y por debajo del ojo.

_ Eso definitivamente fue Milo, si lo de tu mano fue contra su cara te echo del departamento.

_ Fue contra una pared.

_ Debes haber estado muy enojado con esa pared.

Vito flexiono una pierna subiéndola al futon para así sentarse de costado sobre ella, tomo aire profundamente y termino por apoyar la frente sobre el pecho de Sam cerrando los ojos con fuerza.
Sam levanto los brazos al instante como si lo estuvieran robando, separando los dedos con las palmas a lo alto respiro algo agitado por la incomodidad.

_ Estem.....-Palmeo dos veces uno de los hombros de Vito de manera robótica- ya...ya....

_ Sos peor que Milo consolando...

_ Bueno... no sé qué decirte... en listas de cagadas esta la mina que trato de retocar a Jesús y lo dejo como una empanada y vos le seguís.

_ Sam.... Cállate.

_ Entonces qué hago? Hablar es mi mejor cualidad.

_ Cállate y no sé abrázame?

_ Podría solo callarme?

Sam hiso una mueca que Vito no vio, pero completamente resignado se inclinó de lado terminando por sentarse frente a él. Vito sintió el movimiento y lo levanto de golpe, terminando por acomodarlo encima suyo con las piernas estiradas en el sillón a los costados de su cuerpo. Sam se sintió completamente incomodo sentado de aquella forma con un hombre y en especial con Vito, pero un leve temblor en los hombros de Vito lo hizo resignarse aún más a huir.

_ Nunca te tome por el tipo sensiblero.

_ No lo soy.

_ Uff se nota...

Sintió el pecho mojado y se preguntó si el otro estaría llorando o solo se trataría de las gotas de la lluvia de su cabello, pero no quería averiguarlo, la idea de Vito llorando en sus brazos le espantaba. Pasaron unos minutos en silencio, hasta que Sam ya no pudo sopórtalo y alejando su cuerpo comenzó a removerse como un gato intentando huir.

_ No quiero interrumpir tu crisis existencial... pero tengo que ir al baño.

Sam se levantó estirando las piernas y camino rumbo al baño antes de que el otro pudiera detenerlo nuevamente. Vito levanto la mirada y noto por primera vez que Sam estaba en pijama, vestía una remera blanca que le pasaba la cadera tan enorme que se le caía a un lado dejando un hombro al descubierto, y sus pantalones pijamas le sobrepasaban los descalzos pies, tenían un diseño celeste lleno de nubes esponjosas que parecían sonreír. De alguna manera ese ridículo pijama iba perfectamente con la rara personalidad del pelirrojo.
Sam salió del baño a los pocos minutos, se había atado el poco largo del cabello, los mechoncitos de pelo salían como un plumerito hacia todos lados. Le arrojo una toalla a Vito, la cual agarro en el aire.

_ Sécate un poco, queres café? Yo necesitaría una intravenosa de café...

Vito se levantó pasando la toalla por su cabello negro, tomo aire y trato de alejar sus pensamientos de aquella noche, camino detrás de Sam hasta la cocina mirando alrededor, el departamento era muy pequeño, tenía las paredes completamente en blanco y nada de decoración, pero apiladas de manera muy ordenada había algunas cajas con etiquetas como "Comics", "CDS", "DVDS", "Model Kits".

_ Te mudaste hace poco?

_ Queres la guía turística? Esto es una cocina allá está el sofá cama, y por allá el baño. Fin.

_ Vivís solo?

_ Realmente no ves nada más allá de tu ombligo no?

Vito lo observo de una manera tan intimidante que Sam dio la vuelta sobresaltado, poniendo agua al fuego y preparando las tazas con el café.

_ Mi mama consiguió trabajo en New York hace unos meses... y como es mi último año hubiera sido complicado irme con ella. Así que vendimos la casa y me mude, este lugar es más fácil de limpiar y barato, además es provisorio.

_ Está muy limpio.

_ No porque sea hombre tengo que ser roñoso.

_ Sos una ama de casa?

_ Si me estas imaginando con alguna clase de trajecito de mucama francesa vas a volver a la calle.

_ No lo hacía, pero no me hace falta imaginarlo tampoco.

_ ............................... El maid café, pensé que no habías venido.

_ Milo tiene fotos en su corcho.

_ Voy a matarlo.

_ Izzi tiene copias también.

_ ......................................................... Voy a matarme.

El mismo silencio incomodo que los había invadido durante su comida volvió a llenar el espacio nuevamente, Sam lo miro de reojo volviendo la vista a las tazas y suspirando. Apago el fuego sirviendo agua en las tazas sin darse cuenta que el otro lentamente se acercaba, terminando por quedar de pie detrás de él. Sam soltó la cuchara dentro de la taza sintiendo un escalofrió recorrerle la columna, alejando su cuerpo lo más que podía contra la encimera se dio la vuelta.

_ Por qué estás tan cerca? Planeas asesinarme? Porque no lo decía en serio, me gusta vivir por más que esté lleno de fotos mías con pollerita y portaligas.

_ Vas a echarme?

_...............................................................................La puta madre me intimidas demasiado... quédate.

Sam se deslizo a un costado tomando su taza de café camino lo más rápido que podía rumbo al living. Levanto el pack de frio del suelo dejándolo sobre la pequeña mesa cuadrada.

_ Emmh... Como está tu mano?

_ Como está la tuya?

_ De que hablas?

_ El corte de la otra noche.

Sam lo miro un poco sorprendido, Vito no le había preguntado nada al respecto cuando le alcanzo la remera, y se imaginó que el muy egocéntrico simplemente lo había olvidado.

_ Horrendo supongo. No puedo verla... con esa... costra de sangre ahí... y es mi mano derecha encima... Sabes lo esencial que es la mano derecha para un hombre.

_ Sos raro.

_ Hay cosas peores que temerle a la sangre... hay gente que se excita con el pan.

El gemelo lo observo ahora completamente desconcertado, pero le pareció más sabio no preguntar. Le tomo la mano dándola vuelta inspecciono la palma, el corte había sanado pero la piel alrededor estaba algo morada, y la cascara de la herida aún no había caído.

_ Está bien.

_ Ok, voy a confiar en vos en eso.

Sam ladeo la cabeza con fuerza intentando de manera determinante no mirar su propia palma, Vito frunció las cejas y soltó su mano sin comprender porque alguien tendría una fobia tan profunda. Busco su taza y se sentó en un extremo del futon mientras Sam lo seguía con la mirada.

_ Porque lo hiciste?

_ Que cosa?

_ Porque lo besaste?

Vito acuno la taza entre sus manos, no había probado un sorbo y ya no tenia deseos de hacerlo, el nudo volvió a su estómago con fuerza.

_ No andas con rodeos.

_ Es que tengo sueño.

_ Esta por amanecer y....

_ No cambies de tema, por algo te quedaste y no fuiste para tu casa.

_ No quería estar solo.

Vito le hablaba de una manera fría y cortante, la cual irritaba a Sam aún más, el otro no quería estar solo pero actuaba como un niño caprichoso.

_ Porque no fuiste con tu novia entonces?

_ Porque no podría pedirle que me consuele por esto justamente.

_ Milo es mi mejor amigo, no voy a ser parcial.

_ Tks, lo sé.

Sam termino su café dejando la taza vacía sobre la mesa, y agotado suspiro mirando a Vito de reojo.

_ Ok no queres decirme, me voy a dormir.

Vito estiro la mano deteniéndolo, pero termino por soltarlo de mala gana sin decirle nada.

_ Ajam buena charla... ayúdame a hacer la cama.

Desarmaron el futon por completo convirtiéndolo en una cama de dos plazas en completo silencio, acomodando las sabanas terminaron por recostarse. Sam apago las luces sintiéndose sumamente incomodo, se quedó mirando el techo, sabía que el otro estaba cerca y aunque sus cuerpos no estaban tocándose sentía el peso en el colchón. Milo se había quedado a dormir incontables veces pero Milo era su par, su mejor amigo, era como su hermano, aunque si Sam pensaba lo que Vito le había hecho a su hermano, Milo era otra definición de hermano, la definición normal. Además, no tenía que preocuparse de que Milo lo asfixiara con una almohada mientras dormía.
Vito sintió un golpe de una mano contra su estómago, removiéndose por el colchón abrió los ojos sintiendo el sol matutino irritarlo. Observo a los lados tomándole un instante recordar donde se encontraba, hasta que pequeñas nubes sonrientes en lo que parecían ser dos montañas le dieron un buen indicio. Sam estaba durmiendo boca abajo con sus piernas flexionadas y su trasero hacia arriba mientras babeaba de lado la almohada. Vito lo miro desconcertado, había dormido muchas veces con Izzi cuando tenía pesadillas, pero aquella niña inquieta ahora parecía inmóvil considerando lo enredado que lucía el cabello de Sam y como se encontraba su cuerpo completamente fuera de las sabanas y frazadas. Se refregó los ojos recordando haberse quedado dormido casi al instante que la luz se apagó, se inclinó acercándose a Sam, y tocando su hombro intento despertarlo.

_ Mhh... cinco minutos más Emma....

Vito puso los ojos en blanco, levantándose de la cama busco la mochila de Sam, tomando una hoja y una birome dejo una nota sobre la mesa junto con el celular y las llaves de Milo. Camino hasta la puerta y tomo el picaporte deteniéndose, observo hacia la cama y de manera rápida tomo la frazada del suelo para cubrirlo.

_ Gracias. -Susurro antes de irse.

Sam abrió los ojos casi una hora después, lo busco al gemelo con la mirada y suspiro aliviado al no encontrarlo. Había sido una noche extraña y muy larga pero al menos no había despertado con un cuchillo en el esternón, y su ropa seguía puesta. Camino hasta la mesa encontrándose con la nota, la cual solo decía "Dale esto a Milo"; asintió lentamente arrugándola entre sus dedos.

_ "Gracias Sam, perdón por despertarte a las tres de la mañana con mis problemas incestuosos. Gracias por dejarme quedarme aunque no seamos amigos, y sea un sociópata de mierda que solo piensa en sí mismo". Oh de nada Vito, ojala nunca se vuelva a repetir!

Termino por hacer un bollo con la hoja y arrojarla directo al tacho, nunca había tenido suerte, pero que ese gemelo se metiera repentinamente en su vida debía ser alguna clase de castigo cósmico legendario.

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