Parte XXVI

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Sam caminaba de regreso a su departamento sintiéndose agotado, había pasado una semana desde "el incidente" como le gustaba llamarlo, su amigo se llevaba a Izzi por las tardes y la dejaba por las noches con la vecina para que Vito la buscara al volver de las prácticas de judo. Milo pasó las primeras noches en su departamento y para sorpresa de Sam, había pasado los últimos dos días en la casa de Aiden. No entendía bien qué clase de relación tenían esos dos, o como podía ser que Milo pasara noches en su casa y aun así asegurara que no tenían sexo. Sam los observaba durante las clases de arte, nadie más parecía haberlo notado, pero Aiden solía guiñarle el ojo o sonreírle a Milo, causando que el otro se sonrojara ligeramente y le sacara la lengua. Y aunque al principio había tenido dudas sobre las intenciones "honorables" de aquel hombre, parecía hacerle bien a Milo y eso era todo lo que le importaba a Sam.

Por otro lado, Vito parecía cada vez más desencajado, la práctica de judo de esa tarde había sido especialmente demoledora pero Vito no había asistido. Él era el capitán del equipo y nunca faltaba pero era la tercera vez que lo hacía. Sam se sorprendió a si mismo por haber notado eso y durante toda la clase no pudo dejar de pensar al respecto. No era que ahora le importaba aquel gemelo, pero desde la noche en que se había quedado en su casa no podía evitar preguntarse como estaría y se odiaba a si mismo por aquello. Vito no era la clase de persona que quisiera tener como amigo, ni siquiera como un conocido, a decir verdad no lo tendría a Vito ni como su repartidor de pizza. Pero esa noche, con la mano destrozada y empapado estaba tan deshecho que hasta casi había parecido humano. Pero luego se fue sin decirle ni siquiera gracias y no le dirigió la palabra en ningún momento en todos los días sucesivos.

_ A la mierda... que se joda por incestuoso.

Murmuro rascándose el cabello rojo agitando hacia todos lados. Pasó frente a una cafetería y decidió comprarse un café para ir tomando mientras caminaba las dos cuadras que le quedaban hasta su casa. Entro cruzando la puerta de vidrio y los vio. Vito estaba con su novia "el esperpento" como Milo le decía, tomaban un frappuchino mientras hablaban, ella tenía la mano sobre la de Vito sonriendo con tranquilidad y Sam sintió una repentina lastima por ella. Ordeno y Pago su café, lo más rápido y disimulado que pudo, pero al caminar hacia la puerta Vito levanto la mirada y sus ojos se cruzaron, Sam desvió la vista al instante maldiciéndose. Sin mirar nuevamente hacia ellos despareció lo más rápido que podía.
Sam cerró su cuaderno con fuerza, debían ser las doce de la noche y no había podido concentrarse para terminar su tarea luego del encuentro y se sentía frustrado. Estiro sus brazos aun sentado cuando escucho el timbre de la puerta sonar. Se levantó de su asiento y busco el bate que guardaba debajo de sofá, un día de semana a aquella hora no podía ser nada bueno. Se acercó a la puerta y observo por la mirilla. Retrocedió sorprendido, definitivamente no era nada bueno.

_ Si viniste a matarme para que guarde tu secreto, no pensaba decirle nada a tu noviecita.

_ Abrime la puerta.

_ Como entraste!?

_ Me abrieron abajo.

_ ...... Dejan entrar a quien sea, así está el país.

_ Abrí la puerta Sam!

Vito volvió a tocar el timbre, golpeando la madera con el puño con impaciencia. Sam se aferró al bate con fuerza, observando por la mirilla como el otro caminaba a los lados como un perro al que habían echado de la casa, si no le tuviera tanto pavor, casi podría disfrutarlo.

_ Te advierto Vito que tengo un bate y se cómo usarlo!

_ ................... Sos tan raro.

_ Entonces para que viniste acá?

Sam destrabo la cadena y giro la llave resignándose, no quería continuar armando escandalo cuando los vecinos podían crearlo problemas por ello. Abrió la puerta dejando solo una rendija e interponiéndose, tratando de poner en claro que no estaba invitándolo a pasar.

_ Besaste de nuevo a milo?

_ No.

_ Entonces?

_ Quiero saber cómo esta.

Aquello no había sido una pregunta, sino una exigencia. Sam suspiro con hartazgo, odiaba encontrarse en el medio de todo eso.

_ Deberías preguntarle a él... si podes mantener una charla donde no lo toques.

_ Porque estas tan enojado?

Sam lo observo fijamente, Vito había ido a su casa en el medio de la madrugada, pedido consuelo y luego no le había hablado por lo que restaba de la semana, se lo cruzaba en las clases de judo y no lo saludaba, lo veía besarse por los pasillos con su novia como si nada pasara, lo había visto aquel día agarrado de la mano a ella... y al mismo tiempo sabía lo que le había hecho a Milo, no lo comprendía para nada. Era una persona agresiva, egoísta y caprichosa y le molestaba... todo sobre Vito le molestaba.

_ Porque usas a la gente. -Termino por decir.

Vito tomo su respuesta con sorpresa, retrocedió un paso mirando el suelo y prácticamente se abrazó a sí mismo, tomándose del codo con una de sus manos luciendo pensativo. Pero luego soltó su brazo y relajando el cuerpo nuevamente.

_ Bueno... es cierto.

_............ Sos un sociópata.

_ Todos usan a todos Sam, mis padres para que criemos a Izzi, mi novia para sus propósitos, incluso vos a Milo para tener un amigo, no existen acciones desinteresadas, ni relaciones.

_ Deberías hacer una película para Disney...

_ Me dejas pasar?

_ Ya te dije que no voy a hablarte sobre milo.

_ No quiero volver solo a mi casa aun, Izzi esta con Milo esta noche, pensé que estarían acá pero cuando te vi solo en la cafetería... deben estar con el profesor... no lo entiendo.

Vito había pronunciado las últimas palabras con un odio extremo, a decir verdad Sam tampoco lo comprendía del todo, por más que estaba confiando en el profesor, la idea de ellos tres jugando a la casita feliz le resultaba muy extraña. Pero aun así no estaba de acuerdo con aquel odio infantil de Vito.

_ Llévate a tu novia a un hotel no sé, no es mi problema.

Vito entrecerró los ojos y empujo la puerta, tomándolo a Sam desprevenido con la fuerza que tenía.

_ No te invites solo mierda.

Cruzo el umbral escuchando como detrás suyo Sam suspiraba con fuerza, pero cerraba nuevamente con llave resignado.

_ Estoy cansado para pelear.

Dejo el bate apoyado contra la pared, Vito observo alrededor sintiéndose extraño, recordaba perfectamente lo que había hecho la semana pasada, como había llegado y de la manera humillante que había llorado. Pensó que Sam les diría a todos en el colegio como su capitán de judo lloro como un niño, como no era la persona perfecta que siempre aparentaba, pero Sam no lo hizo y no podía comprenderlo. Sentía su mirada preocupada de cuando en cuando y aquello le inquietaba. Pensar en Sam incluso había opacado sus pensamientos hacia Milo, algo que su novia jamás había logrado en tres años. Lo siguió con la mirada, Sam era definitivamente raro y ni siquiera atractivo, su altura normal, aunque más bajo que los gemelos pero ellos eran realmente altos. Su cabello rojo no le resultaba nada atrayente y su rostro sumamente ordinario. Vestía en ese momento un pijama asumía de Batman, lleno de onomatopeyas de las escenas de lucha si mal no recordaba Vito, y algún extraño sujeto haciendo un paso de twist.

_ No tenes ropa normal para dormir?

_ Esta es mi ropa normal para dormir, ojo con lo que decís de Adam porque voy a agarrar a Lucille de nuevo y hacerte la gran Negan.

Vito lo miro completamente desconcertado y se preguntó porque había terminado en su departamento, lo había visto solo en la cafetería y deducido que Milo no estaría esa noche con él. Vito podría estar en un hotel teniendo sexo con su novia, pero se había ido y de alguna forma nuevamente aparecido frente a su puerta.

_ Sam.

_ Que queres ahora?

_ Están teniendo sexo?

Sam puso los ojos en blanco, camino por la habitación tomando el cuaderno de clases metiéndolo en su mochila.

_ Quienes?

_ Sabes de quien hablo.

_ La reina de Inglaterra? Si a su edad todavía puede la felicito.

Vito se acercó mirándolo fijamente, Sam frunció las cejas con curiosidad pero antes de que reaccionara Vito lo tomo de los hombros y arrojo su cuerpo sobre la cama. Se sentía cansado, molesto y sumamente irritado, quería alejar los pensamientos pero más que nada quería que Milo se sintiera tan traicionado como él lo hacía.

_ Tengamos sexo nosotros.

Sam lo miró perplejo recostado sobre la cama, como si un baldazo de agua fría hubiera caído sobre su cabeza noqueándolo.

_ De que mierda estás hablando?! tenes novia y soy un hombre y .... Perdón qué?!?!?!

_ Los hombres también pueden hacerlo.

_ Alguna vez lo hiciste con uno?

_ No.

_ Bueno yo tampoco, no me atraen los hombres pero quiero dejar bien en claro que incluso aunque me gustaran jamás y quiero decir JAMAS me gustarías vos Vito.

Vito se arrodillo sobre el futon que hacía de cama acercándose lentamente, Sam retrocedió hasta golpear su espalda contra la pared mirándolo con terror.

_ Que tenes en la cabeza?!

_ Quisiera vengarme de alguna manera.

_......Y quien sos Soraya? Dale empújame por las escaleras y decime lisiada.

_ De que estas hablando?

_ De que tenes mas problemitas de lo que pensaba! Entendé que me gustan los pechos, como los de tu novia... te acordas que tenes una?!!

_ Si y a ella también le gustan los pechos.

_ QUE!?!?!

Vito término de arrimarse sentándose frente suyo, Sam se abrazó a sus propias rodillas pero Vito lo tomo de las muñecas alejándole las manos.

_ La pasamos bien, tenemos sexo y salimos pero ella prefiere a las mujeres en realidad y su familia no lo aceptaría... no me molesta ser su tapadera después de todo yo prefiero a...

_ Tu hermano!?!

Sam se retorció con fuerza tratando de liberarse y sobrepasarlo pero Vito lo estaba acorralando contra la pared, se sentía totalmente arrepentido de haber dejado el bate fuera de sus manos. Que alguien con los impulsos de un niño malcriado pensara que podría ser su juguete vengativo era lo peor que le podía suceder.

_ Vito no se te ocurra hacerme nada!

_ Te vas a sentir bien.

_ ANDA A CAGAR ENFERMO!

Vito presiono sus muñecas, acerco su rostro al de Sam mirándolo fijamente, Sam intento removerse sin éxito y sin sentir que tenía otra alternativa empujo la cabeza hacia atrás y en un impulso lo golpeo con la frente. Vito lo soltó al instante llevándose las manos a la nariz con sus ojos llorosos.

_ Tenías razón eso se sintió bien!

Sam se alejó empujándolo a un lado y tirándolo del futon al piso. Vito se quedó en el suelo aun sin quitar la mano de su nariz, Sam se acomodó mirándolo desde arriba muy enfadado.

_ Andate de mi casa!!!...... mi...erda........................................... es eso sangre?

Había hecho sangrar su nariz con el golpe de su frente, podía ver las gotas color carmesí escurrírsele a Vito por entre los dedos.

_ Que esperabas si me golpeas tan fuerte!?!

_ ... Es.....es..stas..... gotean..do..... anda... al baño... cubrite eso!

Sam sintió una opresión en el pecho, y como le costaba respirar con normalidad comenzando a hiperventilar, su rostro estaba pálido mientras se hamacaba de manera involuntaria.

_ Cuál es tu tema con la sangre?

_ Debe... rias saberlo....

Sam se agarró la nuca con ambas manos, agachando la cabeza la coloco entre sus piernas, cerró los ojos con fuerza tratando de respirar lento sin éxito.

_... Me... conoces... desde... siempre... egocéntrico... sociópata... todos... en el... colegio... lo saben....

Vito se levantó y camino a la cocina para limpiarse, agarro un trapo y lo puso contra su nariz presionándolo, el golpe había sido bastante simple después de todo y no tardó mucho en dejar de sangrar aunque aún le dolía. Lo miro a Sam de reojo, no podía devolverle el golpe o siquiera sentirse enfadado cuando el otro se encontraba en semejante estado. Se limpió con agua sacando todo rastro de la sangre y volvió a su lado.

_ Cálmate ya está.

_ No... puedo.... Calmarme....

Sam temblaba con fuerza, Vito pasó la palma por su nariz comprobando que ya no tenía sangre. Se puso de cuclillas en el suelo frente a Sam, pasando las manos entre sus brazos para así poder llegar a su rostro, lo miro fijamente acercándose a él.

_ Idiota! ... te... dije... que... te alejes!

_ Te calmaste la última vez.

Sam lo miro con ira, pero sintiendo aun la opresión en su pecho, odiaba sentirse así y aunque aún iba a terapia para poder superarlo no podía controlar aquellos ataques.

_ Si no... me calmo.... enseguida... me soltas...

_ Ok.

Vito unió sus labios, Sam no podía creer que nuevamente aquel gemelo estuviera besándolo. Cerró los ojos con fuerza aun respirando agitado, tenía los labios fuertemente cerrados contra la boca de Vito. El gemelo se separó solo unos centímetros y Sam comenzó a negar con fuerza.

_ No...no funciono.... Te...di...j....

Vito junto sus labios mientras Sam hablaba, movió su boca contra la del otro separándola y busco su lengua. Sam abrió mucho los ojos y se aferró a la camisa de Vito sin poder razonar que sucedía, tomándolo de los hombros aun temblando. Vito empujo sus cuerpos, recostándolo sobre la cama mientras continuaba besándolo de manera más rápida y desenfrenada, se acomodó por encima suyo sin aprisionarlo. Sam inclino el rostro dejándose llevar, sentía la lengua del otro chocar contra la suya, y como los latidos de su corazón causados por el pánico disminuían. Estiro el cuello creando fricción entre sus lenguas, Vito se sorprendió de que el otro supiera besar tan bien, Sam no daba la imagen de alguien que tuviera mucha experiencia. El gemelo paso su manos por debajo del uniforme de Sam, tocando su ombligo cuando los dedos del otro lo detuvieron.

_ No... te...pases.... –dijo respirando de manera agitada.

_ Por qué no?

_ Por... que.... no!

Vito hizo una mueca de enojo, como un niño haciendo un berrinche. Aquel gemelo siempre había parecido el serio, el que estudiaba y cumplía las reglas, pero Sam comenzaba a darse más y más cuenta que solo era un niño grande que aparentaba comportarse como adulto.

_ Te calme.

_ Lo hiciste pero también lo causaste.

_ No lo hubiera causado si no me hubieras golpeado.

_ Entonces solo tenía que dejar que me toques aunque no quiera!?

_ Sería más fácil.

_ .................... Te hicieron analizar? Por qué Freud podría empezar toda una nueva rama de psicología con vos. Sexo con tu madre un poroto al lado tuyo!

Apoyo las manos contra el pecho de Vito removiéndolo de encima, se sentaron lado a lado sobre el futon en silencio mientras Sam pasaba la mano por su rostro secándose el sudor frio de la frente.

_ No pensé que supieras besar así.

_ .... Por favor... no hablemos nunca más de esto, quisiera poder olvidarlo, dejarlo en una cajita por mi cerebro, ahí donde uno guarda las cosas más humillantes que le pasan. Como cuando mojas la cama o te olvidas de sacarte el pijama a la mañana y vas así al colegio o la persona que te gusta te descubre sacándote un moco.

Vito continuo observándolo de manera incrédula sin escucharlo, Sam sentía su orgullo herido de tantas maneras que no podía descifrar cual le afectaba más, el beso, el intento de abuso o que lo creyera un inexperto.

_ Se besar! Déjame de mirar así, no soy virgen tampoco.

_ Entonces por qué no...

_ CON MUJERES.

Se quedaron en un profundo silencio, Sam lo observo sentado sobre el piso sin poder comprenderlo para nada, sin poder entender cómo demonios funcionaba la mente de Vito, pero estaba seguro de que no quería descubrirlo tampoco. Suspiro mirándolo de reojo, por su culpa había sido una noche extremadamente larga y complicada.

_ Te das cuenta todo lo que estás haciendo mal?

_...Tks me doy cuenta que no estoy haciendo nada bien.

Vito se incorporó y sin decir nada más abrió la puerta del departamento para cerrarla después de irse sin siquiera despedirse. Sam se recostó sobre la cama mirando el techo, era la segunda vez que el otro se iba sin decir adiós ni gracias, pero considerando todo lo que había sucedido, se sentía agradecido de que al menos se hubiera ido. Sintió un escalofrió recorrerle la espalda recordando cómo se había dejado llevar por aquel beso.

_ Necesito una bañera de agua bendita para purificarme.

Murmuro recostándose de lado y cerrando los ojos, muy seguro de que no lograría dormir en lo más mínimo.

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