Renesmee (amanecer part.2)

5º Renesmee: Acaricia inesperada

Regalo! Feliz fin de año y espero que este 2014 sea el mejor de nuestras vidas. (Seguro que os han dicho tantas veces esto que ya aburre) sin más demora aquí tenéis lo que tod@s queréis un besazo. Para mí ha sido un año horrible menos por una persona que me está ayudando con todo ya que dos familiares (mi padre y abuela) están en el hospital enfermitos y más cosas que no quiero contar así que besos y a divertirse espero que nunca perdáis la sonrisa.

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 "la rama de la vida poco a poco seguía arrancándose de sus entrañas en la tierra para llevarme al infierno por mi inmadurez y de lo único que me arrepiento es de lo mal que trate a Jacob y de no haber disfrutado de todo cuanto tenía"

Todo se organizó rápido mientras me encontraba tirada en el sofá demasiado triste como para levantarme y hacer algo productivo solo pensaba en un montón de cosas a la vez que no tenían sentido y lo que me preguntaba a mí misma era simple: "¿ Que me ocurre?"
-Vale ya está todo. Eh llamado al aeropuerto y tenemos un viaje hasta Italia a primera hora de la mañana, es el primero que tienen. Allá nos la tendremos que arreglar solos. Lo siento no es en primera pero nos servirá.
Dijo desde la cocina sin hacer ningún esfuerzo por gritar ya que le escuchaba perfectamente aunque susurrara. 
-No importa Jake, gracias.
Me levanté y fui a la caja fuerte de la habitación de mis padres. La contraseña era fácil... Escribí mi nombre en números. Nadie era tan tonto como para robar dinero a los vampiros Cullen así que no teníamos de que preocuparnos.
Cuando terminé de coger "La bolsita para necesidades" la guardé en el bolsillo de mi pantalón y me fui directa al garaje donde mis padres guardaban los autos. Solo quedaba el de mi papá: un Aston Martin. 
-Jacob!
Exclame efusivamente mientras cogía las llaves y el teléfono y busqué el número de un amigo muy útil de papá. Mi papá me lo había dado para urgencias y esta era una de las más importantes.
-Si?
Cogieron desde la otra línea.
-Hola, soy la hija de Edward cullen. Necesito que lleven un Aston Martin hasta la entrada del aeropuerto en Italia y si me puedes ayudar a llegar allá ante de mañana...
En la otra línea se quedaron callados.
-Como se nota que eres hija de tu padre... Pero podemos hacer muchas más cosas por ti por una suma de dinero razonable...
Me quedé pensativa y fue la primera vez que cogí la bolsita y conté el dinero.
-Oh, dios mío.
-Qué?
Preguntó el hombre del teléfono.
- Em nada... no se preocupe por el dinero tengo más que suficiente.
-Vale, la estaremos esperando en la puerta del aeropuerto allí se encontrará con uno de mis ayudantes con su nombre grabado en un cartel dese prisa nos largamos hoy a las 11.
En ese momento sin esperar mi respuesta, colgaron y guarde mi teléfono guardando con el mi dinero. En la puerta me esperaba Jacob con una cara extraña.
- De verdad vamos a ir con un desconocido a Italia?
La respuesta fue simple.
-Sí, no quiero esperar a mañana.

Miré la hora en el reloj de la cocina y aún eran las 10. En llegar tardaríamos medía hora pero quería llegar antes de la hora indicada.
-Vamos Jake tenemos prisa...

Le pasé las llaves y me fui directamente al coche al sitio del acompañante para poder pensar sin que me pudiese ver por el retrovisor.
-Que sepas que no estoy de acuerdo.
Arrancó el motor y puso rumbo a nuestro aeropuerto.
Cuando llegamos, después de un viaje en coche nada cómodo por el silencio.
Ya nos esperaba un hombre con mi nombre gravado en un cartón bien grande. Se acercó a nosotros.
-Tú debes de ser la hija de Edward, Renesmee tu padre me habló mucho de ti...
Dije que si con la cabeza.
-tu, chico, pásame las llaves del coche.
Jake puso los brazos cruzados y miró al hombre con desconfianza.

-Porque tendría que confiar en ellos? 

Dijo mirándome mientras apretaba los brazos y los puños. Yo me limite a asentir.

-No te pido que lo hagas.

El hombre sonrió y extendió los brazos y abrió la mano esperando recoger las llaves voladoras.

-Con una condición.

-Cuál?

Abrió la puerta trasera y me hizo una seña para que me subiera con el atrás. Le hice caso entrando la primera mientras el sujetaba la puerta y en ese momento fue cuando le tiro las llaves volando al hombre que subió corriendo al asiento del conductor mientras Jake se sentaba a mi lado cerrando la puerta. El coche arrancó en una dirección que parecía ser a ninguna parte (para un humano) pero yo y Jacob ya veíamos una mansión enorme y unas vallas que indicaban que allí dentro se cocía algo chungo. Al llegar el conductor nos miró.
-Bajar, en unas horas recuperareis el coche.
Hicimos caso y lo primero que vimos al bajar fue abrirse las puertas de la mansión y un hombre alto de pelo negro con unas gafas de sol dándonos la bienvenida.
-Tu eres Renesmee, la hija de Edward y Bella cullen verdad?
Acepté con la cabeza sin ganas de hablar. Jacob estaba tenso.
-En ti también tendré que confiar?
Dijo Jacob mirándolo con mala cara.
-Sí, mi querido licántropo. Mi nombre es Xavier.
La sonrisa del señor se me hizo cariñosa con muchos sentimientos hacia nosotros. 
-Hola Xavier. De que conoces a mi padre? Porque de pequeña me habló de ti?
-Pasar, este no es un lugar seguro para hablar.
Volvimos a hacer caso y subimos las escaleras casi volando hacia dentro de la estancia siguiendo a Xavier. 
-Tu padre y yo nos conocimos en sus tiempos de matar vampiros... como decirlo... ¿destructivos para la vida humana? Matábamos vampiros malos y salvábamos, por lo general, personas buenas especialmente mujeres... Trabajábamos por separado para abarcar más terreno un día discrepamos de una cosa, tuvimos pensamientos diferentes y fuimos por distintos caminos.
Suspiró llevándonos a la puerta trasera de su mansión. Una gran puerta nos separaba de un aeropuerto en toda regla con unos aviones extraños que jamás había visto ni en películas. Eran achatados por arriba y gordos por abajo.
En uno de ellos, una enorme puerta se estaba abriendo y el coche de mi padre, conducido por el mismo conductor de antes lo adentro en el avión sin ningún problema.
-Preparar todo, el avión despegara dentro de 5 minutos.
Dijo Xavier dejándonos solos. En unos minutos un hombre mediano con gafas de sol igual que su jefe (seguramente era su hijo por que se parecían mucho) nos guio hacia la entrada del avión. Fuimos entrando yo y Jake por un pasillo bastante largo hasta que nos encontramos con un cuarto con solamente una cama!

-Eh, perdone, solo una cama?

El hombre que nos acompañaba silencioso me miro y sonrió sabiendo lo que pensaba.

-Lo siento señorita, estos aviones solo soportan una cama dos serían mucho peso.

Suspire y seguimos andando hacia una puerta que estaba al lado.

-Más al frente está la cocina, si necesitan algo podéis ir a pedirlo al chef o camarero.

-Gracias.

Dijo Jake intentando ser amable.
Nos sentamos cada uno en uno de los sillones que rodeaban a una mesita quedándonos uno delante del otro pero mi mirada transcurría por toda la estancia.
Era una... sala (por llamarlo de alguna forma) enorme con una televisión de pantalla plana y un ordenador de mesa detrás de mí.
-Renesmee mírame.
Le hice caso y su mirada me dio de lleno en el corazón. Era triste, cansada...
- Si?
Murmure bajito suspirando.
-No sé ni porque estamos aquí rodeados de desconocidos!...
Soporte todo lo que me dijo callada hasta que terminó.
 -Ya? 
Pregunte y dijo que si con la cabeza  mientras me levantaba del asiento enfadada.
-Me podréis dar algún día un voto de confianza...? 
Susurre mientras me iba para la habitación y cerraba la puerta dando un golpe. Fui hacia la cama y me tumbe. Con el tiempo me quedé dormida y la puerta se abrió, despacio Jacob se acercó a la cama y se echó a mi lado.
-Solo queremos lo mejor para ti. Quiero confesarte que jamás te podré dejar sola y que confio en ti pero yo más que nadie quiero tu seguridad porque te... te... quiero más que nadie en este mundo aún más que tus padres y Seth... Te... te... 
Acarició mis brazos y de sus caricias me llegaban calambres por todo el cuerpo. 
-bueno... es mejor que te lo diga cuando estés despierta. Algún día de muchos que tenemos.
Fue lo último que dijo antes de quedarse dormido. Mi cabeza daba vueltas, no lo comprendía, aquel ser que se separaba siempre de mí como si yo tuviera una enfermedad contagiosa me quería...