Capitulo 3

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                                                                            Un nuevo comienzo

Era un bello atardecer. El cielo estaba despejado, el viento era leve y fresco. Había pasado una semana desde que Feralas había desaparecido. Ember estaba en la entrada de la cueva de la montaña, pensativa. Sentada allí, esperando y esperando. Sintiendo una gran desmotivación, nostalgia y vacio en ella. 

Ember: (Vas a volver, yo sé que si.)
Dio un largo y profundo suspiro, mirando al horizonte, contemplando las lejanas nubes.
Extendió sus alas y lentamente comenzó a volar hacia el pueblo. Sin prisa alguna, sin conseguir despejar su mente. Al llegar, vio que Lunarus había terminado la clase de entrenamiento con los demás. Ellos se dirigían a su carpa, ella quiso alcanzarlos pero la frenó el.

Lunarus: Ember ¿Dónde has estado? Desde hace días que no llegas a tiempo, hoy ni si quiera llegaste.
Ember: Yo... lo siento mucho, no he estado bien estos últimos días.

Lunarus notaba la interminable tristeza en la mirada de Ember.

Lunarus: Ember -suspiró- Entiendo cómo te sientes. Se lo horrible que es perder a alguien con quien has pasado tantos años a tu lado. Pero por más duro que sea, debes seguir adelante. Y por favor, trata de llegar a tiempo, aquí tenemos reglas, no lo olvides.
Ember: Si, lo tendré en cuenta.

Sin levantar la mirada debido a los bajos ánimos, caminó hacia donde estaban sus amigos. Daniela se dio vuelta al verla.

Daniela: Ember ¿Cómo has estado?

Dijo optimista, tratando de animarla un poco.

Ember: No muy bien realmente.

Ella no hacia contacto visual, estaba siempre mirando a un costado.

Owenat: Vamos, Ember. No puedes culparte por toda la eternidad por esto. Anímate...
Syrinx: Todo mejorará, tarde o temprano seguramente Feralas aparecerá.
Ember: Aun así no dejo de sentirme tan...incompleta. Tan sola.

Daniela se acercó a ella y colocó su ala en su espalda, ella empezó a hacer contacto visual con todos.
Daniela: No digas eso, nunca estarás sola. Nos tienes a todos nosotros aquí.-Dijo con una gran sonrisa.-

Ember esbozó una pequeña sonrisa de alivio.

Ember: Gracias amigos.

Finalmente, anocheció. 

Daniela: Bien, creo que es hora de dormir.

Ember: Yo... yo iré con ustedes en un rato. Tengo que hacer algo antes.

Mientras ellos se fueron a su carpa, Ember caminaba lentamente hacia el castillo de William. Estaba cerca, hasta que se frenó al ver que Cynder y Bleick volvían volando juntos, aterrizando cerca de su carpa. Los observaba reír, mientras entraban en la carpa amarilla. Se los veía muy felices juntos. Ember sintió un frio recorrer por todo su cuerpo. Mirando al suelo con los ojos cerrados. Pasó unos segundos así, hasta que exhaló un profundo suspiro y miró al frente, permaneciendo firme. Miró a su izquierda al castillo y voló hacia la ventana más alta. Reposó sobre el borde y contempló la habitación. El piso era a cuadros negros y blancos, a su derecha había una mesa con deliciosa comida y a su izquierda había un trono dorado con la tela azul. William se acercó a ella.

William: ¿Ember? ¿Qué sucede?
Ember: No quería decírselo a nadie más pero...voy a irme del pueblo.
William: ¿Es por lo de Feralas?
Ember: No, no es solo eso...sino que yo necesito un tiempo sola. Quiero encontrarme a mí misma.
William: ¿Estás segura de esto? -Suspiró- Esta bien, tienes mi permiso. Pero puedes volver cuando quieras.
Ember: Gracias.
William: ¿Quieres llevarte comida o algo así?

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