...
-¡¡Humana!!- una voz resonaba en su cabeza- ¡¡ABRELOS OJOS!!- Frisk abrió de golpe los ojos encontrándose nuevamente en la casa de Toriel, sin ninguna herida y como si hubiera acabado de llegar.
- ¡F-Flowey!, ¡estamos vivos! - grito de alegría la niña, pero algo detuvo su emoción, un dolor punzante apareció en una de sus mejillas. Toco con delicadeza su mejilla derecha, sintiendo una pequeña flor pegada a su cara ¿qué es esto?, pensó -¿F-flowey?-pregunto asustada mientras tocaba esa florecilla.
-Parece que m-moriste...- la pequeña miro perpleja a la flor. Si murió... ¿porque está aquí y estaba viva? claro, a excepción de esa pequeña molestia en su rostro. - para eso son esas estrellas brillantes, sirven como un punto de guardado, así que cada vez que mueras aparecerás al lado de la última estrella que hayas tocado... así como es en esta ocasión sucedió- Frisk simplemente no podía creer lo que le estaba diciendo, pero tal vez si tenía sentido. Así que Toriel la había matado, de solo pensar en eso un escalofrió recorría su espalda.
- No te p-preocupes, ella no recuerda nada, es como si no hubiera pasado... Solo nosotros podemos recordar- trato de reconfortar a la niña mientras sonreía un poco.
- E-Está bien...pero ¿qué significa esta flor en mi cara?, me duele cuando trato de quitarla. - hablo más calmada la pequeña.
-L-lo siento humana...p-pero no tengo idea...es extraño, a decir verdad- flowey miraba cuidadosamente la pequeña intrusa en la cara de la niña. Inútilmente, no le recordaba a nada.- dejando eso de lado, tenemos que aprender a cómo actuar con Toriel, creo que la mejor forma de escapar es cuando este dormida u ocupada en algo. En esos instantes trata de salir por la puerta que viste anteriormente. - Frisk asintió, y entró de nuevo a la casa.
Como paso la primera vez, la mujer cabra le ofreció un poco de su tarta, a lo que la Flowey le susurro que mintiera diciendo lo cansada que se encontraba por la larga caída, y así lo hizo Frisk.
Un poco frustrada, Toriel aceptó a regañadientes esta vez, y la llevo a una nueva habitación, no sin antes decirle que dejaría el pedazo de tarta a su lado para que lo comiera al despertar. Frisk solo asintió sonriéndole forzosamente, la mujer imito la misma acción, para después apagar la luz del cuarto antes de salir.
Al escuchar los pasos alejarse, la pequeña decidió salir de la cama lentamente junto con Flowey, sin mirar si quiera como era la habitación ante los nervios que tenía. Espero unos minutos, y al sentir el horrible olor proveniente de la cocina, supo que era la hora para escapar.
Corrió escaleras abajo de forma rápida, pero, para su sorpresa, al llegar a la puerta, frente a esta, estaba Toriel con una sonrisa torcida negando mientras observaba a la chica.
-Q-que niña m-más gro-sera.... ¿T-tratando de escapar? Jujuju.... sabia que no estabas dormida...- Flowey en un intento desesperado, salió del suéter, dispuesto a lanzarle unas semillas en forma de balas a Toriel- OH~~ ¿LA PLANTITA TE VA A DEFENDER? - las manos de Toriel se llenaron de llamas rojas, arrojándoselas a los chicos, la pequeña Frisk podía esquivar la mayoría de los ataques, pero ya se estaba cansando, mientras que Flowey se encontraba muy mal herido.
-¡¡MUERAN DE UNA VEZ!!- Toriel tuvo suficiente de esos dos compañeros, y lanzó una gran bola de fuego dirigida a estos. Ante el agotamiento, no podían escapar...así que se abrazaron esperando el impacto.
Y nuevamente el calor abrazador envolvió a los pequeños amigos, rompiendo sus almas en mil pedazos.
...
De nuevo junto a la estrella amarilla como si recién llegará. Y para Frisk, tres nuevas florecillas aparecieron, dos en su mano izquierda y otra en su barbilla. Un dolor proveniente de aquellas protuberancias asusto a la niña, pero no podía arrancarlas, parecían ahora parte de su cuerpo.
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La chica Flor [FINALIZADA]
Romance-Voy hacerlo, tengo que enfrentarlo - dijo la castaña determinada. A pesar de su estado, su alma seguía intacta. Era tan brillante como las gemas de Waterfall. -Cariño...-el esqueleto se rasco la cabeza, intentando controlar sus emociones. El no que...