Capitulo 2

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-...En donde estoy...- murmuro bajo la pequeña, mientras se levantaba lentamente de aquella cama, conformada por muchas flores amarillas.

No tenía miedo, pero algo en su interior le rogaba que no podía quedarse allí, tenía que encontrar una salida. Al mirar a su alrededor, se podía decir que era un tipo de caverna iluminada por unos diminutos rayos solares que apenas e iluminaban ese espacio.

Mientras caminaba pudo ver una puerta un poco vieja, así que corrió hasta ella, abriéndola rápidamente. Y para su sorpresa se encontró con algo mágico. Una pequeña flor dorada solitaria que se movía, temblaba para ser exactos. Miraba en dirección opuesta a la chica y parecía nerviosa.

-Umm...¿h-hola?- pregunto la pequeña acercándose de forma lenta a la florecilla. Este de inmediato volteo a mirarla. al principio su mirada era aterradora, provocando que Frisk retrocediera un poco, pero al detallar con cuidado a la niña, cambio a una más amable.

- Oh, hola, soy Flowey, Flowey la flor...y tú eres una pequeña humana, ¿no es así? - Frisk ahora un poco más confiada se acercó más a la extraña flor, acuclillándose a su lado. La flor la miraba un poco nervioso y confundido- ¿hablas? - volvió a preguntar. A lo que la niña asintió varias veces.

- Sí, Lo siento... si soy humana. Me podrías decir.... ¿cómo salir de aquí por favor? - dijo cortés mente a la florecilla, mientras le dedicaba una sonrisa.

- Claro que sí, p-pero tenemos que ser precavidos...- la chica escucho como unos pasos se acercaban hacia ella- oh no... ¡Es ella! - menciono la pequeña flor asustada, al tiempo, que, con una de sus raíces atrapaba un brazo de la niña- M-me esconderé aquí- afirmo flowey mientras se escondía debajo de la tela que cubría el brazo derecho de Frisk- estaré contigo así que no demuestres temor...c-confía en mí, humana. -fue lo último que la pequeña escucho.

Devolvió la mirada, nerviosa, hacia donde la flor miraba la primera vez, viendo como salía de allí una la cabra antropomórfica mucho más alta que ella. Llevaba una bata negra con un símbolo rojizo en el pecho. Su mirada se cruzó con la de Frisk.

- Vaya, p-pobre criatura...aquí sola y abandonada...- hablaba de forma suave, pero con un acento un poco macabro- ven, mi niña, te llevare a mi casa para que descanses....-tomo con fuerza la mano de Frisk, dejándola sin opciones para discutir, y adentrándola a un tipo de construcción abandonada - soy Toriel, l-la cuidadora de las ruinas, estas, están llenas de p-puzles algo peligrosos...así que déjame guiarte hasta mi hogar- Frisk no decía nada, solo observaba con cuidado cada habitación que pasaban.

Una llena de espinas, otras con lagos electrificados y por último, una con botones de colores. Mientras era llevaba por Toriel, visualizo como pasaban por un árbol totalmente negro y seco. - Toriel - por fin hablo la pequeña, llamando la atención de la mujer cabra.

-¿Qué s-sucede mi niña?- pregunto sonriéndole de forma torcida a la pequeña, cosa que incomodó un poco a Frisk, pero no le dio mayor importancia.

- ¿Por qué a este árbol no le crecen flores o frutos...?

Toriel de inmediato aparto la vista de la pequeña, parecía estar recordando algo muy triste, y un segundo después soltó inesperadamente a Frisk, dejándola confundida.

- ¡Oh es cierto! ¡Voy a preparar tu cuarto!, estaré adentro, no te demores mucho mi niña, aquí al frente es mi casa, tu nuevo hogar - y se fue apurada, a lo que Frisk dio un suspiro cansino.

-Vaya, eso no ha salido tan mal... - susurro la flor mientras sacaba su cabeza al lado de la de Frisk- tienes que tener cuidado niña, esa mujer ha estado demente por años, está enferma...pero te prometo que encontraremos la manera de salir de aquí - Frisk se limitó a mirarle, formando una débil sonrisa. Ella sabía que no podía rendirse, tenía que salir fuera como fuera.

– Mira, ¿vez esa pequeña estrella brillante al lado de la casa de Toriel?, tócalo cada vez que lo veamos- la niña asintió, mientras se acercaba a la pequeña estrella. Al tocarla, sintió como un calor recorría todo su cuerpo y su energía parecía haberse restaurado.

- ¿¡Que fue eso?!- pregunto a Flowey, el simplemente se encogió y miro a otra parte sin querer darle una respuesta, Frisk no le dio mayor importancia a su amigo, de seguro es algo que prefería no contarle a ella por ahora.

Al entrar a esa nueva casa, se percató de un olor un horrible que proveniente de su izquierda, llamando su atención. Al entrar en la habitación pudo observar una gran estantería lleva de libros polvorientos. Al lado de la antes mencionada estantería, había una chimenea y un sillón desgastado con un libro encima de este. Por último, diviso una mesa cuadrada con cuatro sillas viejas.

-Mi n-niña! ¿Qué haces aquí? .... ah, supongo que y-ya tienes hambre. Siéntate en aquella silla- apunto a la mesa- t-traeré un delicioso pie - en ese momento Frisk no tenía mucha hambre. Así que le dijo a la mujer cabra como se sentía, pero inmediatamente se arrepintió de hablar con sinceridad ante la reacción de la cabra - ¿¡N-NO QUIERES?! MALDITA MOCOSA... ¡¿ASI ME PAGAS POR HABERTE AYUDADO?!- Frisk se asustó por el cambio de actitud de Toriel, y corrió así, hacia el cuarto anterior de donde había llegado - ¡¡¡VUELVE AQUÍ!!! ¡¡¡MOCOSA ESTUPIDA!!- la chica temblaba de miedo, no sabía hacia dónde ir, ya que si se devolvía, no habría ninguna salida.

-¡¡Humana!! ¡¡baja por aquellas escaleras!!- al escuchar la indicación de su pequeño compañero corrió lo más rápido que pudo, bajando a gran velocidad las escaleras que se hallaban en la habitación principal al entrar. Corrió y corrió por un largo pasillo, hasta divisar una gran puerta morada. Y antes de llegar a la puerta, sintió como su espalda era incinerada por unas llamas rojas.

- ¡¡¡Agh....haaa!!!!-gritaba Frisk al sentir como las llamas consumían su pequeño cuerpo- f-Flowey...corre...-pronuncio la niña, tosiendo sangre. A lo que la flor salió de su quemado suéter mirándola con horror. 

La chica sentía como era arrastrada a una gran oscuridad a medida que cerraba sus ojos.

-¡¡Mantén tu voluntad, tu determinación humana!! ¡¡Recuerda que debemos escapar!!- fueron las últimas palabras que escucho Frisk, quien tenía sus pequeños ojos cerrados, escuchando como Toriel se acercaba a ellos.

- L-Lo siento...p-pero lo tenías merecido - y la oscuridad la consumió por completo.


(...)


La chica Flor  [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora