...
- Claro, ¿por qué no? Estoy aburrido. - bostezo indicándole a la chica que lo siguiera.
Mientras Sans caminaba, iba dejando unas huellas enormes, a lo que Frisk aprovecho para jugar saltando de agujero en agujero. La pequeña flor se sentía mareada por tantos saltos dados por la niña, pero bueno, al menos se divertía y no se deprimía, ¿no?, pensaba Flowey al tanto que se sostenía del suéter de la pequeña niña.
Sans le observo por el rabillo de su cuenca, era una escena que nunca había visto antes. Todo lo que conocía era el sentimiento de venganza hacia esa raza humana que los esclavizo, ser ordenado por los superiores, y golpear a algunos monstruos cuando estuviera aburrido.
Al verla más detallamente, le pareció un poco tierna su manera inocente de actuar ¿Acaso esa pequeña en verdad era un monstruo? No estaba seguro.... ¡Pero no podía pensar eso de un humano! ¡Estaba mal! sacudió sus ideas y prosiguió su camino, olvidando lo que acababa de pensar.
Finalmente habían llegado a la primera parada.
- Mi hermano está por llegar, escóndete detrás de esa lámpara con forma conveniente - Frisk no lo pensó dos veces y salió corriendo hacia aquella lámpara gigante enterrada en la nieve, escondiéndose junto con Flowey.
El sonido de unas pisadas más livianas se acercaba, y la voz de aquel ser tenía un tono mucho más agudo que la de Sans <<¿Qué nuevo monstruo podría haber llegado?>> se cuestionó la pequeña, llena de incertidumbre, y escuchando como uno de esos seres se quejaba.
Su curiosidad pudo más, así que observo por un momento como apareció un esqueleto mucho más alto que el anterior de entre los árboles, con un tipo de armadura negra conformada por botas y guantes rojos. Su vestimenta también destilaba peligro, por lo que agacho de nuevo su cabeza, abrazando a su pequeño amigo.
-¡Ahí estabas maldito vago!- grito el esqueleto más alto- ¿Por qué no estás en tu puesto de trabajo?... ¡INÚTIL!-Bufo, mientras que Sans se limitaba a mirarlo de forma perezosa. Frisk y Flowey alzaron un poco sus cabezas para observar aquella escena que se estaba desarrollando - ¡¡PODRÍA LLEGAR ALGÚN ASQUEROSO HUMANO Y TU NI CUENTA TE DAS!!- gritaba más alto ante la altitud despreocupada de más bajo.
-Cálmate Papyrus, que si estoy haciendo mi trabajo~- le miro de forma asesina- ¿acaso quieres comprobarlo? - la chica noto como su mirada se cruzaba con la de Sans. Este sonrió con malicia, provocándole escalofríos a la pequeña- Creo que esa lámpara podría solucionar tus problemas ¿No lo crees? -guiño su cuenca a Frisk, quien le miraba perpleja - Hermano, créeme.- la respiración de la niña se entrecorto, mientras que su amigo murmuraba maldiciones al esqueleto chaparro.
-¡¡DEJA TUS ESTÚPIDAS BROMAS DE LADO!! Sabes que las detesto...-gruño furioso el más alto- ¿sabes? Si no fueras tan inútil, podrías ser mi compañero en la guardia real - puntualizo, un poco más calmado- En fin. Iré a calibrar mis trampas y puzles. Esperó tengas algún reporte bueno está vez, pedazo de basura – Papyrus empezó a alejarse, soltando uno que otro insulto al aire hasta perderse de vista.
Frisk respiro ahora con más calma, Flowey extrañamente estaba sudando, de seguro esperando lo peor ante las gracias de ese esqueleto.
- Ya puedes salir, pequeña humana. - oyeron la voz calmada de Sans. Con algo de desconfianza, Frisk salió de su escondite lentamente, y acercaron a monstruo mientras que la tormenta de nieve parecía perder fuerza, iba desapareciendo poco a poco.
-¡Gracias Sans!- se acercó la pequeña al esqueleto-bueno....¿m-me podrías indicar qué camino tomar?- suplico Frisk mientras bajaba la mirada.
El esqueleto miro a la pequeña niña de forma confusa <<¿es enserio?>> se preguntó y suspiro tranquilo, apoyando su esquelética mano en el hombro de la chica, acción que provoco que la flor y la niña lo miraran.
- Hehe....veras, si sigues este camino recto, te encontraras con las trampas de mi hermano, pero es el único que hay para llegar a un pueblo llamado Snowin. - la niña le miro un poco desilusionada, con sus mejillas rojas por el frio, y haciendo pucheros. Esto provocó un revolcón a esos nuevos sentimientos extraños en aquel esqueleto.
- Hee..., No te preocupes, niña. Yo te ayudare a sobrepasar sus trampas. - Flowey puso los ojos como platos ante lo dicho por Sans, no podía creerlo ¿Cómo podía creerlo?
En cambio, Frisk esbozo una gran sonrisa, la cual hizo rodar los ojos a Sans indiferentemente, pero la pequeña no pudo evitar sentirse más segura, pues por segunda vez uno de esos monstruos quería ayudarla. Se acerco al esqueleto, acto acompañado de un abrazo tímido.
El esqueleto se tensó ante el tacto cálido de la pequeña, <<¿Qué demonios hacía esa humana?>> Y con mucha incomodidad, la retiró de forma rápida.
– No creas que hago esto por ti, solo quiero molestar a Papyrus...- replanteo. Desapareciendo frente a Frisk como si fuera humo. La pequeña quedo sorprendida y extrañada, pero ya nada la iba a sorprender de ese lugar. Decidió seguir su camino.
Mientras avanzaban, logro ver unas de esas esferas doradas, corrió hacia ella tocándola.
Luego de caminar un poco más, logrando divisar un manto de hielo congelado como si de una pista de hielo se tratara.
-¡Se ve divertido! ¿Puedo intentar patinar un poco? No tardaré.
-Umm... no lo sé, p-pero ten cuidado. No me confió mucho.
Le pareció muy divertida la idea de deslizarse por un rato allí, así que coloco a Flowey a un lado de la pista mientras se preparaba para entrar. Algo que no sabía la pequeña era que había alguien vigilándola desde las sombras, y sonreía con malicia ante lo que pasaría.
Frisk tomo impulso y empezó a deslizarse, pero todo no era tan bello como ella creía. La flor comenzó a gritar desesperadamente, observando a la niña, pues se había chocado contra una pared invisible, la cual la electrocuto violentamente, matándola casi inmediatamente.
-Uy, eso debió doler... hehe.
(...)
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La chica Flor [FINALIZADA]
Romance-Voy hacerlo, tengo que enfrentarlo - dijo la castaña determinada. A pesar de su estado, su alma seguía intacta. Era tan brillante como las gemas de Waterfall. -Cariño...-el esqueleto se rasco la cabeza, intentando controlar sus emociones. El no que...