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Frisk abrió las puertas oscuras que se hallaban al final de ese ancho pasillo color sangre. Miro la nueva habitación a la que entraría, esta se encontraba repleta de flores marchitas y muy antiguas. En el centro se podía apreciar una silueta muy grande que estaba dándole la espalda a la niña, llevaba una capa roja algo desgastada, se encontraba sosteniéndose de una inmensa silla, el trono REAL.
-ASGORE...- pronuncio con fuerza la chica, llamando la atención de aquel se encontraba decaído. Un ruido metálico estremeció todo el lugar, siendo el causante de esté un enorme tridente con el cual se apoyaba esa enorme criatura. Aquel ser se dio media vuelta, y escalofríos recorrieron la espalda de la pequeña humana, mientras que Flowey bajaba su mirada al suelo con temor.
Frisk se encontró con unos ojos color sangre, que destilaban ese peligro latente; La melena oscura de ese monstruo le hacía lucir como un gran león apunto de devorar a su presa... Asgore era muy similar a Toriel, siendo de la misma raza, pero con un aire todavía más aterrador que ella. Este es mucho más alto, imponente y macabro, no había ni una pizca de locura en su mirada, él parecía saber a qué venía la humana.
-Humana, al fin llegas. – hablo, examinando a la pequeña con esos inexpresivos ojos – Sabía que había un humano rondando mis tierras, pero no pensé que vendrías hasta aquí por tu cuenta.
La cabra oscura caminaba hacía una pequeña ventana, y sin observar a Frisk, contemplo el paisaje, manteniendo aquel tono de voz tan apagado.
-Necesitaba una última alma humana para hacer realidad mi sueño. - saco su enorme oz, y se volteó, apuntando a la niña. - lástima que seas tan pura, pero no tengo hay más remedio que matarte. - En su mirada, Frisk podía sentir el rencor y odio hacia la humanidad.
Pero Frisk sintió que debía hablar, o las cosas irían por un camino de no retorno para ella y sus amigos.
- Quiero ayudarlos a salir de aquí, aprecio a los monstruos que viven en el subsuelo, por favor... no quiero pelear contra ti, Rey Asgore. - dijo en un hilo de voz, haciendo dudar por un momento al rey.
A continuación, saco su oz gigantesca y apunto a Frisk mientras se acercaba a paso lento, pero ella no retrocedió, sentía una extraña recorrer todo su ser. Lo miro Determinada. Flowey trago en seco, observando las pisadas cada vez más cerca de ese ser malvado.
-No confió en humanos. – Hablo, con total autoridad – pero podría hacerlo si me ayudas dándome tu alma. – aquellas palabras no eran del agrado de Frisk, por lo que retrocedió unos cuantos pasos. Ella no lee iba a entregar su preciada alma a alguien que quería la destrucción de la humanidad, y sumando aquellas cosas que le menciono Flowey sobre las atrocidades cometidas a su propia familia. <<¿De verdad no había otra forma de arreglar eso?>>
-¡Cuidado Frisk!- exclamo Flowey, llamando la atención de chica, esta corrió lejos de la llamas que aparecieron detrás suya, esquivándolas por los pelos.
-Vaya, una flor parlanchina, no te ayudara mucho, humana. - se acercó corriendo a Frisk mientras alzaba su oz.
Fallo en golpearla una y otra vez. En medio de aquella batalla la niña le contaba acerca de lo buenos que eran los humanos ahora pese a sus diferencias, y el cómo se había llevado bien con algunos monstruos del subsuelo. Asgore por unos momentos dudaba, pero no le duraba mucho ese conflicto interior, logrando se pusiera más furioso.
-¿Cómo puedo creerte? Esta ahí sola. Si en verdad hubieses creado lazos con ellos, no te habrían abandonado. -recalco Asgore, lastimando el determinado corazón de la humana, distrayéndola unos segundos.
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La chica Flor [FINALIZADA]
Romantik-Voy hacerlo, tengo que enfrentarlo - dijo la castaña determinada. A pesar de su estado, su alma seguía intacta. Era tan brillante como las gemas de Waterfall. -Cariño...-el esqueleto se rasco la cabeza, intentando controlar sus emociones. El no que...