Capitulo 9

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-Al fin llegas, pequeña humana.

No muy lejos de la vista de Frisk, y de manera lenta, apareció un esqueleto muy alto, llevando un hueso rojo y astillado en una de sus manos. La mirada de aquel individuo choco con la de niña, haciendo que la pequeña se quedara pasmada en su lugar, abrazando mucho más fuerte a su amigo, el cual se ocultaba más en la bota marrón, sin dejar de mirar con ojos desafiantes a ese esqueleto gigante.

- Te he estado analizando todo este tiempo... – camino un poco hacía unos de sus laterales, sin dejar de mirar a Frisk con cierta burla - ...Un poco frustrado observe como el inútil de Sans te ayudaba a pasar algunos de mis puzles, aunque la mayoría los resolviste tú, me siento feliz al saber aquello, pocos se tomaban el tiempo de resolverlos a la perfección. - cerro sus cuencas mientras sonreía, dejando ver más notoriamente una cicatriz antigua en una de ellas.

-¿Tu solo construiste todos esos puzles?... Increíble – exclamo la pequeña, y el esqueleto se detuvo para observar su alegre reacción. Era demasiado extraña para Papyrus, pero que lo haya alagado por su arduo trabajo en construir aquellos puzles le hizo sentir muy bien.

-Nye...Hmmm, por eso me considero el mejor de la guardia real ¿Sabes? PAPYRUS SIEMPRE TRABAJA MÁS, Y POR ESO MEREZCO RECONOCIMIENTO. -sus palabras eran fuertes y muy contundentes, haciendo temblar a la flor, mientras que Frisk le sonreía curiosa.

El esqueleto puso su atención nuevamente en sus dos objetivos, y le incomodo esa sonrisa que le regalaba la pequeña Frisk. Odiaba como su pecho se comenzaba a revolver con emociones extrañas, recordándole cuál era su misión principal.

- ¡BASTA DE HABLADURIAS!... Hasta aquí llegas humano, te necesito para subir mucho más de rango en la guardia real, ASÍ SERÉ FAMOSO Y RESPETADO POR ESTOS BASTARDOS...- Frisk se tenso al ver como los ojos de Papyrus cambiaban a un color anaranjado rojizo, destilando el peligro inminente que le esperaba.

La niña no quería poner en peligro a Flowey, y caminando un poco hacía unos arbustos, lo colocó junto a un árbol.

-¡N-No lo enfrentes Frisk! Ese esqueleto es muy peligroso, recuerda los que dijo Sans... N-No me dejes aquí y pelees - escucho como este le repetía una y otra vez que no podía pelear sola, pero Frisk percibía que la única manera de resolver esto, era tratando de dialogar con el esqueleto gigantesco mientras se enfrentaba a él.

-Lo siento Flowey, pero tenemos que hacerlo si queremos seguir avanzando. No te preocupes por mi... - fue lo último que mencionó, alejándose de la flor y enfrentando al peligroso monstruo esquelético.

Se posiciono un poco alejada del antes mencionado, dedicándole una breve mirada reconfortante, pero Papyrus también pudo detallar esa expresión suave en la humana.

-No creas que tú irresistible dulzura t-tocara ¡MI ALMA! – gritó, haciendo que la niña saltará asustada. Y sin más charla, comenzó la batalla.

Unos huesos rojizos aparecieron detrás del huesudo gigante, apuntando a la niña. Con gran dificultad, Frisk esquivo la mayoría, pero uno rozo su rostro dejándole una gran cicatriz, y cortando un pétalo de las flores amarillas, cosa que le dolió como los miles de infiernos.

Sangre corría por su mejilla, pero su dolor no la iba a detener. Le hablo al esqueleto con alegría, mencionando lo divertidos que eran los puzles y cuan rápido era al rearmarlos cada que pasaba un humano. Papyrus tembló por un momento ante esos elogios, y la expresión ruda cambio a una más suave, pero no era suficiente.

A continuación, del suelo empezaron a salir más huesos filosos, provocándole una gran herida en la pierna de derecha a la niña, quien cayó de rodillas y grito de dolor, pero con toda su determinación a no rendirse, no se detuvo y se levantó.

-¡Frisk! – la llamaba su amigo.

Volvió a conversar con el esqueleto, ahora mencionando el gran trabajo que hacía como guardián de su pueblo y el rey Asgore, al tanto que su sangre se congelaba por las ventiscas, y sus huesos de hacían más rígidos. El huesudo se notaba muy sonriente para sí mismo, mientras tanto Frisk aprendía los movimientos que este le aventaba con sus huesos e invocaciones.

Luego de dos ataques más, Frisk cayo de rodillas en la fría capa de nieve, debilitada casi al máximo. Sabía que tenía que decirle unas ultimas palabras y así, tal vez, poder hacerse amiga del huesudo bipolar.

-Pap....agh ¡! – Sangre salió de sus delgados labios, provocando que fuese una tarea titánica pronunciar alguna palabra.

Nada salía, no podía soportarlo más... solo gemidos de dolor escapaban de ella.

- Gracias por t-tus halagos niña, pero NECESITO TU ALMA...- finalizo, alzando aquella lanza de hueso que tenía en sus manos, para luego enterrarla en el tórax de la niña, provocando así que diera su último suspiro de vida.

- ¡Te lo dije Frisk!, ¡No todos son buenos! No...- grito Flowey mientras miraba de forma desesperada a la niña.

Frisk sonrió a su amigo mientras iba dejándose caer en la nieve, cerrando sus ojos, y sintiendo ese calor nuevamente.

Se dejo reconfortar con el calor que desprendía esa la esfera dorada en frente de ella nuevamente.

-F-Frisk... Es mejor que des media vuelta, por favor – suplicó casi entre lagrimas la florecilla, observando a detalle si había nuevas compañeras en el rostro de su amiga humana, pero no alcanzaba a notar ningún cambio, afortunadamente.

- No te preocupes Flowey, ahora que he memorizado sus ataques, podre llegar al final y ser su amiga, o al menos hacer que nos tenga piedad... ¡confía en mí! – le respondió la chica, llena de determinación.

- Hmp...

Sin que su amigo lo notara, sintió cuatro nuevas flores brotando en su abdomen, y dos más cerca de su ojo derecho, pero ocultas entre su cabello que le cubría esa zona. Lo malo de estas nuevas flores era que obstaculizaban un poco la vista de la niña, mucho más que antes.

El cansancio se hizo más notorio, pero no podía rendirse ¡Jamás!

– Quédate cerca de aquí, te prometo que volveré intacta. - acaricio los pétalos de su amigo, antes de irse corriendo al campo helado de nuevo.

Como era de esperarse, allí estaba el esqueleto esperándola, repitió las mismas palabras como en su primer encuentro, y después dando comienzo a la batalla.

Esta vez Frisk era mucho más ágil pese al dolor, logrando esquivar la gran cantidad de huesos lanzados por el aire con velocidad, mientras que halagaba al huesudo de nuevo, y haciendo que este bajara la potencia de sus ataques a una mínima.

Parecía que se cansaba de pelear. Y verlo detenerse en seco, bajando su brazo y borrando todas sus invocaciones, hizo que las sospechas de Frisk fuesen confirmadas. Ya había terminado.

- Humana... uhm... ¡POR QUÉ PELEAS HASTA EL FINAL! – el esqueleto se sentía humillado, y como ultimó recurso desesperado ante la alegré humana, apunto su lanza huesuda en dirección a ella, lanzándola.

- ¡N-¡No quiero... pelear más, por favor... valiente caballero! -grito la niña también cansada, provocando que los huesos desaparecieran a unos pocos centímetros de su cara.

(...)

La chica Flor  [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora