XVII

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Valeria.

Mi madre me ha preparado un tila, para que me tranquilice.

Ayer llegue del hospital a las once y media de la noche, entre el desmayo, la caída, y la sorpresita del capullo de Dani estoy que me subo por las paredes.

Entro disimuladamente en el baño con la taza de tila en la mano.

Cierto con cuidado y sin hacer ruido y tiro todo el líquido asqueroso por el retrete.

- ¡Valeria! - grita mi madre desde la cocina.

Ah también estoy sorda, oídos entaponados o algo así. No me entero de un mierda.

Pero en este caso, como mi piso es demasiado pequeño, me entero hasta de lo que le dice el vecino a su novia por audios de voz.

¿Qué? Es verdad. Todas las putas noches se pone a hablar con la novia por whatsapp, y su habitacion da pared a la mía, así que me toca aguantarlo todas las putas noches.

Salgo tranquila del baño y voy hacia ella.

- Que -

- ¿Te dedicas a ir por ahí en vez de asistir a ¡clase!? - ese "clase" lo dice gritando literalmente.

El miedo se me sube hasta arriba.

- No sé de que me hablas - trago saliva.

- Estas castigada, ¡sin móvil! - me lo señala -

¡Como mierda se ha enterado!

Has fracasado.

Antes de que pueda quitármelo, salgo corriendo y salgo de mi casa.

Bajo las escaleras bruscamente a punto de pegarme un carajazo con los escalones.

Salgo a la calle. Es una tarde nublada, casi no hay nadie por la calle. Ando rápido, no tengo lugar para ir, sólo ando hasta que me canse.

Mientras maldigo toda mi puta vida.

Daniel.

Voy dando un paseo por las calles de Madrid centro, me estoy jugando a que me vean las Fans.

Pero va a ser imposible, llevo capucha y braga hasta los ojos. No me reconocerán.

Jesús me dio la dirección de Val, ahora me llegaré a su casa y le pediré perdón.

De repente al doblar un esquina me choco con una chica.

¿Y si es una fan? Vete rápido, no puede sospechar.

Valeria.

Ando cada vez más rápido sin rumbo. De repente cuando doblo una esquina un chaval se choca conmigo y hace que me caiga al suelo.

Es alto, lleva una capucha y va vestido de negro.

Se queda unos segundos al lado mía y después se va dejándome allí tirada.

Éste se va a enterar.

- ¡Eh tu capullo! - grito llamando la atención - Ojalá metas el pié en una alcantarilla y te partas toda la boca perro mugriento - digo mientras grito de rabia.

Será Gilipollas.

Daniel.

A medida que avanzo me voy alejando de ella.

- Me cago en todo - la escucho susurrar

Dani vete, no puede descubrirte nadie.

Déjame Quererte → GemeliersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora