Crepes

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Terminé la noche borracha como una cuba, y después de ahuyentar a más de tres capullos, y de echarle los trastos penosamente a un par de chicas.. Me marché a casa como pude. Pedí un taxi y le pedí que me llevara a casa. Mientras volvía estaba mirando por el retrovisor y en uno de los semáforos que paramos me pareció ver a un par de chicas jóvenes que me resultaban familiares. En un momento me cuando una de ellas se giró me pareció ver que era Camila, y entonces el taxi arrancó. No podía ser... Estaba delirando... Haberme pasado la noche autodestruyéndome en chupitos de tequila y copas de ron me estaba haciendo perder la cabeza. 

Llegué a casa, me fumé un par de cigarrillos más y me fui a acostarme. Aferrada al pequeño peluche de mi hija, que ella llamaba Coba, y sin el que no podía dormir, me dormí llorando.

A media noche desperté con un gran sobresalto y toda sudada, me fui corriendo hacia el baño y lo vomité todo. Mi cabeza estaba volviendo al pasado, y no pensaba que todo esto me iba afectar tanto.. 



La mañana siguiente desperté con una terrible resaca, y noté el olor a crepes recién hechos inundando todo el piso. Me levanté como pude y salí a ver de donde procedía ese olor. Al salir vi a Keana cocinando crepes, mientras Jillian y Karla estaban jugando con un pequeño juego de bolos para niños en la alfombra del comedor. Ellas eran mi salvavidas sin lugar a dudas.

- Buenos días chicas. - Dije con la voz más rasposa que nunca por haber estado llorando y vomitando la noche anterior.

- MAAAMIIIIIII!!!! - Vi a mi hija corrir hacia mi con una gran cara de felicidad.

- Buenos días dormilona Jauregui!! - Me dijo Jillian.

- Cómo sabiais que estaba sola?! - Les pregunté a ambas pero sobretodo dirigiéndome a Keana.

- Porque solo las noches que intentas autodestruirte de la forma más estúpida que pueda existir, y nos cercioramos de que no has estado con ninguna del resto de nuestro squad, sabemos que has vuelto a casa borracha como una cuba, apestando a tabaco y ron, con la moral por los suelos y más sola que la una. - Me explicó Keana con una pequeña muestra de enfado en su rostro.

- Lo siento... - Musité

- Venga, dejaros de tonterías, tenemos hambre. - Dijo Jillian desde la alfombra en el salón.


Keana me echó otro vistazo y empezó a servir los crepes. Yo me senté a comer aunque me encontraba como la mierda. Y al primer bocado me fui corriendo a vomitar.


- Jauregui! Tengo que hablar contigo. - Keana me susurró mientras estaba apoyada en el marco de la puerta del baño.

- Dime, qué pasa?! - Le dije una vez recuperé un poco la compostura.

- Tras escuchar lo que me dijiste en el audio de ayer me preocupé mucho sabes... Llegué a pensar que tenía algo de culpa en ese nuevo pensamiento que le había surgido. Y tras hablar con Jillian decidimos tener un pequeña charla con tu hija... Lauren... A veces pensamos que Karla es mayor, por como habla, se expresa, siente... Pero no es más que una niña de 5 años... Y tras hablar con ella largo y tendido llegamos a la respuesta final...

- Y qué respuesta es?! 

- Tu hija Karla nos ve a nosotras, a Jill y a mi, y pasa tiempo con nosotras y observa como nos hacemos felices... Como nos hacemos reír, como ambas la arropamos y la cuidamos... Y ella es tu hija y te quiere, y por eso quiere eso para tí Lau... No quiere otra mamá para ella, quiere otra persona para tí... Karla se siente tu pequeño apoyo Lauren, y ella es solo una niña pequeña sabes... Y cuando te pones así, y la ruda e imponente empresaria de moda Lauren Jauregui desaparece la única que esta en casa para aguantarte es tu pequeña hija de 5 años... 

- Lo siento. - Empecé a llorar como una estúpida.

- Ven aquí Jaureguigui. - Me dijo Keana mientras me abrazaba y me dejaba llorar en su hombro.- Además tu hija se enamoró de alguien, jajaja...

- Qué?! Qué dices...

- Jajajaja, es muy gracioso pero tu hija no paraba de repetir, que la médico que la atendió el día que fuimos a que le curasen el brazo era muy bonita... Que olía a rosas.. Que parecía una mami... etc, etc, etc... jajajajajaja. Y que la quería para mami, pero porque la quería para ti... Yo todo esto no lo sabía, pero Jillian me lo contó, y me dijo que Jillian le dijo que eso no funcionaba así, que primero tenían que conocerse las dos personas y salir a pasear, y jugar, y todo eso y no podías decir esta persona para mi mami y ya. Y por eso luego pasó lo de la camarera en el bar, y lo de la posterior conversación... Por cierto... Y la camarera?! 

- Mmmmm, dejémoslo en que no volveremos a ir a ese bar nunca más a comer... 

- Jajajaja, de acuerdo. Y ahora Jauregui, dúchate, cambiate, tómate un ibuprofeno y alimenta ese cuerpo paliducho y vamonos a pasar el domingo con tu preciosa hija antes de que empieze otra tortuosa semana de trabajo.


Y así lo hice. Hice todo lo que Keana me había dicho y nos marchamos a pasar el día al paseo marítimo de Coney Island. Mi hija estaba encantada con todo esto, y yo empezaba a reconciliarme con la otra parte de mi ser, con la lauren ruda y segura que ahora solía ser, la que había asesinado y enterrado la noche anterior por mi vieja y antigua lauren insegura y llena de miedos. 

Paseabamos por las atracciones de Coney Island después de comer mientras mi hija decidía a cual quería montarse. Hoy no iba a acompañarla en sus locas subidas a las atracciones... Tendría que ser alguna de sus tías la que me sustituyera si no querían estar limpiando potas por todo el recinto.

De repente Karla empezó a correr en dirección a la montaña rusa y yo me dí la vuelta para perseguirla y entonces me choqué con alguien y le tiré todo lo que llevaba en las manos.

- Perdón, perdón, ahora mismo te lo repongo. - Le dije mientras recogía lo poco que parecía poder salvarse del suelo.

- LAUREN?!

Y ahí estaba Dinah Hansen, mi amiga de la infancia a la que había abandonado igual que ami lugar de residencia y al resto de mi familia y amigos.

- Dinah?! 

- Sí, Lauren?! - Y entonces se volteó para mirar en dirección a donde yo estaba mirando, y allí estaba mi pequeña Karla corriendo como loca hacia la taquilla de la montaña rusa. - Es tu.. es tu... hija?!

- Sí. - Y le dí 20 dólares y salí corriendo hacia ella dejando a Dinah estática en el sitio y muda.


Cogí de la mano a Karla, y miré a Keana y Jillian tan inquisitivamente que notaron que algo no andaba bien. 

- No mamá, quiero subir!! 

- NOS VAMOS! 





Karla Jauregui (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora