Eh tú

13K 680 112
                                    

Desperté hecha polvo por haber pasado la noche en el sofá. Era demasiado temprano para despertar a Karla, y demasiado tarde para acostarme un rato más en mi cama. Así que me levanté y encendí el ordenador para revisar algunos correos de la empresa. 

Me preparé un café mientras limpiaba los platos de la cena de anoche, y recordaba todo lo que había pasado. Conocía a Keana bastante bien y sabía que ella nunca haría nada que resultase peligroso para Karla. Pero no podía evitar echarle la culpa a Camila de todo esto.

Terminé de tomarme el café y fui a despertar a mi hija.

- Princesa, ya es hora de levantarse. - Le decía mientras le daba besitos cortos por toda la cara.

- No mamii, noo.. un ratito más... - Me decía Karla mientras me apartaba la cara con sus manitas y se intentaba tapar la cabeza con la colcha.

- Venga pequeño pajarito, que la mañana está apunto de empezar y tienes que salir a cantar... - Y Karla sacó la cabeza de entre las mantas intentando silbar.

- No mamá... aún no puedo cantar como los pajaritos. - Y es que sabía que a mi pequeña le frustraba no saber silbar.

- Venga monito, tal vez mañana ya estés más grande y puedas silbar. Ahora levántate, tenemos que ir al cole... 

Karla se levantó a disgusto y empezó a vestirse mientras yo le preparaba el desayuno. Solo ella me daba fuerzas para seguir adelante, y debía arreglar todo el asunto de Camila y Keana como fuese si no quería que le afectase a mi pequeña.

La llevé al colegio y me despedí de ella con un fuerte abrazo mientras me encamina hacía mi trabajo. Por el camino pillé un atascó como la mayoría de las mañanas. Y en uno de los semáforos en los que me encontraba parada, vi salir a una morena de un edificio que me resultaba familiar. Y al darse la vuelta vi que era Camila que la verme se apresuró en ponerse a caminar. 

Mi coche estaba parado y la observé como caminaba hasta la parada del bus. No me lo podía creer, la vida estaba llena de coincidencia y la mayoría me ocurrían a mi. Cuando llegó el momento de que pasase por delante de la parada del bus donde se encontraba Camila en todo el atasco, intenté disimular, pero era imposible cuando ella se encontraba a escasos dos metros de mi coche y estaba mirando fijamente hacía mi coche.

Me armé de valor y decidí coger el toro por los cuernos. Era momento de hablar con ella... Este atasco iba a mantenerme ahí almenos por media hora, y a ella le iba a pasar igual. Así que bajé la ventanilla y lo hice.

- Perdone señor puede apartarse.. Tú! La chica morena de los vaqueros verde militar. - Le señalé con una media sonrisa en mi cara. Ella se quedó mirándome perpleja. - Sube al coche, y te acerco al trabajo anda. - Muchas veces me impresionaba a mi misma de mi bipolaridad y más cuando me encontraba frente a ella.

Ella se acercó al coche sin articular palabra, y algo ruborizada ya que toda la gente de la parada estaba observándola. Abrió la puerta del copiloto y subió.

- Se puede saber que haces tratándome como a una desconocida a la que incitas a subirse a un coche de otra desconocida???? Esa gente va a pensar que soy una cualquiera... - Y ahí estaba la Camila que conocí hace años.

- Naah! Solo es que quería llamarte y ese hombre estaba delante de ti... - Le dije con una sonrisa en los labios. Qué me pasaba cuando estaba con ella?! - Oye... quería hablar contigo... hubiese preferido que fuese en otras circunstancias, pero obviamente estabas observándome encima de mi coche y iba a estar aquí por media hora sin hacer nada así que...

- Yo.. yo también quería hablar contigo... - Me dijo sin mirarme a la cara. - Lo, lo siento... Perdóname. No quería inmiscuirme en tu vida amorosa cuando te dije aquello el otro día... Solo... solo me gustaría pedirte si podríamos empezar de nuevo...

- Camila! Por qué has metido a Keana en todo esto?! - Le espeté sin contestar a lo que me pedía, era absurdo eso de empezar de nuevo cuando había estado "siguiendome la pista" durante 6 años. 

- Yo.. yo no lo hice a propósito, quiero decir. Karla y ella llegaron a la consulta y al ver los apellidos de Karla, y tus ojos en ella, lo conecté todo... En principio pensé que Keana era tu novia, pero luego Karla la llamó por su nombre y yo... yo ya la conocía por lo que te conté... Y no pude evitarlo Lauren.. - Volvió a apartar la vista de mi hacía le suelo. - Lo siento...

- Tú no tienes derecho a ver a mi hija a escondidas de mi... Lo entiendes?! - Le recriminé con un tono bastante autoritario.

- Lo sé Lauren, y tienes razón. Si quieres me bajo aquí, puedo seguir andando hasta el trabajo... - Musitó Camila con poca voz.

- Creo que recuerdas lo que pasó la última vez que me dijiste que te parara para que bajases, así que preferiría que no... - Y vi como Camila se volvió a poner el cinturón de seguridad.


Camila PoV

Estaba muy nerviosa por estar con ella en el mismo coche. Al verla pasar por delante de mi edificio no pensaba ni que se hubiese percatado de que yo estaba allí, y por eso caminé hacía la parada del bus, pero cuando me llamó me quedé perpleja. 

Yo no iba a molestarla más, no iba a llamarla aunque tenía su número, no iba a acercarme más a Karla, incluso iba a tramitar los papeles de cambio de paciente con alguno de mis compañeros. Pero esto me había pillado desubicada. 

Tras las pocas cosas que nos dijimos seguíamos las dos ahí dentro del coche en silencio. Y yo no podía parar de mirarla de reojo, para observar a aquella Lauren tan conocida y desconocida a la vez para mi.

Ella había cambiado tanto. Ya no era aquella niña con el pelo castaño oscuro, poco maquillaje y ropa juvenil. Tenía los rasgos más marcados que hace años, y siempre que la había visto llevaba ese maquillaje con los ojos tan bien delineados que le remarcaban mucho más el color, y los labios pintados con algún lipstick oscuro. Estaba muy imponente, siempre con ropa elegante y de empresaria, que la hacían ver realmente sexy. 

Me pilló mirándola en una de las veces que estaba repasándola de arriba abajo y se quedó mirándome interrogante.

- Qué estás mirando?! - Me preguntó algo irónica.

- Yo?? Nada.. - Respondí con una pequeña sonrisa mirando al frente.

- Eh eh eeh!! De qué te ríes?! Tú estabas mirando algo?! Qué pasa?! - A veces pensaba que seguía siendo tan ingenua como antes.

- No nada, que llevas un bonito conjunto 'chaqueta-pantalón, nada más. - Musité mirando al frente.

- Aaah vale... Menos mal que solo es que llevo un bonito conjunto... Porque si te ruborizas así por un conjunto, no quiero saber como lo haces por otras cosas. 

Y de repente el tráfico se despejó y aceleró tan fuerte que caí por la fuerza física hacía el respaldo del coche, y en un santiamén estábamos en el hospital.

- Bueno, espero verte pronto. - Le dije al bajar del coche desde la acera.

- Yo a tí no. - Y me guiñó un ojo mientras se marchaba. Esta mujer me tenía desconcertada.








Karla Jauregui (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora