16. Always watches.

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16. Always watches.

Adalynn esperó por casi dos semanas la llamada de Alex, pero nunca recibió ninguna. Si bien no le interesaba para nada formar parte de la película que él estaba haciendo (Marble Hornets), quería tener una excusa para estar cerca de Brian fuera del horario de clases. Sus sospechas de que no pasó la prueba se confirmaron cuando Brian le contó por WhatsApp que había obtenido el papel, al igual que Tim.

Llegó el fin de semana, cuando Adalynn debía ir por Sally y juntas salían a pasear por ahí. Aunque algo diferente sucedió. Era la primera vez que Sally no había aceptado ir a la Creepy-House con Adalynn, la cual intentó convencerla de que podría jugar un rato con Jeff (él y Sally habían simpatizado enseguida, tanto que hasta ya la trataba como a una hermana menor) y, quizás, peinar a Ben. Aun así, ella se negó.

–Necesito que me hagas un favor. –dijo Sally.

Adalynn suspiró y asintiendo, en señal de que la estaba escuchando.

–Tengo una amiga a quien no veo hace tiempo, a mi padre no le agrada porque es budista, y hoy es el único día en que puedo encontrarme con ella en la plaza –Sally juntó sus manos y miró a Adalynn con ojos suplicantes–. La extraño mucho, mucho. Si tan solo me permitieras ir...

–No –Adalynn la detuvo–. Sally, mi deber es cuidarte. Tus padres me confiaron tu seguridad y lo que haremos ahora es ir a la Creepy-House.

Estaba por darse la vuelta para ver si el autobús estaba llegando, pero se encontró con un par de ojos verdes llorosos. Sally parecía estar por largarse a llorar.

–No, Sally... Yo –su expresión de tristeza no desaparecía–... Ah... ¡Está bien, ve con tu amiga!

–¡Sí! –Festejó la chica y abrazó a Adalynn–. Te prometo que me cuidaré. Y, por favor, no le digas a mi padre sobre esto.

Dejó a Sally en la plaza de la ciudad y siguió su camino hacia la universidad. Adalynn se sentía un poco mal al traicionar la confianza del señor y la señora Williams, pero Sally parecía necesitar ir a ver a su amiga con urgencia.

Pronto llegó a la Creepy-House. Le pareció extraño que las ventanas se encontraran cerradas, ya que Jane solía airear la casa cuando todos se encontraban en clase. No le prestó mucha atención, tal vez habían decidido pasar el resto del día durmiendo (era fin de semana).

Subió los peldaños del porche y llamó a la puerta, ésta se abrió pero nadie estaba allí. Adalynn avanzó hasta llegar a la escalera. Dio un salto cuando la puerta se cerró detrás de ella y sintió el filo de un cuchillo rozar su garganta. Gritó. Las luces se encendieron, todos estaban alrededor suyo con armas blancas (especialmente cuchillos), palos y cualquier cosa con la que pudiera matar a alguien de un solo golpe.

Jeff era quien sostenía el cuchillo presionado en su cuello.

–Nos asustaste, Torpe –dijo él, soltándola.

–¡¿Qué diablos hacen con eso?! –se asustó Adalynn, retrocediendo.

Antes de responder a su pregunta, Natalie hecho un vistazo hacia afuera por la puerta principal y cerró con llave. Entonces todos se tranquilizaron y dejaron de lado sus armas. Dina le guio hasta la sala.

–Estamos totalmente cagados. –admitió Ben, echando hacia atrás su flequillo.

–No vamos a clases desde hace dos días –Jane sonaba desesperada–. Tengo parciales dentro de poco, ¡voy a morir!

–No entiendo. –dijo Adalynn, observando detenidamente las miradas de preocupación en cada uno de los chicos y chicas presentes allí. La única que faltaba era Alice, quien pasaba gran parte del día encerrada en su cuarto.

Jill caminó hasta el escritorio donde tenían la computadora. Allí, junto a una pequeña maceta con un cactus y el lapicero, había un pequeño papel doblado. Era una fotografía... una fotografía tomada desde la ventana la noche de Halloween, mientras ellos se divertían jugando al "Yo nunca"". Detrás, escrito con marcador negro, se encontraba la frase Always watches.

–Llamaré a la policía. –Adalynn se levantó de inmediato y caminó hacia el teléfono.

Jeff se apresuró a detenerla, dándole un golpe en la mano cuando intentó tomar el aparato.

–No se te ocurra, Thorpe. –Jack (el alto) la señaló acusatoriamente.

–Al fin alguien que pronuncia bien mi apellido.

Pasaron un largo rato hablando sobre aquella foto. ¿Quién diablos la había tomado? ¿Podía haber sido el hombre enmascarado o quizás había alguien más con él? Mientras más preguntas se hacían, más miedo sentían. Incluso Jack, que se consideraba a sí mismo un macho, admitió que le aterraba la idea de que la Creepy-House estuviera en la mira de ese tipo enmascarado.

–Esto tiene solución –dijo Jeff, levantándose y tomando del perchero su descuidada sudadera blanca–. Voy a ver a un... viejo amigo, seguro que él puede saber algo de esto.

Nadie dijo nada. Jeff se despidió y se fue.

Poco después, Adalynn recibió una llamada desde el hospital y tuvo que irse también. Antes de irse recordó que debía ir por Sally.

–Ben, ¿podrías ir a buscarla por mí? –preguntó entonces.

–S... sí. –Ben alzó su pulgar, mientras su rostro comenzaba a enrojecer.

De repente él se levantó y corrió escaleras arriba. Se escuchó la puerta cerrarse de un golpe.

–Últimamente va al baño muy seguido, sobre todo cuando está Sally. ¿Tendrá algún problema gastrointestinal? –Adalynn rascó su cabeza.

Escuchó que Jack, quien estaba sentado en el sofá con Jill sobre sus piernas, comenzó a reír a carcajadas.

–Claro, problemas gastrointestinales... Tú sigue pensando eso. –dijo y tuvo que taparse la boca para evitar continuar riendo como idiota.


The proxy symbol. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora