23. Una navidad bastante Thorpe.
El paisaje de la pequeña ciudad se había teñido de blanco. En cada vecindario y la zona comercial podías ver los tejados adornados con muñecos, carteles y luces de colores (las encendían solo por la noche), y, además, niños con palas quitando la nieve de sus entradas para ganar unos billetes. El espíritu navideño se sentía en cada rincón de la ciudad. Se podía oler el delicioso aroma a carne asada que hacía gruñir el estómago de cualquiera que pasara por allí y lo obligaba a detenerse en la cafetería más cercana para comer algo.
Jeff caminaba con las manos en sus bolsillos y la cabeza a gachas. Esa mañana despertó tan deprimido que decidió salir a dar una vuelta para buscar algo que le subiera los ánimos. Había estado caminando entre las tiendas por horas y, a decir verdad, se sentía peor que antes de salir de casa de su jefe. Era veinticuatro de diciembre (nochebuena), la fecha del año que más odiaba después del Día de Acción de Gracias. Esa noche de seguro iría a algún bar para beber hasta perder la conciencia, pues no tenía una familia con quien pasarlo: su hermano mayor, Liu, lo detestaba por algo que pasó años atrás y vivía en otra ciudad, y sus padres... sus padres estaban muertos.
Se detuvo en un puesto y compró un ramo de flores. El haber pensado en ellos lo inspiró a ir al cementerio para dejarles un pequeño regalo, luego volvería a la Creepy-House para despedirse de Ben antes de que se fuera. La mayoría de sus compañeros se fueron con sus familias y no volverían hasta el primero de enero, cuando finalizaran las fiestas de Año Nuevo. Él, Ben y Alice eran los únicos que quedaron en la casa, aunque Alice seguramente se había ido esa mañana a casa de Dina y su familia.
Sé que esto no servirá de nada como disculpa y que ellos tampoco pueden escucharme, pero no pierdo nada intentándolo. Jeff bajó del autobús y se quedó parado en la entrada al cementerio por unos segundos, observado fijamente el oxidado y viejo cartel. Tomó aire y entró.
Caminó entre las lápidas y cientas de flores. Sentía escalofríos a cada paso que daba, no dejaba de mirar a su alrededor. Las tumbas de sus padres estaban una junto a la otra en un extremo del cementerio, junto a un gran mausoleo donde, según escuchó, están los cadáveres de una familia entera. La zona donde se encontraban sus padres daba menos miedo que el resto del cementerio.
Jeff observó ambas lápidas rajadas, donde podía leerse los nombres de Margaret y Peter Woods, y se arrodilló frente a ellas. Dejó el ramo de rosas blancas en medio, las cuales alguna vez fueron las flores favoritas de su madre. Cerró los ojos. De repente comenzó a llorar. Pero no era un llanto normal, era un llanto lleno de miedo y tristeza.
–Lo siento... –murmuraba– Realmente lo siento. Mamá... Papá... Vuelvan, por favor.
Permaneció allí poco tiempo. Limpió sus lágrimas con sus puños y se levantó. Alguien estaba caminando hacia allí pero no podían verlo pues el mausoleo lo tapaba. Corrió a esconderse detrás de éste y asomó levemente su cabeza. Un hombre de largo saco negro y bufanda a rallas se arrodilló, dejando sobre la lápida de su madre un ramo de crisantemos blancos. Cuando se levantó, fue hacia la muchacha vestida de beige y la abrazó.
Liu observó el ramo de rosas que Jeff había dejado, de inmediato frunció las cejas y observó hacia todas partes con sus ojos verdes que entonces se habían puesto cristalinos. Lo agarró y lo arrojó hacia atrás con enojo. Susan apoyó una mano en su hombro y lo abrazó nuevamente. Jeff no pudo soportar más allí. Dio la vuelta y se fue.
Volvió nuevamente a la zona comercial. Comenzaba a obscurecer y el frío se intensificaba. Lo único que llevaba puesto era una sudadera negra con un pequeño bordado de un sinsajo en la parte izquierda. Lo cierto era que Jeff no era fan de los Juego del Hambre, pero no le quedó otra que aceptarlo pues Natalie se lo regaló por su cumpleaños el año anterior. Eran las 08:00pm, tenía hambre.
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The proxy symbol. ©
FanfictionLa mañana del 3 de septiembre, durante una clase de Educación Física, Adalynn Thorpe se ahorcó sobre el escenario del gimnasio. Lamentablemente, al menos para Adalynn, fue sacada de allí por el profesor antes de morir asfixiada. Tras ese incidente...