19. Malentendidos.

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19. Malentendidos.

A diferencia de otras mañanas, Jack había despertado realmente tarde. Cuando bajó para desayunar con sus compañeros, todos se habían ido y no le quedó otra que prepararse un vaso de chocolate caliente. Las únicas compañías que tenía eran Grinny y Smile, a los cuales Jeff entró a la casa por el temporal que hacia afuera. A cada uno le tiró una tostada en sus respectivos tazones. Smile terminó comiendo ambas.

Terminó y subió rápido hasta la habitación que hasta hace unos meses compartía con su mejor amigo, Jason, donde se vistió. Esta vez decidió hacer caso a Jill e ir abrigado al trabajo (solía faltar a la clase de Improvisación los jueves por la mañana e iba en la noche). Afuera continuaba lloviendo desde hacía dos días, parecía que no iba a detenerse.

Bien... Ya estoy listo. Pensó Jack, abotonando su saco negro.

El teléfono inalámbrico de la sala comenzó a sonar. Jack rodó los ojos, pero no le quedaba otra que ir a contestar. Apenas oprimió el botón verde, escuchó los gritos desesperados de un niño:

–¡Ben! ¡Necesito que vengas rápido, Ben!

–Bájale dos rayitas a tu tonito, niño –dijo Jack, alejando el teléfono de su oído–. ¿Eres el hermano de Ben?

–No, claro que no –respondió el niño–. Soy Nathaniel, el hermano de Adalynn. Necesito ayuda, ¿está por ahí Ben?

–Ben está en clase de diseño 3D. ¿Qué sucedió? Suenas como si hubieras presenciado un asesinato.

–Algo así...

–¡¿Qué?!

–Desperté esta mañana y mi hermana no estaba en casa. Su cama estaba vacía y... ¡Y había sangre esparcida por todo el cuarto! No recuerdo que haya regresado anoche de esa fiesta a la que fue con una amiga de Ben...

Jack colgó de inmediato, dejando a Nathaniel con las palabras en la boca.

Miró la hora en la televisión, que estaba encendida, y no tenía mucho tiempo. Decidió que iría a casa de Adalynn. Su trabajo era lo menos importante ahora, podía estar pasando algo realmente grave. Buscó en la agenda de Jill la dirección y el teléfono. No quedaba muy lejos de la universidad.

La casa de Adalynn se encontraba en un barrio poco habitado y a pocas cuadras del Parque Rosswood. Era de dos pisos, color amarilla y de tejado gris. No era tan grande como se lo esperaba, pero el patio sí lo era. Junto a la acera se encontraba un buzón que decía "Thorpe". A diferencia de la Creepy-House se veía bastante limpia por fuera. También había una pequeña bandera de Estados Unidos colgando de una ventana.

Tocó el timbre y, luego de que esa horrible melodía sonara por casi tres minutos, una mujer abrió. Sostenía un teléfono en su mano, parecía que había interrumpido su charla. Era bastante alta, su cabello rubio le llegaba a los hombros y tenía ojos marrón claros, como Adalynn.

Ella le sonrió y comenzó a hablar. Jack observaba en silencio y extrañado a la mujer. ¿Ella acababa de llamarle "pibe"? ¿Qué significaba eso?

–Mamá, creo que no habla español. –dijo un niño de no más de ocho años, moviendo a su padre de la puerta.

Jack notó de inmediato que ese niño era Nathaniel, el hermano menor de Adalynn, por dos razones más que obvias: su cabello era rojizo y tenía el rostro lleno de pecas. Lo único que tenían distintos era que Nathaniel tenía ojos verdes y su cabello era de un tono más claro que Adalynn.

–Disculpa a mi madre, todavía no aprendió inglés del todo y pues... le cuesta un poco –Nathaniel de inmediato jaló de su brazo–. Ahora vamos, te mostraré.

The proxy symbol. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora