Sinceridad

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Era ya de día, ella ya no estaba ahí, se había marchado sin ni siquiera despedirse, ese era un golpe duro para ese chico, pues anhelaba tenerla con él  ahí siempre.

Hinata atendía sus labores hasta que fue la hora del almuerzo, ella como siempre comía sus sagrados alimentos con sus compañeros, cuando llega Toneri y se sienta a su lado.

Toneri:- Hyuga chan quiero invitarla al concierto sinfónico que será este sábado en punto de las 2, oí que le gusta mucho y yo no tengo con quien ir además de que tengo dos boletos que me saque en un sorteo y se que usted no trabaja ese día y...- , el chico hablaba algo rápido y se escuchaba nervioso, así que fue callado por un efusivo Kiba:- wao, detente ya Romeo, no se te entiende nada y mi guapa amiga dice rotundamente que sí, verdad Hina-, Hinata se sonrojo y no sabía que decir, amaba ese tipo de cosas y era su oportunidad, sin embargo estaba tan apenada y luego estaba lo ocurrido con Sasuke, aún así asintió, Toneri   sonrió y agregó:- bueno entonces el sábado paso por ti a tu casa a ... la 1:20 ¿estas de acuerdo?-, la chica sonrió y contestó un sí; después de un almuerzo algo animado hablando de cosas sin importancia, llegó el momento de dedicarse a sus labores.

Las horas pasaban y era de noche, la joven cuidaba al Uchiha y hacía como si nada hubiese pasado, pero este la encaró:- Hinata sobre lo de ayer yo...-, Hinata cortó sus palabras:- no digas nada, no hay nada que decir por ahora, ah... es cierto, tu hermano vendrá dentro de 10 días a Japón y mañana tienes una radiografía y resonancia electromagnética y....- él le tomo la mano:- estarás ahí conmigo, cierto, yo tengo miedo-; fue un shock lo que dijo el joven mientras este apretaba aun más su mano y esta bajo su mirada:- no se si pueda, yo tengo trabajo...-, el joven la veía con suplica, el sabía que algo no andaba bien y tenía miedo de ello, aunque no le gustase admitirlo se sentía muy vulnerable, la chica se perdió en esos ojos negros y no pudo decirle un no por respuesta, en su lugar solo le dijo:- esta bien, trataré de asistir-, esa noche no se dijo más del tema y la chica siguió tejiendo como era su costumbre y cantando, pues ese día no quería hablar, mientras se perdía en el cielo nocturno que daba la ventana de la habitación.

El ángel de mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora