Lía Sandes es una adolescente, que tras el fallecimiento de su abuela hereda una gran fortuna, es secuestrada por una banda que es liderada por mafiosos que solamente quieren su dinero, o eso es lo que ella piensa.
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Pro...
Lía Hoy es un día realmente triste, me encuentro sentada en unos de los largos bancos de la iglesia, junto con mis familiares y algunos amigos acompañandome, mi abuela ha muerto de un paro cardíaco. La pequeña misa ya ha terminado y todos nos acercamos hacia el cajón con su diminuto cuerpo, las lágrimas no paraban de brotar de mis ojos, ahora muy hinchados, en verdad la amaba. A mi derecha están posicionadas algunas tía mías que es obvio que están actuando, mi abuela era una persona que no le caían bien las interesadas un gran ejemplo ellas. Fuimos al cementerio, al terminar el entierro todos estaban ansiosos por ir a la mansión de mi abuela. Al pesar las grandes puertas de su gran mansión todos tomamos asientos en la sala de estar, allí estaban toda mi familia.–Espero que la vieja loca me allá dejado auque sea algunos miles. Y así muchos comentarios más. Muy irónico no ? Ellos no estuvieron cuando mi abuela enfermo, la única que la acompaño a sus estudios y análisis fui yo. Después de un rato de esperar llegó el escribano y todos se quedaron en silencio. - Hola a todos, procedere a leer el testamento de la señora Mercedes Guillermina Delarosa.-Aclaro su garganta.–Hola a todos mis parientes, hoy eh muerto, quería comunicarles que a ustedes no les dejo absolutamente nada, todos mis vienes, dinero, inmuebles, joyas se las heredó a mi nieta Lía Sandes lo que la hace mi única heredera. Todos se quedan anonadados por la noticia y yo solo me quedo en shock estoy muy feliz que mi abuela allá pensado en mí pero nunca pensé que me iba a elegir a mi como su única heredera. No me había dado cuenta que todos estaban mirándome algunos con caras de "te voy a matar" y otros con compasión. –¿Quien es la señorita Sandes?– me levanto de mi asiento y digo.–Soy yo señor. El me sonrie, me entrega un manojo de llaves que creo son las de la mansiónes y autos, después me da una carpeta con papeles que son las escrituras y todo eso. Parte de la familia se va muy enojada, otros simplemente se van. Me doy cuenta que estoy totalmente sola y digo.–¿Que voy a hacer con todo este dinero y está enorme mansión?. ---------------------------------------------------------
Han pasado un par de meses desde aquella noticia y hoy he tenido el valor para mudarme a la mansión de mi abuela. Con ayuda de el chico de la empresa de mudanzas subí todas mis cosas. Llegamos a la mansión y me ayudó a bajar mis muebles ropa etc. —¿Quieres un vaso de agua? —Si por favor.— asintió, miré fijamente su cara y en verdad era muy hermosa tenía los ojos color verde muy intensos, tes trigueña, labios ligeramente carnosos, una nariz pequeña, su cabello negro, cuerpo que se veía realmente muy trabajado, sin más le di un vaso con agua fría, terminó su trabajo y se fue, en verdad me sentía muy sola en esta gran casa, mi gran casa. Estaba terminando de acomodar mi ropa cuando escucho que mi celular suena indicando una llamada. -hola? —Hola Lía, habla Laura. —Hola Laura,¿como has estado? —Muy bien, y tu? Amiga —Bien bien terminado de ordenar. —Vamos a una discoteca? —Mm no se, estoy cansada —Dale amiga, no seas aguafiestas. —Ok, ok a las diez paso por ti. —Ok. Corte la llamada, me acosté en mi cama y literalmente me quedé dormida. Me desperté a las nueve de la noche, Laura me iba a matar si no iba hoy, me bañe lo más rápido que pude y me puse un vestido color bordo que hacía resaltar mucho mis curvas, mi trasero y mis enormes senos.
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Estaba realmente sexy hace mucho tiempo no me sentía así. Llame a un taxi, que no tardó en llegar. Ya en la discoteca la música se escuchaba muy fuerte, con Laura bailabamos al compás de la música, empecé a sentir mucho calor. —Laura, voy a la barra a beber algo.- Ella sólo asintió.—¿Vienes?.— Nego, fui directo a la barra y me pedí una medida de tequila.—Hola de nuevo hermosa.— Me di vuelta muy alterada y me encontré con el.chico de la mudanza, iba con una camisa celeste y unos vaqueros color negro, su camisa marcaba perfectamente los músculos de sus brazos se veia sexi. Y a mi se me escapó solamente un.—Hola.—El sonrió y yo puse sentir como la sangre me subía a las mejillas.—Te invito un trago bella.— Acepte y está vez fui yo quien habló.—¿Como te llamas?— Llegaron nuestras bebidas y contesto.—Me llamo Max, y tu Lía,¿no? —¿Como sabes mi nombre?— Me sentí alarmada. —En la compañía que trabajo siempre piden los nombres de los clientes.—Me sentí tan boba por no recordar que había pedido mi nombre, el lo noto.— Tomemos un trago.— Asentí. Y no fueron uno si no muchos tragos. —Linda,¿tienes novio?. —No lo tengo y ¿Tu? —Novio no, novia tampoco. Empezamos a reír a carcajadas me acerque a el y le plante un beso en la boca, el correspondió y seguimos así hasta que alguien toco el hombro derecho, frustrada me separé de Max y era Laura. —Lia me voy con aquel guapetón.— Aquel chico atractivo le guiño el ojo yo asentí.—Nos vemos mañana Lau. Ella movió su mano en forma de despedida. Volví mi cabeza en dirección a Max el me tomo de la mano y salimos fuera de la discoteca.-Vamos a divertirnos.-Asentí, nos subimos en un auto deportivo color rojo realmente hermoso, llegamos a una casa muy hermosa, bajamos del auto tomados de la mano y pasamos las grandes puertas de aquella casa. Y de un momento a otro todo se volvió negro.
