19:"Idiotas"

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Lía.
El beso se intensificó, mis manos estaban entregadas en su cabello, el bajó una de sus manos a mi trasero, empezó a masajearlo y apretarlo, su boca se separó de la mía y bajó a mi cuello, sus labios empezaron a chupar y hasta morder un poco.
De mi se escapo un gemido que lo hizo gruñir.

—Max..— Me apretó hacia el y pude sentir como su erección rozaba una de mis piernas.— Paraa.. — Me besó.

Estaba tratando de contener mis ganas, él me había dejado con una carta, me enamoró, me hizo creer que me quería cuando no era verdad, jugó con mis sentimientos, no puedo permitir que esto siga avanzando por lo menos no por ahora.— Para por favor.— Me hizo caso omiso, puse una de mis manos en su pecho y lo empujé levemente, el miró la mano y después a mi .

—Lo siento.— Se alejó de mi. —Que idiota soy, lo siento tanto Lía.— Paso sus dos manos por su cabello y tiró del mismo hacia atrás.

—Max, no creo que es el momento para esto.— Asintió.— Me iré a dormir, mi habitación es la de aquí enfrente.

—Quedate.— Dude.— No te tocare si no lo quieres.—Asentí.

Me crucé a mi habitación y me puse el pijama y fuí nuevamente a la habitación donde estaba Max y Adalyn, Adalyn dios que vergüenza si se hubiera despertado habría visto la pequeña escena que monte con su hermano. Igual es obvio que jamás tendría sexo con su hermana justo en la misma habitación donde dormía la pequeña.
Entre y Max estaba acostado, abrió la cama, se corrió un poco más hacia el lado de Adalyn, me senté en la cama y me metí en ella. Pasó uno de sus brazos por detrás de mí cuello y el otro lo paso por mi cintura, extrañaba tanto estar así con el, me sentía segura, felíz , me dió un beso en la mejilla y caí en un sueño profundo.

Franchesco.
Después de lo que paso con ese tal Max en la casa de Lía, no he recibido una llamada o siquiera un mensaje.
Así que decidí ir a visitarla.

Subí a mi auto y me dirigí a su casa, toque dos veces el timbre y nada.
Iba a llamar nuevamente pero la puerta se abrió dejando ver a una Lía feliz, radiante..

—Oh.. Fran..— me miró confundida.—¿Que haces aquí?

La mire desconcertado.— Hola Lía, me pareció raro que no me llames.. Además me quedé preocupado por ese tipo que estaba contigo.

Hablando de Roma.. 

—¿Quien es Lía?— se asomó, al verme agarró a Lía de la cintura. —Ah .. no queremos galletas, gracias .

Lía.
Rodé los ojos, Max actuaba un poco... Celoso o protector ..

—Ohh.. lo siento tanto es que..—Max me dió un pequeño apretón en la cintura.— Estuve un poco ocupada.

—Si ya veo..—Nos escaneo de arriba abajo a Max y a mi.

—¿Quieres pasar?— Esbocé una sonrisa un poco forzada.

—No, solo quería ver si estabas bien.

—Ya la viste,entonces adiós.—Esta vez intervino Max tratando de cerrar la puerta pero lo mire con cara mala.

—Pensandolo bien, me quedo.— Trate de hacerme a un lado pero el cuerpo de mi apuesto secuestrador no me lo permitió.

—Max.. — dije en voz baja, dió vuelta los ojos y se corrió.

Nos dirigimos los tres hacia la cocina ya que era de mañana y todavía no habíamos desayunado.
Ayude a Liz a preparar el desayuno, terminamos y Max fue a buscar a Adalyn, servimos el desayuno.

—Sientate aquí Lía.— Dijo Fran corriendo una silla que justamente estaba situada a su lado.

—Su lugar es este.—Esta vez intervino Max.

—¿Desde cuando hay lugares designados?— Pregunto Fran.

—Desde siempre niño.— Max se paró de golpe.

—Yo no soy un niño.— Se levantó Fran.

Los mire a los dos y no podía creer que estuvieran peleando por ver al lado de quién me sentaría.

—¡Basta!— Los dos dirigieron la mirada hacia mi dirección.— ¡Dejen de portarse como unos malditos idiotas!

—El empezó.— Se defendió Fran, lleve una de mis manos a mi frente y suspiré, el rostro de Max en cambio mostraba una sonrisa burlesca, al notar que yo lo estaba mirando me guiñó un ojo, rodee los ojos.

Max.
La verdad me sentí un poco raro.. celoso y molesto con la visita del niño explorador vende galletas, es un apodo un poco largo.
Después de la estúpida pelea con ese tal Fran, me aliste, busque a Adalyn, me dirigí al comedor donde el explorador  estaba acostado en el sofá con su cabeza  apollada en los muslos de mi nov.. Lía mientras ella acariciaba su pelo y reía de no sé qué estupidez, no voy a negar que esa escena me molestó y mucho, enojado tome a mi hermana en brazos y salí por la puerta principal despidiendome con un fuerte portazo.

Mi Secuestrador (Pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora