Lía POV
Max me estaba besando, al principio me tomo por sorpresa, pero le sigo el beso, me dejó llevar el me atrae más a el haciendo el beso más intenso, posiciona sus manos en mi cadera y yo las mía en su cuello.
Pero el me empuja y se aleja de mi, en este momento estoy tan confundida.
En el departamento estaba en silencio absoluto.
-Max necesito ropa.- fui la primera que se atrevió a hablar.
-En el cuarto hay un bolso.
Me dirigí hacia el cuarto y era verdad había un bolso lo abrí y escogí una blusa color celeste y una calsa negra, busque más y también había ropa interior mire el talle y eran todas del mio,¿como lo supo? Luego le preguntaré.
Tome algo de ropa y me bañé, después de la larga ducha, peine mi pelo e hice una cola alta me mire al espejo y me veía bien al salir del baño Max estaba acostado en el sofá.
Busque todos los ingredientes y a cocinar.
Prepare todo.-Max ya está la comida.
No me respondió pero se levantó del sofá y se sentó enfrente mía, y de nuevo empezó el silencio.
Comimos callados los dos hasta que yo decidí hablar -Sobre el be..- No me dejó terminar .-Nunca debió pasar, olvídalo.
Volvió el Max irritante, decidí callarme.
Me fui a dormir a la cama y Max apareció por el umbral de la habitación.
-Sabes no entro en el sofá y tu eres más pequeña seguro entras.
-¿Quieres dormir aquí?
-Exacto.
Yo asentí, agarre la ropa que usaría para dormir y una manta que había en el mueble.
No puedo creer que sea tan cretino, lo odio, primero el beso y ahora quiere que duerma en el sofá que clase de hombre es.
Me acosté en el sofá en forma de bolita, la noche esta muy fria y no hay calefacción, pude dormir un poco pero me desperté, no aguanto el frío ya llegó a mis huesos me tapé con la manta, Cambie de posición en el sofá pero no hay forma.
Deje mi orgullo de lado y toque dos veces a la puerta, nadie contestó así que decidí pasar, Max estaba dormido con la boca entre-abierta me hice para atrás y me caí al piso por culpa del bolso ocasionando mucho ruido, el se despertó alterado y saco un arma que estaba debajo de su almohada.
-No dispares Max.- Mis ojos se aguaron.
-Mierda Lía.-Bajo el arma.- No vuelvas a hacer esto nunca más.
-Lo siento es que tengo frío vine en busca de otra manta si no voy a enfermar.-Una lágrima se me escapó.
-No llores, no te disparare.
-El último que dijo eso, lo hizo.- Los recuerdos atormentaron mi mente de nuevo.
-¿Quien lo hizo?
-No importa es parte del pasado- Decidí cambiar de tema.-¿Hay más mantas?
-No, si quieres quédate aquí conmigo.
-¿Contigo?-Dude.
-Si, no te haré nada.-Me miró a los ojos.- ¿O prefieres morir de frío?.
Me metí en la cama sin pensarlo pero a una distancia razonable de el.
En pocos minutos mi cuerpo fue recuperando el calor y el sueño se apoderó de mí.
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Me desperté, mire a un costado y pero Max ya no estaba, me levanté, hice mi desayuno, estuve toda la tarde dando vueltas, ya había limpiado el departamento un millón de veces.
Ya era de noche y el frío de estaba haciendo notar. Decidí cocinar una sopa.
Espere y espere, pero el nunca llegó, mi estómago gruñó así que decidí comer sola.
Me arrope y fui a tratar de dormir, di vueltas de un lado a otro. Mire el reloj que estaba en la mesita de luz (Una mesita de luz es la que muchos tenemos al lado de la cama). Y eran las 4:30 am, escuche la cerradura de la puerta, y a los pocos minutos Max entró en la habitación, pero me ignoró.
-¿Por que vienes tan tarde?-Pregunte y el me ignoró nuevamente.-¡Max!
-A ti eso no te importa, duérmete.-Respondió molesto.
-No tengo sueño.
-¡Ya cállate, cierra tu maldita boca!-El gritando.
-¡No me grites!Yo no tengo la culpa que estés molesto.
-Tu.-Me señaló.-No tienes idea, déjame tranquilo.
Decidí callar, me di vuelta y me dormir.
Al otro día pasó lo mismo, me ignoraba y yo a él, hasta que llegó al punto de no verlo durante días, me dejaba comida en la noche pero no dormía en el departamento, me siento tan sola.Tres semanas después.
Me está costando mucho estar aquí sola, hasta hablaba conmigo misma, ja me estoy volviendo loca, casi no como, perdí unos cuantos kilos.
Estaba mirando la tele, eran las 4:35p.m y se escuchó que alguien abrió la puerta de entrada, no preste atención, era imposible.
Pero alguien apago la tele me di vuelta y ahí estaba Max, me miró y se sorprendió al ver mi aspecto.
-¿que te sucedió?
-Nada,¿por que lo dices- Lo mire desafiante.
-Estas.. más delgada,¿has comido?-Lo mire incrédula.
-Si, si no ya estuviera muerta,¿que haces aquí?
-Trabajo, tengo que estar aquí contigo.
-Ja ja,¿ahora? Déjame en paz.-Me levanté del sofá.
-Te dejaré en paz solo cuando me des algo.
-¿Que quieres Max?
-Las claves de tus tarjetas, del banco, cajas fuertes y todo lo que tengas, si es que quieres irte de una vez por todas de aqui.
Anote cada cosa que me pidió.-Listo.
Empecé a limpiar el departamento como era de costumbre, busque un canal de música para cortar el silencio, empecé a bailar moviendo mis caderas y mi trasero, Max estaba sentado en una de las sillas cerca de la cocina.
Me empecé a sentir observada, mira para atrás y lo pillé a el mirando.
-Haz una foto que dura más.
-Apaga la tele.- Y volvió el Max molesto.
-No.-Conteste.
-Apaga la maldita tele.-Dijo entre dientes, mi hizo acordar cuando mi madre me regañaba.
-No.-Conteste nuevamente.
-¡APAGA LA TELE MALDITA SEA!-No iba a seder.
-¡TE DIJE QUE NO!-Max se acercó a mí y me tomo de las muñecas.
-Mira niña ya me estás artando, mi paciencia se está terminando, tengo muchísimos problemas como para aguantarte a tí, si no quieres pasarla mal ¡APAGA YA LA TELE!
-Yo no te obligó a que estés aquí, es más yo no elegí estar aquí.-Estoy muy alterada.- Tu eres el que me tiene secuestrada, vete como este último tiempo déjame sola.
-¿Eso es lo que quieres?¿Estar sola?-El inspeccionó mi rostro yo bajé la cabeza y asentí.
Max se fue dejándome sola, de nuevo.POV Max
Ella quiere estar sola, le daré el gusto nadie quisiera estar sola con su secuestrador, no puedo más con todo este embrollo de emociones parezco una maldita niña, primero mi madre decae y ahora ella que me está volviendo loco, me dió tanta pena que este tan mal por mi culpa, no puede ser que allá bajado tanto de peso ya no es la Lía del primer día, cuando la conocí en su casa estaba tan radiante su rostro, su sonrisa, todo de ella me gusta,¿me gusta ella? Esa duda la tengo impregnada dentro mío, es una chica realmente linda cualquiera en su sano juicio se hubiera enamorado de ella, pero me tocó a mí.
-Estoy enamorado de ella.-Dije en voz alta.
¿Que hago aqui? Tengo que ir con ella ahora mismo.
Tome rumbo al edificio en donde esta cautiva.
Llegué y cuando abrí la puerta, ella estaba sentada en una de las sillas del comedor, al verme entrar se levantó de la silla y se encerró en el cuarto.
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Mi Secuestrador (Pausa)
Teen FictionLía Sandes es una adolescente, que tras el fallecimiento de su abuela hereda una gran fortuna, es secuestrada por una banda que es liderada por mafiosos que solamente quieren su dinero, o eso es lo que ella piensa. Derechos de autor reservados. Pro...