La luna y las estrellas se encontraban ya iluminando el cielo nocturno en las calles del área suburbana. Los únicos sonidos existentes fuera eran los de un grillo y uno que otro auto que pasaba de vez en cuando en la avenida detrás de la casa. Dentro sólo se reflejaba una pequeña luz entre las cortinas de una ventana en el segundo piso, proveniente de un monitor. El reloj en la computadora marcaba 11:55 p.m.
(T/n) se encontraba en su cuarto buscando el primer capítulo de su anime favorito en una de las tantas carpetas que tenía guardadas, en las que organizaba tanto trabajos escolares como imágenes, o simplemente vídeos para entretenerse. Apenas en la semana que terminaba se había decidido a descargar todos los episodios de la serie en japonés; a pesar de que ya tenía tiempo de que los veía en la web, creyó que sería mejor tenerlos todos de tal forma que pudiera buscarlos con mayor facilidad y verlos cuando quisiera y sin necesidad de conectarse a Internet. Además, pensó que sería una buena idea hacer un maratón todas las noches desde que todos los miembros su familia se fueran a dormir hasta la madrugada del día siguiente, así no sería interrumpida o molestada mientras disfrutaba de sus escenas favoritas. Era un buen plan, pues así también aprovechaba el hecho de que no tendría que levantarse temprano al día siguiente, puesto que las vacaciones recién comenzaban ese fin de semana.
Por fin encontró la carpeta con los episodios de la primer temporada y puso a reproducir el primer capítulo. El Opening comenzó a sonar y la joven siguió el ritmo cantando, o mejor dicho, susurrando la letra de la canción, hasta que aparecieron en pantalla el grupo de personajes a los que tanto cariño les tenía. (T/n) no sabía el por qué de esa cercanía que sentía por ellos, siempre le había gustado hablarles incluso sabiendo que nunca obtenía una respuesta.
Así pasaron los primeros veinte minutos del primer capítulo (arriba la versión en español latino), aunque para (T/n) apenas pasaron cinco; cada que veía de nuevo un episodio este parecía acortar su duración, tal vez porque ya conocía todo lo que pasaba en cada uno casi de memoria. La joven como siempre apoyó a los personajes mientras los veía actuar dentro de la pantalla, sobre todo en la segunda parte del episodio, cuando Yugi se enfrenta a Kaiba en un duelo por primera vez, por lo menos en esa segunda adaptación del manga.
En seguida reprodujo el siguiente capítulo. Cuando iba a la mitad, sintió como sus párpados se volvían poco a poco más pesados y cada vez sentía más y más cansada. Trató de mantenerse despierta concentrándose en el vídeo, pero sus esfuerzos fueron en vano hasta que, justo en el momento en que Pegasus usó su Ojo del Milenio para crear el Juego de la Oscuridad, cayó en un sueño profundo.
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—¿Creen que debamos despertarla?
—No estoy muy segura.
—¡¿Qué clase de lugar es este y qué pasó con el abuelo?!
—¡Esperen, parece que está despertando!
(T/n) escuchó unas voces que le resultaban muy familiares mientras cobraba consciencia de su entorno, aunque no podía entender lo que decían. Cuando por fin estuvo completamente despierta, levanto su cabeza de su escritorio y miró alrededor, hasta que se encontró con un grupo de personas detrás de ella. No pudo evitar que sus pupilas se dilataran de la sorpresa que la invadió. "¡Esto no puede estar pasando! ¿Acaso es un sueño?" se dijo a sí misma incrédula de lo que veían sus ojos.
—Uhm... ¿Hola? ¿Podrías decirnos dónde estamos? —preguntó amablemente el más bajo de los cuatro chicos, de aspecto un tanto curioso. Tenía ojos violetas y el cabello puntiagudo, en su mayoría de color negro, con las puntas rojizas y unas bandas amarillas que caían sobre su rostro. Vestía un uniforme escolar que consistía en una chaqueta y pantalón azules, y una camisa blanca. Además, de su cuello colgaba una pirámide invertida que parecía estar hecha de oro, con un ojo de Horus en el centro.
—L-lo lamento pero no entendí lo que dijiste —respondió la muchacha de pelo (color de cabello) algo nerviosa y con un gesto de confusión. Ésta vez fue el turno del grupo para intercambiar miradas que mostraban desconcierto.
—¡Genial, lo que faltaba! ¿Y ahora qué? —exclamó otro de los adolescentes, éste tenía ojos cafés y cabello amarillo. Llevaba puesto un pantalón azul, una camisa blanca y una chaqueta verde.
—¡Tranquilo Jonouchi! Seguramente hallaremos un modo de comunicarnos y volver a donde estábamos —. La única mujer que formaba parte de ese conjunto, de cabello castaño y ojos azules, trató de calmar a su amigo rubio. Ella usaba una blusa rosa con mangas largas y una falda azul. (T/n) notó que estaba descalza, igual que sus otros compañeros, sólo que ellos tenían puestos calcetines.
Los cuatro compañeros empezaron entonces a discutir. (T/n) se alarmó, pues las voces comenzaban a subir de volumen y podrían despertar a sus familiares. Trató de pensar en cómo podría detenerlos, al tiempo que pasaba sus ojos (color de ojos) entre uno y otro con una expresión de preocupación. Entonces recordó algo que tal vez podría ayudar.
—Uhm... d-disculpen —soltó en una voz lo suficientemente alta para llamar su atención. El grupo dirigió su mirada hacia ella, lo que hizo que la joven apartara tímidamente la suya. —P-Podrían bajar un poco la voz, m-mis padres están durmiendo en la habitación de al lado —. Terminó su oración, esperando que su inglés no fuese tan malo y alguno pudiese entenderla.
—Chicos, creo que deberíamos guardar silencio —dijo la muchacha castaña.
—¿Puedes entender lo que dice? —preguntó el último miembro, de cabello y ojos cafés. Su cabello era más oscuro en la parte superior y terminaba en punta. Llevaba puestos una camisa blanca y un pantalón negro.
—Si pusieras atención en clase tu también lo harías —contestó algo molesta —Pero sí, sí puedo... o al menos eso creo —dirigió su vista hacia la chica— Ehh... Hola, ¿podrías decirnos en dónde estamos?
—Oh, b-bueno, estamos en (C-Ciudad). (P-País) para ser más precisos.
—¡¿Qué?! ¡Eso no puede ser!
—¿S-Sucede algo malo, Anzu? —preguntó su amigo tricolor con una expresión de preocupación, pero justo antes de que pudiera recibir una respuesta, un brillo intenso proveniente de la computadora de (T/n) iluminó la habitación completa, cegando a todos los presentes.
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La octava llave - Duelist Kingdom
Fanfiction¿Quién no ha soñado alguna vez con entrar a su show favorito? Todos piensan lo divertido que sería conocer a sus personajes favoritos y pasar tiempo con ellos. Esta es la historia de (T/n), una joven de 16 años que de algún modo terminó en el mundo...