Capítulo 12 - ¡Dark Flare! Red-Eyes Black Dragon

565 56 12
                                    

—¡Bien, Jonouchi-kun! —celebró Yugi— ¡Los dos Barbarian elevaron su poder! ¡Ahora sí hay una oportunidad!

—¡Ve, Jonouchi! —lo animó Honda— ¡Muéstrale a este dinosaurio bastardo el poder de nuestra amistad!

—¿Poder de la amistad? —gritó Ryuzaki— ¡Qué mierda dices! Mi carta definitiva sigue en mi mazo —Sacó su siguiente naipe y sonrió— ¡Muy bien, aquí está, mi carta definitiva! ¡Muéstrate, Red-Eyes Black Dragon!

Aparte de (T/n), todos se sorprendieron, aunque debía admitir que el holograma del gran dragón era bastante impresionante, la bestia lanzó un rugido y movió la tierra al plantarse en el campo.

—Es muy raro que alguien vea esta carta —dijo Dinosaur—, así que incluso si pierdes puedes sentirte horado.

—Es la primera vez que lo veo... —comentó el tricolor— ¡Red-Eyes Black Dragon! Es como el Blue-Eyes, es una carta legendaria.

—¿Ryuzaki tenía una carta así? —musitó Mai mientras observaba a la criatura.

—¡Intercambié casi todas mis cartas por esta carta super rara!

Dinosaur usó la carta Mágica Dark Dragon Clan Claws para aumentar los puntos del Red-Eyes y atacó a ambos Barbarian, reduciéndolos a cenizas. Los Puntos de Vida de Jonouchi cayeron a 235, con ese sólo ataque perdió la ventaja sobre los 840 de su oponente.

—¡Así que puedes hacerlo cuando te lo propones, sirviente!

—Ahora, Jonouchi... —dijo Ryuzaki ignorando a Mai— ¡Es tu turno!

—¿Este es el fin? —Jonouchi parecía derrotado.

—Yugi... —Anzu se inclinó hacia el tricolor— ¿Hay alguna manera de que Jonouchi pueda ganar? Si esto sigue así, perderá...

La (color de cabello) observó a Yugi pensativo, había una respuesta positiva y ella conocía cual era, pero al prometer no dar consejos, él permaneció callado y ella tendría que hacer lo mismo.

—¡Jonouchi, un principiante como tú no puede vencerme!

El rubio permaneció en silencio otro rato más.

—¡Jonouchi, no te rindas! —exclamó Honda para llamar su atención— ¡Tú no eres así!

—¡Así es, Jonouchi-Kun! —lo apoyó Yugi.

—¡Ánimo, tiene que haber una manera! —se unió Anzu.

—¡Cree en ti mismo, Jonouchi!

Su amigo de cabellos amarillos asintió con la última frase de Honda y acercó su mano para robar la siguiente carta. 

—Jonouchi, no hay manera de que me derrotes —sonrió Ryuzaki.

—¡Ahora, sirviente! —Mai agitó su puño en el aire— ¡Acaba con él rápidamente!

Dinosaur miró a Kujaku, sin decir nada. (T/n) sabía qué estaba pensando y no pudo evitar sonreír, ya que ese pensamiento sería lo que le daría la clave a Jonouchi para ganar la batalla, él sólo se echaría la soga al cuello, y todo por creer que un naipe le ayudaría a vencer a Mai en una venganza que nunca llegaría.

—¡Jonouchi! ¿Qué te parece si en este Duelo el ganador se lleva una de las cartas raras del oponente? Si yo gano, me llevo tu Time Wizard, ¿sí?

—¿Time Wizard? —preguntó el rubio y miró su panel— Hablando de eso... yo lo jugué.

—En caso contrario, si pierdo, te daré la carta de Red-Eyes.

—¡Oye!, ¿qué estás haciendo? —voceó Mai— ¡No bromees! Ryuzaki, no estoy de acuerdo con esa clase de condición.

La octava llave - Duelist KingdomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora