Capítulo 13 - ¡La trampa de Metamor Pot! ¡Flame Swordsman en peligro!

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Lo único que tienen que hacer es saltarse las partes de la carta que no eligieron hasta que lleguen a una línea punteada así: ~~~~~~. También hay algunos diálogos con partes resaltadas de acuerdo a las cartas.

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—Bakura... eres un duelista de Juegos de la Oscuridad, ¿no es cierto? 

—¿Bakura? —rió el albino— Yo no soy Bakura.

—¿Cuál es tu objetivo? —preguntó el tricolor.

—Yugi... deberías saber eso. Cualquiera que obtenga todos los Artículos del Milenio tendrá todo lo que él quiera de este mundo. Si tú ganas, traeré de vuelta el alma de todos. Pero si yo gano, tomaré tu Rompecabezas del Milenio.

—¡Inténtalo! —el Otro Yugi sujetó la pirámide.

—¡Duelo! —gritaron al unísono.

Ambos tomaron sus respectivos lugares en lados opuestos del tronco, con una rodilla apoyada sobre el suelo. El Otro Yugi jugó el primer turno.

—¡Mi carta es Commander, en modo de defensa!

Puso la carta en el tablero y la imagen de ésta generó un resplandor que reveló una pequeña figura. Traía puesto un pantalón azul estilo militar, botas cafés, armas, carrilleras en bandolera y un mascarilla metálica.

—¡¿Honda-kun?! —exclamó sorprendido el amatista una vez pudo verlo claramente.

—¿Qu-Qué es ésto? —dijo el castaño desorientado, mirando el arma en sus manos y luego a sus alrededores— ¿Dónde estoy? —Su vista se encontró con el tricolor— ¡¿Yugi?!

—El alma de todos fueron... —habló el amatista con preocupación— ¿transferidas a la carta que más les gusta?

—Es demasiado tarde para darse cuenta de eso... —comentó Bakura riendo— Y ahora, es mi turno. Mi carta es... ¡White Thief! 

La carta apareció sobre el tablero y Bakura declaró su ataque. Honda se giró asombrado, sin saber aún qué sucedía. El monstruo del albino corrió hacia él y golpeó su pecho con el puño, haciéndolo desaparecer del juego.

—¡Honda-kun! —exclamó el Otro Yugi alarmado, mientras Bakura volvía a reír.

—En este Duelo, el alma de la carta que pierde, al igual que las otras cartas, va al cementerio. 

—¿Qué?

—Pronto, el Dios de la Muerte llegará al cementerio —continuó Bakura—. Cuando Commander sea atrapado por el dios de la Muerte, el cuerpo de Honda morirá.

—Honda-kun va a... ¡Honda-kun!

—Finalmente lo entiendes. ¡Pero el Juego de la Oscuridad no puede ser detenido! Ahora es tu turno —apuntó con su índice al tricolor— ¿Qué vas a hacer, Yugi?

El Otro Yugi observó los naipes en su mano. No podía jugar la carta de sus amigos con descuido, sin embargo, ahora solo contaba con una que podía vencer al monstruo de Bakura.

—¡Esta es mi siguiente carta! ¡Flame Swordsman!

Lo colocó sobre el tablero en modo de ataque y, de igual manera, apareció una persona con el atuendo del espadachín en colores naranja y azul y algunos bordes amarillos, con casco y espada.

—¿Qué? —El chico de cabello amarillo estaba tan confundido como Honda.

—¡Jonouchi-kun! —lo llamó el tricolor.

—¿Tú eres... Yugi? —preguntó impresionado el rubio al verlo, después de un grito— ¿Qué está pasando?

—Cálmate y escucha —prosiguió el Otro Yugi—. Tu alma está ahora sellada dentro de la carta de Flame Swordsman.

La octava llave - Duelist KingdomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora