Cuando Patrick conducía sin rebasar el límite de velocidad, lo hacía estupendamente bien. Con una gracilidad que a pocas personas se la había conocido yo antes. Parecía no costarle ningún trabajo vislumbrar las curvas en la espesa oscuridad. Sonrío todo el camino de vuelta.
-¿No vas a despedirte como Dios manda?-me preguntó rebosante de alegría cuando aparcó el Volvo frente a la puerta de mi casa.
Yo ya había estado dispuesto a salir del coche sin llegar a mirarle siquiera. Demasiada vergüenza había pasado ya, desde que había conseguido separar mis labios de los suyos tras mi momento de arrebato.
-Yo no suelo hacer esas cosas-aclaré.-Lo siento.
-A mi no me parece algo por lo que debas disculparte-rebatió el chico obligándome a mirarle nuevamente.-Eh, no hacemos nada malo.
-Ni siquiera te conozco.
-Pero yo a ti sí-concluyó.-Y para eso ha sido lo de esta noche, ¿no?, para que pudieras conocerme mejor.
Me froté el pelo con el dorso de la mano y comencé a suspirar nervioso. Quería hacerle una pregunta más, que había estado planteando desde que la noche pasada había tenido aquel sueño tan raro.
-¿Quisiera hacerte una pregunta más?
-Dispara.
Le miré con prevención durante un instante más de silencio incomodo y él me cogió de las manos para ayudarme a comenzar.
-¿Tú y yo, hicimos algo más que besarnos?-pregunté sonrojado.
-¿A que te refieres?
-Por favor no me hagas decirlo en voz alta-le pedí.-Ya sabes, ¿tuvimos...?
-¿Sexo?-terminó él la pregunta por mí.
Una tímida sonrisa salió de mi cara mientras retrocedía y escondía la mirada lleno de vergüenza. Ni siquiera lo pensó, es más yo diría que parecía complacido con la respuesta.
-Sí, claro que sí.
Me quedé sorprendido y él lo advirtió. Había tenido casi la certeza de que había ocurrido, pero esperaba que su respuesta fuera diferente. No por que estuviera mal, si no por que yo no me acordaba de ello.
-¿Te parece mal?-inquirió de nuevo sin quitar la sonrisa de la cara.
-No-dije inmediatamente.-Es solo que me gustaría poder recordarlo.
Levantó una ceja y me miró con picardía, mientras se quitaba con total sorna e inocencia el botón más alto de su camisa.
-Podemos crear nuevos recuerdo, si quieres.
Aquello me hizo reír mucho más de lo que había reído en toda la noche. El chico hizo una mueca de falsa modestia.
-Has herido mi ego-musitó.-Yo intentando pervertirte con mis encantos y tú te ríes de mí, descaradamente.
-Buenas noches Patrick Collins.
Salí del coche aun riendo.
-Buenas noches Bryce.
Sin mirar atrás subí los escalones de casa y entré, cerrando la puerta tras de mí. Luego cuando me quedé durante un instante apoyado sobre la puerta escuché el motor del coche alejarse calle adelante.
-¿Puedo preguntarte quien es?-Peter había levantado la cabeza del sofá y murmuraba suavemente mirando en mi dirección.
Yo me acerqué hasta el sofá para ver como Víctor roncaba débilmente sobre su regazo, le acaricié el pelo suavemente y miré a mi padre.
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Pequeños Tesoros
Teen FictionHa estallado una guerra, una carrera a vida o muerte entre los Custodios y los Hijos de Epimeteo por conseguir la ansiada caja de pandora. La clave para conseguir su objetivo es un buscador que no recuerda que es buscador. Ultima parte de la trilogí...