-Suéltame ahora mismo Patrick Collins-grité fuertemente mientras pataleaba como un niño pequeño.
Tras hablar el chico del desviamiento de la batalla hacia las ruinas del teatro, Patrick me había cogido por la cintura y me llevaba en volandas hacia el principio de la pequeña ladera ante la mirada de horror del herido y la sorpresa de Danny que estaba aún en cuclillas ante él
-Se acabó, ya no te consiento más caprichos egoístas.
Me retorcí en sus brazos y no tuvo más remedio que dejarme en el suelo.
-Se está muriendo una personas, melón-le golpeé el pecho con las dos manos y él retrocedió enfadado.-No es un capricho para mí salvarle.
-Es un enemigo-escupió de nuevo.
-Es un chico herido, mi conciencia no me dejará tranquilo si me voy y le dejo morir-hablé con pena a la misma vez que me volvía y caminaba de nuevo hacia él.
-¿Qué pasará si cuando esté sano y salvo vuelve para vengarse y mata a uno de nosotros?-aquellas palabras tan rebuscada eran el último intento para detenerme y quise felicitarle, poner su vida en la misma balanza que un desconocido era una buena táctica para hacerme dudar, pero también él sabía lo cabezota que yo podía ser.
-Eso son suposiciones, puede que eso no ocurra jamás-rebatí.-Esto es una realidad, ese chico se muere y yo voy a ayudarle, tú puedes irte si quieres.
Escuché los pasos furiosos del chico subir la ladera junto con sus dos acompañantes y yo también furioso me incliné sobre el mismo sitio donde había estado antes.
-¿Qué hacemos Danny?, no tengo ni idea de primeros auxilios y menos para estas heridas-le dije.
-Tranquilo-dijo. Después se sacó el cinturón de las armas y las dejó en un lado de su cuerpo. Luego cogió una húmeda y sucia rama del suelo y se la dio a chico.-Muérdela, tienes la pierna rota, pero tengo que introducir el hueso de nuevo en la carne por que estás perdiendo mucha sangre.
El chico obedeció a Danny y mordió la rama, al instante y con un grito ahogado del chico introdujo el hueso con un fuerte tirón de nuevo dentro de la piel.
-Ya está, lo has hecho muy bien-le dijo al chico, el chico escupió la rama y se secó unas lágrimas de los ojos.-Riley haz presión encima de la herida.
Le obedecí de inmediato y le puse las dos manos sobre la pierna del chico haciendo toda la presión que pude, luego Danny metió su cinturón por debajo de la pierna y le hizo un torniquete para que la sangre dejara de fluir a chorro.
-Una cosa terminada.
Dicho aquello se levantó y se puso a la espalda del chico, partió la parte trasera de la flecha de madera con un sonoro chasquido y luego tiró de la parte delantera para sacarla, el chico volvió a gritar. Danny se alejó de allí y se puso a trabajar en el costado.
-Espera-le suplicó el herido.-No voy a poder, no aguanto más.
-Un poco más-le pedí yo.-Solo un poco, ya casi está.
El chico asintió de mala gana y Danny hizo lo mismo con aquella flecha. El chico se quedó acostado suspirando fuertemente después que la flecha salió de su cuerpo.
-Bien chaval, es hora de irnos.
-¿Cómo vamos a llevarlo entre los dos?-pregunté.
-Es joven no pesará mucho, yo me haré cargo del peso del cuerpo y tú de las piernas, evitarás que se mueva el torniquete.
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Pequeños Tesoros
Teen FictionHa estallado una guerra, una carrera a vida o muerte entre los Custodios y los Hijos de Epimeteo por conseguir la ansiada caja de pandora. La clave para conseguir su objetivo es un buscador que no recuerda que es buscador. Ultima parte de la trilogí...