Creía que no iba a poder dormir en toda la noche, pero al final el sueño pudo conmigo. También pensé que no podría parar de llorar, pero no solté ni una sola lágrima más. Ahora tenía que mantenerme sereno para poder salvarle la vida, llegado el caso, a Patrick o a cualquiera que me necesitara. Después de que todo aquello pasara y si yo y él seguíamos con vida, solucionaríamos o no las cosas.
Me despertó la luz del alba, y las risas y voces de los chicos al partir por el camino de piedra de nuevo hacia un duro entrenamiento. Me vestí de nuevo con ropa cómoda y bajé al salón donde Reccelen ya se servía una taza de café, en cuanto me vio sirvió otra para mí.
-¿Listo?
Asentí y sorbí un nuevo trago de café. La chica rió satisfecha.
Esta vez fue al revés. Cruzamos el bosque a la carrera y nos dirigimos hacia el templo de Apolo a toda prisa. Como el día anterior la chica iba en cabeza y yo la seguía muy de cerca, mientras me tropezaba con varias ramas de nuevo y me raspaba las manos y rodillas al evitar que alguna rama chocara contra mi cara. Medía hora después y sin mucho aliento, la chica se paró de golpe justo a la salida del bosque y yo tuve que hacer un esfuerzo para no chocar contra ella.
-¿Qué...ocurre?-dije mientras me doblaba por la mitad para coger un poco de oxígeno.
-Intrusos-susurro la chica mientras se agachaba y miraba al frente. Me agarró de una mano y tiró de mí hacia el suelo.
-¿De La Orden?
-Eso creo-dijo la chica sin mirarme.
Sorprendido y asustado agudicé la vista y miré hacia donde la chica miraba fijamente. Entonces el reconocimiento llegó a mis ojos enseguida y con él el frío de nuevo en mis venas. Farah y Andrew estaban parados en el círculo de pequeñas columnas sobre el que yo había tenido la visión el día anterior, e inspeccionaban el lugar con sumo cuidado.
-Ya están aquí-dije murmurando.-Se han adelantado, hemos perdido el tiempo y han llegado primero.
-Están solos.
-¿Eso quiere decir que no habrá batalla?-me sentí aliviado por un momento.- ¿No traen ejército con ellos?
-No, supongo que el ejército estará al caer, lo que quiero decir es que no van a entrar hoy. Son muy cobardes como para enfrentarse ellos solos a lo que pueda haber allí dentro.
-Te refieres a la medusa, ¿no?, es ella quien protege el tesoro.
La chica asintió y se movió un poco hacia delante sin apartar la vista de los intrusos.
-¿Te has preguntado que pasaría si la caja no estuviera entre ese tesoro?, ¿Qué pasa si me he equivocado?
-Confía un poco más en ti-repuso la chica retrocediendo.
Nos quedamos durante un instante mirando a los dos chicos mover los labios pero sin escuchar en ningún momento lo que decían.
-Si pudiera escuchar lo que dicen tendríamos alguna ventaja. Si pudiéramos saber cuando vendrán....
Sin saber muy bien lo que hacía me adelante unos pasos a la chica y me dejé llevar por la atracción que aquel lugar ejercía sobre mí. Quise oír lo que decían y sin saber como cerré los ojos y me los imaginé hablando, me imaginé lo que debía de estar pensando Farah y Danny y entonces escuché un gritó ahogado a lo lejos mientras yo...
Al atardecer... Victoria... Esos hijos de puta... Al atardecer... Utilizar sus armas... Malditos....Lugar sagrado... Al atardecer... Con sus propias armas... Poderes del chico... Voy a acabar con él con mis propias manos... Cuando el sol se ponga tendremos una oportunidad... Al atardecer.... Al atardecer...
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Pequeños Tesoros
Teen FictionHa estallado una guerra, una carrera a vida o muerte entre los Custodios y los Hijos de Epimeteo por conseguir la ansiada caja de pandora. La clave para conseguir su objetivo es un buscador que no recuerda que es buscador. Ultima parte de la trilogí...