"El gemelo de Mateo"

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Esa noche dormí como un bebé, feliz, no sin antes contarle a mis mejores amigas lo sucedido. Había experimentado lo mejor del mundo entero, y solo quería saber que yo también le gustaba. Mi secobiano, mi Mateo era algo real, por lo menos no estaba todo en mi imaginación porque ¿Y si no no se hubiera dejado besar? la verdad mis labios jamás habian besado a nadie y con el hecho que fuera Mateo, el primero lo hacía hermoso.
Al día siguiente mi mente se la paso divagando sobre él, porque había un pequeño presentimiento, algo me decía que no debía estar con Mateo, pero mi corazón sentía diferente estando cerca de él. Me moría de ganas de mandarle una solicitud en Facebook, solo para poder platicar con él, entre decidida 5 o 6 veces pero no debía hacer nada de eso si yo lo bese dejaría que Mateo diera el siguiente paso sino me vería como una rogona. ¿O ya me había comportado así? ¡No! Un estado paranoico entró en mí ya estaba asustada ¿¡Y si lo había espantado!? SI seguro :'( No podía más, no deje de pensar en el ni un segundo (en mi casa sufriendo, gracias a que por ser día de muertos no hubo clases) Para no aburrirlas con el cuento de siempre...
El resto de la semana mi corazón se quebro en tantos pedazos cuando nuevamente Mateo no fue al Secobi. ¡Que díficil! Un chico serio, penoso, no muy bueno para socializar. Pero me beso, por lo menos necesitaba unas palabras de él como: Sabes me sigues incomodando, no se porque me deje llevar en el beso. ¡Adioos!
Incluso Ross lo notó al decirme:
-Nat ¿Y si te enamoras de uno que no sea de prepa? Alguno más sociable por lo menos.- Sonrío algo sin ganas. Sí ¿Porqué siempre me gustaba lo difícil? Digo en realidad nunca me faltaban los halagos y los galanes pero lo imposible era mi estilo. Además alguien tan... distinto. Yo era ruidosa, sonriente, amaba tener la atención, reírme y bailar eran la mejor representación de mi vida. Y él, al menos por lo que parecía, todo lo contrario. Quizá jamás tuvo la intención de dejarme ilusionar. Sí, como lo oyen, las ilusiones se apoderaron de mí el día que me beso.
{...}
-Jamás había sufrido tanto con alguien, eres muy extraño, nunca dejas ver lo que sientes ni siquiera se nota en tu cara. ¿Quieres que olvide todo esto? Pero porfavor si es así, ya no vuelvas, me haces sufrir.- Vaya para que rayos acepté venir a platicar en cuanto me vio ese lunes, una semana después de lo del beso. Ni siquiera lo vi hasta hoy.
-No Natalia, solo estoy confundido.
-¿Sabes mi nombre?- Dije sarcástica mientras lo miraba a los ojos, los mios se empezaban a nublar ¡No porfavor ahora no quiero llorar, no frente a él!- Acabas de decirme que crees que es mejor dejarlo por la paz y ahora estas ¿Confundido?
-Pues sí, tú aún estas chica conocerás más hombres y me olvidaras. Yo no quiero hacerte daño, pero no sé tu tienes algo...- Me dijo en un tono tan bajo que sus palabras podrían confundirse.
-¡Que importa la edad! A mí en cambio solo me importa una cosa: ¿Te gusto o no? Creo que es todo lo que debería importar.- Yo, nuevamente recargada en la pared de mi salón de Inglés (junto al Secobi) en recreo, escuchando sus palabras que le daban puñaladas a mi corazón. Creo que hubiese sido menos doloroso si se quedaba en el beso y su ya no te hablo ni te buscó.
-No lo sé, es en lo que estoy confundido. Yo jamás he hecho esto y no se que hacer, como te dije no soy bueno para socializar- Me dijo llevandose una mano a su nuca, dandole enfásis a lo que decía ¡Carajo siempre se veía sexy, incluso en los momentos en los que lo debía odiar! La primera lagrima brotó para seguirle otra y otra sin contenerse... ¡Me odiaba! ¿Porque demostrale que me dolia? Rápidamente limpie mis mejillas.
-¿Y si vives el momento? Que mas da si nunca has hecho esto. Deja que nos conozcamos, no te digo que seamos novios no para nada sino ser amigos y después decide si te quieres alejar de mí.
-Pero no quiero romper tu corazón y te des cuenta que no soy como tú crees.
-Ese ya será mi problema. ¿Sabes? La gente jamás es como pensamos y no por eso les dejamos de hablar.
El primer timbre sonó, mi siguiente clase era Inglés, mis compañeros estarían por llegar así que tenía que despedir la situación ya.
-Sabes que, si no te interesa esta bien no tengo porque rogarle a nadie. Tienes razón voy a conocer a alguien que si me valore.- Proseguí al darme cuenta de que él no diría nada, tratando de acabar con todo aquello y limpiando mis últimas lagrimas que rodaban por él. SEGUNDO TIMBRE, de la nada aparece el maestro de Inglés sin siquiera mirarnos pero fue obvio que se dio cuenta quien era. Abrío el salón, entra y lo cierra tras él, lo cual agradecí bastante porque así ya no podría escuchar nuestra conversación. Me sentía avergonzada de todo, de ser tan estúpida, de dejarme llevar por el idiota que me gustaba.
-¡No para nada! Quiero conocerte, de verdad. Solo no prometo nada, no quiero que al final digas que no era la persona que esperabas.- Me dijo y acto seguido me abrazo penosamente, yo me quede inmóvil. ¿Eso que era?
-Bipolar- Susurré. Y él aún con mi cuerpo entre sus brazos, ignorando lo que dije susurro en mi oído:
-Perdón por hacerte sufrir.
El último toque dio y todos mis compañeros de Inglés aparecieron, corriendo porque el último toque significaba una falta. Mateo me soltó, sonrió y se largo, dejandome entre toda la masa de gente. Tomé mi mochila, dispuesta a entrar en la clase y de pronto alguien me abrazo del hombro. Voltee y ahí estaba Shawn (el tipo del anuario, gemelo del secobiano.¡¡Sí de neta!! Ahora cuando trataba de olvidar al secobiano llegaba su gemelo, vaya juego) Además que rayos hacía ahí, si el era de prepa.
-¿Todo bien amiga?- Me preguntó sonriendo dulcemente, ahora notaba que su cabello era café. Era un reto lo que hacía de abrazarme obviamente...
-Es un estúpido- Dije en un susurro sin saber si él me escucho. Extrañamente Shawn entró en mi salón y se sentó junto a mí... ¿¡Qué pasa aquí?!

No se permiten ilusionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora