Capítulo 10

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Violet deshizó la esfera y yo seguía mirando mi cuerpo. Lo tenía cubierto de tatuajes sin sentido, al menos para mí.

—Astrid...

—¡Alejaos!—grité— no sé que mierda soy, pero lo más probable es que sea peligrosa así que, por favor, lejos.

—Eres peligrosa... eres una omnis pura.

—¿Qué? Tu eres un omnis, yo soy una humana.

—No eres una humana. Eres una omnis pura, niña terca. Con unos poderes impresionantes y peligrosos, además de desconocidos para ti. Por otro lado, cuando te transformas tienes un instinto mortal.

—Oh, genial. ¿Algo más? No sé. ¿Tal vez que os voy a matar a todos porque ese es mi futuro? Porque os ruego que salgáis de mi casa y no le digáis esto a nadie.

Los dos desaparecieron de mi vista. Pocos minutos después escuché el timbre y fui a abrir, no sin antes mirarme en el espejo. Abrí y vi a Noah y Julem.

—¡Tenemos información!

—Hay un omnis puro aquí, en Weirdville. No sabemos quién o cómo es, pero está aquí. Y es un gran problema. Es demasiado fuerte. Si se une a los demás, nos matarán.

Tragué la bilis que había subido a mi garganta. Estuvimos hablando un rato de esta nueva amenaza hasta que llegaron mis padres. Julem se fue a su casa, pero Noah se quedó. Subimos a mi habitación y nos tumbamos en la cama.

—Realmente, ¿crees que será muy peligroso?

—Imagino. Los propios hermanos lo dijeron y uno de ellos es un omnis.

—¿Tu me quieres?

—Sí.

—¿Y si yo fuese esa omnis?

—Astrid... sabemos que los quieres...

—Te he preguntado que qué pasaría si yo fuese ese. Justo ese.

—Te seguiría queriendo, pero Julem y los demás querrían matarte.

—Genial...

Mamá abrió la puerta de la habitación.

—Noah, ¿te quedas a dormir?

—Claro.

Me puse el pijama y le di a Noah un pantalón de pijama de mi padre. Me acosté en la cama y me cubrí por la sábana, se acostó a mi lado y me rodeó con su brazo.

—¿Te molesta? 

—No...

Y ambos caímos en un profundo sueño, donde las pesadillas, por mi parte, no faltaron.

Otra vez el campo de batalla. La misma situación. Y aparecí.

Así que ya lo sabes...

—Podrías habérmelo dicho.

No tuve tiempo.

—¿Soy peligrosa?

Sí. Pero puedes aprender. Pídele a los demás que te ayuden. Eres como una reina para ellos.

—Pero se supone que estoy con los humanos...

Puedes hacerlo a escondidas...

—Los demás. ¿Son peligrosos?

No.

—¿Entonces por qué los humanos los quieren destruir?

Los humanos temen lo que desconocen...

Y me desperté. El sol se colaba por la ventana. Noah miraba el techo de la habitación.

—¿Hay algún bicho?— pregunté bromeando. Él negó.

—Estaba pensando....

—¿En qué? 

—En esto.

Cogió mi cintura y me acercó a él. Unió sus labios a los míos en un beso desesperado. Se sentía tan malditamente bien. Me dejé llevar por los besos hasta que escuché unos golpes en la ventana. Me levanté a regañadientes y abrí la ventana.

—¿Julem?

Noah apareció detrás de mí.

—¡No quiero ser tío, todavía!

Noah se rió a carcajada limpia y yo me sonrojé. Dios. Que vergüenza. Julem se fue después de decir que vendría más tarde y rogarnos que estuviésemos presentables.

Bajamos las escaleras y vimos a mi madre junto a los que parecían nuestros invitados.

—Violet, Axel, buenos días— dijo sonriendo falsamente Noah.

AlienaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora