Aliena

Capítulo 17

Salí de la tienda con el pijama revuelto y un albornoz de seda hasta el suelo, de un azul precioso. Fuera, Noah, Julem y Damon me esperaban para acompañarme al comedor. Allí comería con el resto del campamento.

Llegué a una mesa separada para mí y mi amigos. Me senté en la cabecera y entonces todos empezaron a comer.

Estaban hablando todos alegremente cuando escuché algo cortar el aire. Era un cuchillo, lo vi acercarse hacía mí en el aire hasta que alguien se puso en medio. Reconocí la piel grisácea de Damon.

El cuchillo le había atravesado el estómago. La sangre salía a borbotones y era difícil de parar. 

Me agaché para socorrerlo. Tapé la herida mientras algunas lágrimas brotaban de mis ojos. Me concentré todo lo que pude en la herida, intentaba curarla, pero era incapaz.

—Astrid...- su voz sonó en un susurro tan delicado...—para...

—No, Damon, no pasa nada. Pronto estarás bien y podrás volver a ser borde conmigo- las lágrimas caían por mis mejillas.

—De... verdad.. no te preocupes. Estaré bien...

—No. Quiero que estés bien aquí, conmigo, con Nua, con Axel, con todos nosotros...

—Trid. Para. Ya está...-sus ojos dejaron de brillar, su respiración se paró y su corazón dejó de latir.

—Ese cuchillo estaba envenenado, idiota. Iba para ti, no para él. Es tu culpa. Asesina.

Busqué al dueño de la voz entré el tumulto. Encontré a un chico con los ojos rojos sangre y una sonrisa tan cínica como la de la mujer de mis sueños. Lo elevé y lo acerqué a mí. Aunque ya no era yo. Quiero convencerme de que no fui yo. Yo no fui. Yo no le partí el cuello al joven alienígena. No había sido yo. Aunque era ilógico, Aliena no tenía los mismos sentimientos que yo ¿no? Yo era la que quería venganza por la muerte de Damon, no Aliena. Pero era su físico, era su poder.

Mas al final éramos la misma persona.