Capítulo 14

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El condenado sol me daba en toda la cara. Me liberé de los brazos de Noah y me levanté. Al alzar la mirada me encontré con unos ojos obsidiana. Ahogué un grito y él hizo una señal de silencio.

—¡¿Qué cojones haces aquí?!

—¿Qué hace él aquí?

—Dormir. ¿Algún problema?

—Sí. Tu amiga está... mal. Muy mal. Su... novio... lo han matado.

—¿Qué? ¿Qué novio?

—Jayden.

Ahogué un grito y algunas lágrimas se juntaron en mis ojos. Damon permanecía firme, sin mostrar ningún sentimiento.

—Creen que fueron ellos, pero dicen que no.

—Hay alguien más. La chica del sueño dijo que no había sido culpa de los humanos.

—¿La chica del sueño?

—Eso da igual. Hay que conseguir que los humanos y los... y nosotros nos llevemos bien.

—Muy bien. Venga. Dile que eres una de nosotros. La más peligrosa. Adelante. Quiero verlo— dijo sentándose en la silla de mi escritorio. Miré mi lapicero sobre la mesilla. Lo cogí y lo volqué sobre la mesa.

—Mierda.

Estaba el micro. La luz roja palpitaba. Escuché la ventana abrirse y vi como Noah se despertaba. Mierda, mierda, mierda.

—Quieta, Astrid. Ni se te ocurra moverte.

Me estaba apuntando con un arma. Alcé el brazo y moví los dedos hacia la derecha. La pistola salió disparada y cayó contra la pared. Noah había visto eso. Los tres me miraban. Vi mi brazo, gris con runas. Bajé el brazo y miré a Julem.

—Julem. Han matado a Jayden. No habéis sido vosotros y menos ellos. Ahora, el tema es, hay alguien más al que no le cae bien ningún bando. Sencillamente, quiere destruirnos a todos. Tenemos que... unirnos.

—¿Por qué tendría que creerte? Nos ocultaste que eras uno de ellos.

—Es que no quería estar en ningún bando. Ahora el tema es hacer una.. tregua. Sí, algo así. Damon — el chico alzó la vista— haz que quién mande en vuestro bando vaya hoy al acantilado. Julem, irás con los humanos que estén involucrados. Firmareis un tratado o algo y así estaremos en paz hasta que destruyamos a quién esté amenazándonos.

Estábamos en el acantilado, esperando por los alienígenas. Siete cuerpos aparecieron frente a mí: Donna, Axel, Nua, Violle y Damon, junto a dos desconocidos.

—¿Es ella?— dijo uno con aire de superioridad.

—Sí— dijo Donna sonriendo.

—Bueno... quiero que hagáis un trato de paz, para averiguar quién a matado a... a Jayden.

Violle soltó un sollozo.

—Lo haré si prometen no atentar contra nuestras vidas— dijo Donna. Julem asintió. Saqué el papel de mi bolsillo y se lo entregué a Donna que con pasar los dedos dejó su firma. Julem firmó apoyándose en la espalda de Noah, que me miraba con odio.

—Y pensar que ella es la gran reina... solo es una chiquilla— murmuró el otro chico. Alcé mi brazo y con mis poderes lo estrangulé sin tocarlo. Aunque no lo maté. Paré casi después de empezar. No podía matar a nadie. No podía permitir que Aliena ganase. Debía mantener la paz.





inesitaminesota ¿querías bulla? Toma bulla.


AlienaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora