Capitulo 51

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Fede: -Siempre...a pesar de todo y todos- me abrazó.

 TN: -¿Fede?

Fede: -¿Esperabas a alguien más?

TN: -¿Cómo me encontraste?

Fede: -El rastreador en tu teléfono.

TN: -¿Qué haces acá?

Fede: -Vos me ayudaste cuando yo había huido, creo que me toca a mí.

TN: -No tienes que hacer esto.

Fede: -____TN, Tal vez yo no te entienda por completo, ni seamos iguales. Y quizás por eso me gustas tanto, por que sos diferente. Todos pueden abandonarte y dejarte sola pero yo no soy de esos todos, tal vez vos ya no me queres o nunca me quisiste pero yo te amo, y me basta con saber que estas bien. 

TN: -¡Ay, Fede! Jamás vuelvas a decir que no te quiero- me lancé sobre él a abrazarlo.

Fede: -Ven que te vas a resfriar- me tomó de la mano y me guió hasta una pequeña cueva que se hacía de la unión de dos rocas enormes, suficiente para protegernos de la lluvia.

TN: -Está muy oscuro.

Fede: -Saca tu super teléfono.

TN: -No te burles de mi teléfono.

Fede: -Mira- señaló unas ramas.

TN: -¿Qué tiene?- dije temblando del frío.

Fede: -¿Tienes frío, cierto?

TN: -Si.

Fede tomó las ramas y las unió, sacó un encendedor y prendió en fuego aquellas ramas 

TN: -¿Quién trae un encendedor consigo además de un fumador?

Fede: -Alguien precavido- se sentó a la par mía.

TN: -Gracias- dije cabizbaja.

Fede: -Ni lo mencione, pero...-me miró.

TN: -¿Qué?

Fede: -Tienes la ropa mojada, así nunca se te quitará el frío.

TN: -Vos también la tenes mojada.

Fede: -Lo mejor es quitársela, así el calor llega más rápido al cuerpo.

TN: -No voy a desnudarme.

Fede: -Antes te pagaba para que no te quitaras la ropa, ahora no lo haces ni por vos misma.

TN: -Lo siento, me siento incómoda que me mires sin ropa.

Fede: -Esto es raro- me levanté- ¿Dónde vas?

TN: -Tengo una sabana en la cajuela de mi auto.

Fede: -No vas a salir en lo oscuro tú sola, espera aquí, yo la traeré- Salió y regresó a los segundos con la colcha- Está un poco húmeda.

TN: -No importa- la tomé.

Me quité la ropa y quedé en ropa interior, rodeé mi cuerpo con la colcha frente a la fogata para calentarme, me sentí mucho mejor. Fede se quitó la ropa y se acercó a la fogata pero noté que tenía los labios más rojos de lo común y temblaba un poco de frío.

TN: -Puedes acobijarte conmigo si queres.

Fede: -Gracias- se acercó y los dos nos arropamos con la colcha.

Sentí su manito fría tomando mi cintura.

TN: -¡Que haces!

Fede: -Es que tengo frío.

Niña Mal | Fede Vigevani y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora