Capitulo 62

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TN: -A pesar de todo y de todos- sonreimos 

Fede me besó la frente, luego la nariz, la punta de mis labios, el centro de mi cuello, el centro de mis pechos e hizo una pausa en mi vientre, lo miraba curioso y lo acariciaba suavemente. Pronunció unas palabras pero no alcancé a escucharlas, era obvio que no era a mí a quien le hablaba, tan sólo miré el movimiento de sus perfectos labios. Fede alzó la miraba y me miraba, me besó con delicadeza y entró en mí de la forma más suave y delicada posible, era como una caricia, mis sentidos estaban por estallar, el baile de nuestros cuerpos me estremecían y apenas lograba sacar algunos suspiros de placer, pero lo que más sentía era eso en el pecho, ése sentimiento nuevo y único que sólo con Fede sentía y que se hacía más grande a medida que estaba con él, esa cosquilla en el estomago, ése escalofrío que recorría cada centímetro de mi cuerpo al sentir el toque de sus labios con mi piel, estaba en el paraíso. Amaba enredar mis dedos en su cabello mientras besaba mi cuello, el olor de su piel era adictivo y el sonido de su respiración pausada una droga auditiva, el calor de su torso era mi mejor abrigo y su mirada, no había lugar donde no me transportara esa mirada tierna y llena de dulzura. Terminar recostada a su par acariciando su rostro era la mejor sensación que existía, vernos a los ojos por minutos en silencio, sólo comunicando lo que sentíamos a través de miradas silenciosas.

TN: -No te amo, pero siempre lo haré- sonrió, identificó que era la letra de una de las canciones que le gustaban.

Fede: -En tus labios está mi veneno y mi vino.

TN: -Quiero irme al país de las maravillas contigo.

Fede: -Pero ya me tienes en un paraíso.

TN: -Nunca y siempre son palabras muy fuertes...pero Te amo...es la que más identifica lo que necesito decirte el resto de mi vida.

Fede: -¿Cómo fue que hice para enamorar a una indomable?

TN: -Enamorada sí, domada nunca.

Fede: -No necesito que estés domada, es lo que más me gusta de vos.

Pasaron los días, al fin cumplía al menos 17 años. Regresé a casa. Mi madre denunció a mi padre por falsificar su nombre y lo acusó de casar a una menor de edad. Fabri y yo nos divorciamos, el juez estaba un poco asustado ya que moríamos de la risa con el acta de divorcio, ya que nos burlábamos de la idea de divorciarnos porque nos parecía gracioso.

Habían pasado otros cuatro meses, mi padre seguía en la cárcel; eran cinco años por falsificación de documentos y diez por casar a una menor de edad sin autorización. No quería que mi padre pasara quince años de su vida encerrado, tenía una fianza, pero mi mamá la pagaría hasta asegurarse que no nos haría daño.

Fede  vivía conmigo en la mansión. Fabri se llevó a Perrie con su padre y este la acepto por ser de buena familia, el padre de Fede cambió de opinión sobre Fede y yo cuando le comentamos que tendría un nieto. Mi madre sigue en sus viajes, ya no quiero asesinar a Denise, pero la molesto de vez en cuando por joder.

Ya era de noche, una semana más y cumplía los nueve meses, mi vientre era extremadamente enorme. Tenía 17 años y con gemelos. Nos dimos cuenta que uno era niño y otro niña; así que como habíamos quedado se llamarían Augusto Vigevani y Jane Vigevani. Perrie y Fabri serían los padrinos. Nos encontrábamos recostados con Fede en la habitación conversando.

Fede: -Ya falta poco- acariciaba mi vientre.

TN: -Sí, no me puedo ver ni los pies.

Fede: -Gracias por aceptar no tomar alcohol todo este tiempo.

TN: -¿Aceptar? No lo hice por vos, no lo hubiera hecho de todas formas.

Fede: -Además te has alimentado muy bien todo este tiempo, más de lo necesario- rió.

Niña Mal | Fede Vigevani y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora