Catorce

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Al día siguiente...




Jimin despertó.

Se removió en las acolchadas sábanas de Yoongi. Hace tanto que no despertaba así, tan cómodo. En las jaulas donde solía vivir, sólo tenían un pedazo de tela para taparse, y por las noches y madrugadas había frío y soledad. Se quedó mirando el techo un momento, pensando en cómo pudo haber sido su vida si sus padres no lo hubiesen vendido a ese asqueroso viejo inventor. ¿Ése era el amor de sus padres hacia él?

Recordó que lo primero que veía en el día, era la hermosa sonrisa de su madre, la cual él heredó. Jugaba con carritos y aviones mientras veía televisión, en la tarde, salía al patio a jugar con su vecino y mejor amigo, Jungkook. A veces se quedaba a pasar la noche, comían dulces y veían películas de terror, hacían competencias por ver quién se asustaba primero. Cuando salía con su padre al zoológico. Son recuerdos de oro para él, aunque ya tenga otra mentalidad y dueño.

Cerró sus ojos, inhalando el olor de la habitación, olía a lluvia, le encantaba ese olor. Volteó a su alrededor buscando al rubio, pero éste no estaba.


-¿Daddy?- Destapó un poco su cara.


Se sentó sobre la cama, pero el dolor en su espalda y trasero no lo dejaron. Recordó todo lo que pasó ayer, cuando su Daddy fue rudo con él. Gimió de dolor, intentó levantarse pero mala idea, cayó, no podía levantarse.

Unos ruidos se oyen desde afuera de la habitación, éstos se acercan, se abre la puerta y el rubio entra con una bandeja pequeña de galletas, leche y una pequeña flor al lado.


-Buenos dí... ¡Jimin!- Yoongi dejó la bandeja y corrió hacia el menor.

-Daddy, me duele aquí- Señaló su trasero.

-Shh pequeño, tranquilo. Ya pasará, ven.- Lo abrazó mientras lo cargaba de vuelta al a cama.


Se sentó a su lado y observó el rostro de Jimin, acarició su mejilla derecha con la palma de su mano, era tan gordita y adorable, podría apretarlas todo el día sin cansarse. Se acercó y depositó un beso en su frente.


-Jimin... perdóname, por favor. Sé que fui un imbécil.- Tomó su mano y la apretó.

-¿Por qué?-

-¿Cómo que por qué? Jimin, lo de ayer estuvo mal-

-Estuvo... ¿mal?- Frunció el ceño.

-Si pequeño, no debí ser tan... así.-

-Estuve mal, ¿Daddy?-

-¿Qué? ¡No! Hablo de cómo te traté, jamás estarías mal, Kitten.-

-Usted no hizo nada malo, si alguien hizo algo malo, fui yo.


Joder, maldito entrenamiento.


-No Jimin. Estás mal.-


Jimin no respondió más. Yoongi suspira, se levanta y toma la bandeja que tenía hace unos momentos atrás, vuelve a sentarse a un lado.

Daddy's Little Kitten → YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora