Capítulo 13.

266 22 27
                                    

Nueva York, estoy de vuelta.

Echaba muchísimo de menos esta ciudad y no podía creer que ya estuviésemos aquí. Ben se había pasado todo el viaje preguntando cómo era Nueva York y qué cosas tenía. Sin quererlo, había llegado irritada a esta ciudad por su culpa, pero bueno; también me lo pasé bien cuando él contaba chistes malos inventados.

—Uau. —miró atónito el lugar. —¿Y aquí vives tú? Vaya.

—Lo sé. Por cierto, ¿dónde vivirás?

—En tu casa, obvio.

No, no y NO. No me iba a permitir dormir con un chico más, además, no tenía camas suficientes.

—Ya vivo con otro, lo siento. Pero, quizá puedas estar temporalmente en casa de Alysson, mi mejor amiga. —dije, mientras los dos caminábamos hacia la casa de mi amiga. Se iba a instalar hoy mismo y sabía que Aly se iba a prestar a acogerle.

— ¿Seguro? Está bien.

•••

Entre risas y risas, no nos habíamos dado cuenta de que ya habíamos llegado al portal de Alysson. Benson se encontraba fumándose un cigarrillo. El repugnante olor me ponía enferma y rápidamente le ordené que lo apagase con la excusa de que a Alysson no le gustaba los chicos fumadores y que iba a dar una mala impresión, cuando era todo lo contrario.

—¡Emily! —se abalanzó hacia mí, envolviéndome en un cálido y dulce abrazo.

—¿Cómo estás? ¿Podemos pasar? —pregunté, sonriente.

—Claro, pasad.

Nos hizo un gesto con la mano y nosotros pasamos. Distraída, fijé mi mirada a la cocina americana, donde se encontraba Aaron comiéndose una manzana y mirándome fijamente.

Saludé con un gesto de mano y él me sonrió. Nos sentamos todos y de pronto se formó un silencio incómodo. Aaron se atrevió a venir, sentarse y romper el hielo.

—¿Qué te trae otra vez por aquí? —en sus ojos se podía observar un brillo que los hacía resaltar, haciendo que como boba que soy me quedase embobada.

—¿No te enteraste? —miré a mi amiga. —Me fui a visitar a mis padres. Volví porque echaba de menos NY.

No mientas, a él le echabas más de menos.

—Me alegro muchísimo. Algún día te invitaré a tomarnos un café y me contarás lo que viste. —sonrió.

¿Me estaba pidiendo una cita?

—Vale, ya dejad de hablar entre los dos y hablemos todos. —dijo Alysson.—¿Quién es este hombretón? —señaló a Ben.

—Soy Benson, puedes llamarme Ben —guiñó un ojo. —Ella te quería comentar algo. —me miró de reojo.

—En mi casa no hay sitio para más personas. Acogí a un viejo amigo y no queda más espacio...

—Sé por dónde vas. Y sí, se quedará con nosotros temporalmente.

—¡Gracias, gracias, gracias! —besé toda su cara exageradamente.

Aaron frunció el ceño.

—¿Es que ni siquiera me lo consultarás a mí? —preguntó éste, molesto.

—Te recuerdo que es mi casa, Aaron.

—Te recuerdo que vivimos juntos, Alysson. —replicó éste.

—¿Qué más da? Sólo seran unas semanas y punto. ¿Por qué te afecta?

—Me molesta que no me consultes las cosas.

—¿Y qué te crees? ¿Que vas a decidir mis decisiones en mi casa? —levantó la voz.

—¿Acaso ves que éste gritando? ¡Estás montando el numerito!

Éste era el comienzo de una discusión y presentía que no iba a acabar muy bien.

—Chicos, me buscaré las maneras, sólo no discutáis.

—Déjalo, amiga. Se quedará y punto.

Aaron se levantó del asiento y, dirigiéndose hacia su habitación, Aly le interrumpió.

—¿Qué te crees que haces? Hoy duermes en el sofá.

Y por alguna razón, me alegraba que discutiesen.

Aaron #TeenAwards2017 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora