Capítulo 23.

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Me encontraba esperando en la salida de la universidad a Ethan, pensando en qué quería decirme o hacer. Esta intriga me carcomía por dentro, pero pronto se fue cuando vi una silueta que se iba aproximando. Deduje que era él.

— Hola, Emily, ¿cómo estás? —preguntó, besando mi mejilla.

—Hola, Ethan. Me gustaría ir al grano, tengo una cita con mi pareja.

—Oh, bueno. Pensé que alomejor querías quedar conmigo hoy, pero...

—¡No, no! —le interrumpí. — Puedo cambiar mis planes para otro día.

Lo que le le estaba haciendo a Aaron quizá estuviese mal, pero estar con él todo el día comenzaba a agobiarme. Salir de la rutina no me vendría mal.

—¿Seguro? —cuestionó.

—Seguro. ¿Hoy mismo?

—Sí. A la vuelta de la esquina hay un restaurante al que me gustaría llevarte esta noche, a las... ¿20:00?

—Ahí estaré. Entonces... ¡nos vemos allí!

Me despedí de él con un gesto de mano, y entonces procedí a emprender el camino hacia mi casa.

•••

Como siempre veía una maratón de películas con un enorme bote de helado como merienda. Las horas pasaban y ya me tenía que preparar. Eran las 19:00, hora en la que había quedado con Aaron.

Sabía que se iba a enfadar, eso estaba claro. Pero lo más difícil fue pensar rápidamente en qué le iba a decir en cuanto sonó el timbre.

Abrí la puerta y suspiré profundamente.

— ¡Cariño! —le invité a pasar. — ¿Cómo estás, todo bien? Ponte cómodo, ¿algo de beber? ¿Necesitas comida? —ahora me comportaba como una total imbécil, no sabía cómo disimularlo.

—Es obvio que algo te pasa, cuéntamelo.

—¿Te acuerdas de nuestra cena? Pues... —dudé en si decirlo o no. — Lo cancelo. Tengo otros planes...

—¿Qué planes? O sea, ¿es más importante que nuestra cita?

—No... Saldré con alguien también.

Aaron se quedó callado. Decidí hablar.

—Con... El de Starbucks, o sea, el de la cafetería...

—¿Cómo? ¿Cancelas lo nuestro solo para salir con ese imbécil? —escupió.

—Me prometiste que no te pondrías celoso.

—¡No estoy celoso! Me enfada que canceles un plan que tengo, sólo para salir con otro chico. ¿Cuál es tu problema, Emily?

—¡Necesito salir, mi espacio! —grité. — No puedo estar contigo todo el tiempo, amor... Debes entenderme. —me serené.

Símplemente no podía entender esa reacción.

—No te atrevas a llamarme amor, Emily. —me señaló con el dedo índice, amenazante. — No te reconozco.

—¡No he cambiado! Eres tú. ¡Solo eres un celoso posesivo que se enfada solo por el hecho de que salga con otra persona! En serio, ¿en quién cojones te has convertido, eh? —esperé a una respuesta. — ¡Dímelo, maldita sea! Eres muy valiente para echarme en cara cosas que no son verdad y para justificarte no.

Esas palabras le habían dolido. A mi también. Pero el hecho de que se comportase así conmigo me enfada y me llenaba de ira.

—Eres increíble. —susurró, su voz quebrándose.

La palma de mi mano viajó hasta su moflete. Tenía la necesidad de darle esa ostia. Se suponía que YO debía de enfadarme con él. Y es que ahora estaba tan enfadada, que ni siquiera pensé en las consecuencias que tendría. ¿Era posible que Aaron me dejase sólo por eso?

—Adiós, Emily. —se dirigió hacia la puerta. — Y piensa mejor las cosas antes de hacerlas.

—¡Espera!

Aquí estaba mi culpa. Era inevitable no sentir ese sentimiento.

—Aaron, yo... No quería hacer eso, en serio.

—Fui duro contigo, lo sé. Estoy celoso, puede que sí. Pero me hace daño que canceles lo nuestro sólo por un inútil que conoces desde... ¿1 maldito día? —hizo una pausa y luego continuó. — ¡¿Por qué mierdas haces esto, Emily?!

— ¡No me levantes la puta voz! ¡Estoy harta de todo, de tu maldita actitud! Entiende que si sigues así lo nuestro acabará, ¿me oyes?

— Si que lo nuestro acabe es lo mejor... Pues adelante.

—Me... ¿me estás dejando?

—Tú misma lo has dicho. No puedo estar en una relación en la que no hacemos más que discutir.

—Aaron... —mi voz se quebraba por momentos. — si nos queremos, ¿por qué coño nos gritamos?

—Lo nuestro se acabó, Emily. Me duele decirlo, pero es la verdad. —cerró la puerta de un portazo.

Las lágrimas no tardaron en salir. Tanto tiempo deseando a Aaron, ¿para que luego me dejase por una discusión? No podía creerlo, ni siquiera podía descifrar lo que mis sentimientos sentían. Le quería, claro que sí, y por eso no estaba dispuesta a perderle. No, claro que no.

•••

La cita había ido bien, Ethan era un muchacho bastante majo y gracioso. Él hablaba, sabía sacar conversaciones, pero a la mayoría no las conseguí prestar atención porque no dejaba de pensar en Aaron.

En un momento pensé que Ethan me estaba tirando los tejos, pero quizá yo fuese una paranoica de mierda. Podría tener una relación con Ethan solo para darle celos a Aaron, pero entonces haría daño a ambos y no estoy dispuesta. No me importaría salir más con él, incluso sería mejor, pues haría que me olvidase aunque fuese por un rato a Aaron, pero sinceramente no quería llegar a más.

Quería recuperar a mi novio.

•••

Al siguiente día desperté con la cara totalmente hinchada, con los ojos rojos y echa todo un cuadro. El hecho de perder a mi... ¿debería llamarle exnovio ya? En fin, el hecho de perderle me ponía de los nervios y no me gustaba para nada. Yo le quería y por eso me dolía tanto que me hubiese dejado por algo absurdo. Iba a recuperarle, eso estaba claro.

Hice mi rutina de siempre: lavarme la cara, desayunar, vestirme, maquillarme un poco y salir por la puerta.

Ahora más que nadie necesitaba a Alysson. Ella sabía cómo hacer que me sintiese mejor pasase lo que pasase, ella podía dejarme llorar en su hombro por horas hasta que yo no pudiese más, ella hacía exactamente todo lo posible para sacarme una sonrisa. Y por eso ese dolor que sentía en mi pecho se profundizaba más, porque no tenía a mi lado a las personas que más quería. Alysson me dijo cosas feas, y yo también. Y no logro entender la razón.

Llegué a la universidad. Me la pasé con Marc —que también me animaba—, y pronto llegó la salida. Más rapido de lo normal.

A lo lejos visualicé a... ¿Aaron? Mi interior daba saltitos de alegría, pero no quería que él lo supiese. Me obligué a mantener la calma, porque alomejor no estuviese aquí por mí.

A paso lento, me dirigí hacia él, pero entonces apareció Ethan, obstruyéndome el paso. ¡Maldición!

—Ethan, ¡luego hablamos! —quería apartarme, pero entonces apartó su mirada hacia un lado. Acto reflejo yo hice lo mismo que él. Alysson. ¿Por qué mierdas la miraba a ella?

Igualmente, me daba igual. Me aparté de él y volví a emprender mi camino, pero entonces me agarró de la muñeca, me giró y después me besó. En ese momento mi cerebro no podía procesar bien el momento. Estaba llena de furia, ¿por qué Ethan me besaba sin mi consentimiento? Éste se separó de mí, y volví a observar a Alysson; que sonreía macabramente.

Y entonces entendí, que esto fue obra suya.

Aaron #TeenAwards2017 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora