Emily.
Volví devastada a mi casa. Aaron se ofreció a traerme, a acompañarme e incluso a dormir conmigo para que no me sintiese sola, pero me negué. Le dije que era un gesto muy bonito pero que necesitaba un tiempo a solas. Él accedió a mi propuesta no muy convencido, y me dejó ir.
Sabía que Alysson estaba dolida porque según ella “le había quitado al novio” pero de ahí, a humillarme delante de la gente ya era de mala persona. Lloré no por sus palabras, porque me daba igual. Lloré por la impotencia de no poder hacer nada al respecto, de no poder cambiar su opinión hacia mí. Porque ella estaba muy equivocada, y no sabía qué hacer para hacerselo saber.
Y me puse a pensar: ¿es ella capaz de interponerse en nuestra relación? Después de todo esto me ha demostrado que puede hacer lo que sea sólo por joder a los demás, pero no creo que llegue hasta tal punto.
Por lo que, decidí ir a alguna cafetería. Starbucks es perfecta. Tomarme un café con leche caliente, mientras observo a la nada, y después irme a mi casa y echarme una cabezadita sería mi plan.
Cuando llegué a Starbucks, se pudo escuchar el tintineo ligero de la puerta, indicando que un cliente nuevo había llegado.
Esperé mi turno en la enorme cola, y cuando ya me tocó a mí pedí mí pedido. Ya decidida a irme a algunos de los asientos de atrás, choqué con una espalda ancha. El café ahora se encontraba en su camiseta.
Mierda, ¿no podías ser más torpe?
—¡Lo siento, en serio!
El chico se giró, dejando a la vista sus perfectas facciones. Tenía pecas, como el cielo de noche lleno de estrellas. La mandíbula perfectamente definida, dándole un aspecto sexy y sus pozos avellana, que me miraban con una pizca de deseo. Peligrosamente atractivo, sexy y guapo, pero me quedo con mi novio.
—Tranqui, descuida. —sonrió, dejando ver los hoyuelos que adornaban su cara.
—Yo... ¿cómo te lo puedo pagar?
—Estoy bien, gracias. Soy Ethan. —sonrió, dejando ver a unas perlas excesivamente blancas.
—Soy... Emily, encantada —sonreí al igual que él.
—¿Emily? ¡Tú vas a mi universidad! —abrí los ojos un poco más.
Realmente, no recordaba haberlo visto ni una sola vez en mi uni.
—¿Sí? Entonces podemos vernos más...
Mi corazón palpitaba más rapido de lo normal. Este chico... Hacía que me intimidase.
—Eso sería genial...
El tintineo de la puerta de Starbucks volvió a sonar, y por instinto giré mi cabeza. Aaron era el que se encontraba, y andaba decidido hacia nosotros.
—¿Se te perdió algo? —preguntó el susodicho a Ethan.
—Hermano, sólo charlaba con ella. Relájate. —al parecer, a Ethan no le importaba lo que pudiese pasar al formular esas palabras.
—¿Que me relaje? —el enfado por parte de Aaron comenzaba a notarse. — ¿Me estás llamando imbécil por toda la cara? Sólo te digo una cosa, ¡aléjate de ella, maldita sea!
Ya no aguantaba más la situación. Aaron me encantaba, todo en él era perfecto, hasta ahora. El ataque de celos que tenía ahora no era ni medio normal, sin saber ni siquiera de qué iba la conversación. Simplemente entró, y montó el numerito. ¿Acaso le molestaba que me relacionase con chicos?
Por lo que, salí de la cafetería, dispuesta a irme a mi casa.
•••
Cuando ya estaba en mi hogar, cerré la puerta tras de mí, y justo en el momento en el que me iba a la cama a dormir y olvidarme de todo esto; el timbre sonó. Abrí a regañadientes.
—¿Vas a volver a montar el numerito? —cuestioné mientras ponía los brazos en jarras. Él entró y cerró la puerta.
—Lo siento, no sé qué me ha pasado.
Mientras le escuchaba, subía las escaleras para ir a mi habitación, él detrás de mí.
—Supongo que fui muy impulsivo en esos momentos. Pero... Te prometo que no volverá a pasar.
Me creía su promesa. Todo en él era tan real... Que era imposible no creerle.
—Anda, venga, perdóname... —rodeó sus brazos en mi cintura, y yo en su cuello. Levanté mi cabeza para mirarle a los ojos. Él era muy alto.
—¿Cómo no? Pero en serio, no me gusta esa actitud...
—No volverá a pasar.
Asentí a modo de respuesta y me zafé de su agarre. Iba a ponerme mi pijama.
—Date la vuelta, me pondré el pijama.
—¿No se supone que somos novios? —preguntó mientras me miraba lleno de picardía.
—Me da vergüenza... —mis mejillas comenzaban a tornarse rosadas.
—Venga boba, me giro.
Comprobé si sus palabras eran verdad, y efectivamente. Comencé por quitarme la camiseta, y luego el sujetador. Por el rabillo del ojo, pude ver cómo Aaron se giraba lentamente, y sonreí. ¿Qué más daba ya? Éramos novios, así que la vergüenza había que perderla.
—Tienes un cuerpo de modelo —se mordió el labio inferior.
—No mientas. —cogí mi camiseta de tirantes y me la puse. Luego, terminé con la parte de abajo.
Me tiré en plancha a la cama, y Aaron hizo igual.
—¿Qué haces?
—Dormir contigo —contestó con un tono de obviedad. Rodeó un brazo en mi cadera, mientras que la otra acariciaba mi pelo suavemente. Yo, le estaba dando la espalda a él ahora mismo, pero juraría que Aaron estaba sonriendo.
—Descansa.
—Te quiero. —fueron las últimas palabras que logré escuchar antes de caer rendida.
•••
Vale, o estoy haciendo los capítulos más tiernos o es que estoy más sensible de lo normal, porque sino no me lo explico.💕
Bien, por mis amadas lectoras decidí que no tendrá sólo 25 capítulos, tendrá más. Asi que el final de Aaron tendrá que esperar un poco. Os quierooooooooooo.
Pd: sé que fue un poco mierda, aunque a mí me encantó. Lo siento mucho, rlly. Y feliz Nochebuena/Navidad.
Hannah is out.❤
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Aaron #TeenAwards2017 ©
Lãng mạnUn Adonis delante tuyo y lo único que quieres es arrancarle los calzoncillos con los dientes. Pero... Es el nuevo novio de tu mejor amiga. "Amigas. Quién las necesita cuando se tiene un novio." ••• Queda rigurosamente prohibida, sin autorización es...