4.

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Narra Louis.

Lo sé, soy una mala persona, aunque en definitiva, me da pena. Por sus pintas juzgué que era puta, no fue muy complicado saberlo. Seguramente alguno de esos idiotas a los que les faltan sexo se tomó las suficientes confianzas como para ponerle una mano encima.

Jodidos anormales.

La curiosidad me llevó con ella, a un lugar al que seguramente no conocía. Pero eso es, soy demasiado curioso. Recordé al chico ese, Harry Styles según lo que me dijo. ¿Que nos íbamos a divertir? ¿Qué coño quería decir con eso? Sus rizos me atraían de una manera muy cruel. No entiendo por qué una persona tan retorcida y cínica como él, puede tener un físico tan...Enloquecedor. Sus ojos verdes son como una hipnosis para mí. Me llevan a tocar el cielo y el infierno en un solo color.

Y a esto, señoras y señores, se le dice juzgar un libro por su portada.

Mis pasos me guiaron a un viejo metro, no desalojado, pero sí poco utilizado. Juraría que ya no pasa nadie por allí, y si pasan, solo es como yo, por curiosidad y morbo.

Había botellas rotas, basura por todos lados, cristales, basura, cristales, papeles, cristales, mierda por todos lados, cristales, rocas, cristales, polvo, ¿he mencionado cristales?

Intenté esquivar todos los estorbos esparcidos por el suelo, pero fue en vano. Mis zapatos ya se pegaban al suelo, por la suciedad y el alcohol esparcido por el suelo. Encontré un condon usado, ¿en serio? ¿Quién viene aquí a tener sexo? ¿No te clavas los cristales en el culo -en el caso del pasivo- y en las manos -en el del activo? Tiene que ser incómodo. Aunque sirve para un momento de calentón. Mejor esto que nada.

Distinguí una figura a lo lejos, rodeada de un tipo de líquido. No, un puto yonki ahora no, por Dios. No quiero poner mi vida en riesgo. Pero esa persona me llevaba hacia él. Un tipo de fuerza magnética. Distinguí una cabellera de rizos, que me resultaban extrañamente familiares. Tambiñen distinguí algo que hizo que una sensación asquerosa recorriera mi cuerpo. Ganas de vomitar me invadieron y casi caigo de rodillas al suelo. ¿Era eso un perro muerto?

-¡Hijo de puta! ¿Qué coño haces?

Se giró y en la oscuridad del sitio descubrí unos ojos esmeralda mirándome desde lejos. Ese esmeralda. Ese cielo e infierno a la vez...

Jodida mierda.

Surrender. | Larry Stylinson |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora