4.

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Narra Louis.

Sentí una leve punzada en mi entrepierna, y miré a Harry, que tenía los ojos oscuros y las pupilas muy dilatadas. Era fácil saber lo que quería.

Todos se había ido al ver el revuelo que había y sonreí maliciosamente. Yo también se jugar a este juego.

-Harry -le tiré del pelo con fuerza y él agarró mi trasero con fuerza, gimiendo y acalorado.- Dime lo que quieres bebé, dímelo todo.-apretó sus puños y pegó fuertemente al árbol donde estaba apoyado. Empezó a respirar con dificultad y se mordió el labio. Su entrepierna empezaba a crecer mucho más. Le cogí del cuello y lo levanté, apoyándolo en el árbol, haciendo que sus piernas quedaran en el aire. ¿De dónde salía esta faceta mía tan bruta? Me acerqué a él, estábamos a milímetros.- No te muerdas el labio Harry, eso provoca que quiera follarte, y con lo dominante que eres tú en el sexo no te gustaría.

Se acercó mucho más, y entreabrió la boca. Nuestros alientos se mezclaban, haciéndome perder el control. Enroscó sus piernas en mi cintura y me mordió el labio inferior tan fuertemente que lo sentí hincharse. Me lamí el labio y noté cierto sabor a hierro, y supe entonces que estaba sangrando. Miré a Harry, que se estaba mordiendo de nuevo el labio, restregándomelo y con cierta suspicacia. Abrí los ojos y entonces perdí el control.

-Voy a follarte ya, Harry.

Le bajé los pantalones con mucha violencia y él se reía. Eso me hizo enfurecer. Saqué dos dedos y Harry los miró, sabiendo que parte venía ahora. Metí los dos dedos en su boca y él empezó a chuparlos, como una indirecta. Sonreí triunfante.

-Para.-les dio un último lametón y sonrió. Baje sus calzoncillos y admiré su enorme...Bueno, eso. Me relamí y bajé los dedos hasta su entrada. Él jadeó al sentir mis dedos acariciarle, como si fuera una perra hambrienta. Los metí con delicadeza, sin querer hacerle daño, porque en mi interior el sentimiento de amarle hasta querer morirme todavía existía. Al ver que disfrutaba los metí más hondo y me relamí, mientras mi entrepierna aumentaba a cada momento.

-Estás estrecho Harry...No sabes lo bien que eso me hace sentir.-le guiñé un ojo y él se ruborizó. Ahora le entiendo. Ver el efecto que causas en alguien de esa manera y ver como goza gracias a ti es uno de los sentimientos más satisfactorios que he podido sentir. Al ver que ya estaba listo, lo bajé y él cayó en el césped, jadeando y mordiéndose el labio mientras me miraba de reojo. Rodé los ojos y me lo mordí yo también, haciendo a Harry enloquecer. A la luz de la luna, los ojos de Harry parecían negros, debido a la dilatación de las pupilas. Bajé hacia él y le acaricié la mejilla. Le dí un corto beso en los labios, y cuando me iba a separar, él me cogió de la nuca y me acercó a él, besándome con delicadeza. Se lo seguí, y mi corazón volvió a funcionar en ese momento. Volví a sentir esa punzada en el corazón, ese revoltijo en el estómago y las ganas de querer devorarle. Volví a ser el sumiso ante él. Volví a ser el muñeco.

-Te amo...Te amo tanto...No te haces idea.-le supliqué y él, abrió las piernas. Me coloqué entre ellas y me hundí dentro de él, haciéndole gemir de dolor, así que moví lentamente mis caderas, masturbándole para que el dolor no fuera tan grave. Él empezó a relajarse, y literalmente, lo noté. Empecé a embestirle suavemente, a lo que él respondía con un gemido ahogado y ronco. Mis embestidas empezaron a tomar ritmo, y Harry me nombraba con voz demasiado grave, algo que me hacía perder la razón.

-Lou...Louis, te he echado tanto de menos...Louis...Eres mío...Muñeco...-me susurraba, recortando las palabras con un gemido y gritando mi nombre, llegó a orgasmo, algo que hizo que mi cuerpo se quebrara y convulsionara, llegando yo también al orgasmo. Quedé suspendido en su cuerpo sudoroso, y él me acarició la cabeza. Olvidé completamente que estábamos en el parque y oí como cerraban las puertas, un sonido hueco. Escondí la cara en su cuello y aspiré todo su aroma. ¿Cómo puede causar ese efecto en mí? El olor de Harry sudoroso sería mi olor favorito a partir de ese momento. Le di un beso en sus abdominales bien formados y suspiró.

-Louis, nadie hasta ahora ha hecho esto, creo que lo sabes.-reí a su comentario tan obvio y sentí como él también sonreía.- Pero me alegro de que hayas sido tú.

Esas palabras me llenaron de completa felicidad.

-Te quiero, Harry.

-Aquí estoy, muñeco. Ya nunca más me separaré de ti.

Surrender. | Larry Stylinson |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora