13.

968 90 19
                                    

1/2

Narra Harry:

¿Esto es lo que se siente con el amor? Si es esto, es una jodida mierda. Ahora DIOS MÍO, ahora empezaba a interesarme por alguien, alguien estaba causando mi felicidad solo con sonreir o con enviarme un mensaje y TÚ, JODIDO DIOS, TE LO HAS TENIDO QUE LLEVAR.

Aprieto los puños y cierro los ojos con fuerza, evitando que caigan más lágrimas. ¿De verdad esto es el amor? ¿De verdad estoy empezando a enamorarme de Louis Tomlinson? Joder. Y ahora se tiene que ir, dejandome solo. Tenía que haber estado aquí. Tenía que haberlo protegido y haberle obligado a no cerrar los ojos. Jamás le habría dejado irse.

-¿Puedo pasar a verlo?- miré al doctor que me miró apenado debido a la situación.

-Sí, claro. A las ocho y media termina el tiempo de las visitas, así que date prisa. Solo puede entrar una persona debido a su...estado.

Miré cabizbajo a la madre de Louis. Sus ojos no brillaban como ese día que me habló de lo maravilloso que era su hijo. Ese día en el que me pidió que me quedara con sus hijas. Aunque no quise, supe que algo me iba a traer la felicidad y así fue. Ver a Louis con las niñas en sus piernas, totalmente ido, mirándome fue la escena que recordaré hasta el día en que me muera.

-Harry... Por favor, te pido que pases tú. No quiero dejar a mi niño solo, y yo no estoy preparada para verlo- qué se creía ¿qué yo si iba a soportar ver al chico al que amo en una camilla lleno de cables? Pero en fín, pasé. Ya me encontraba dentro de la habitación.

Me negué a verlo durante unos segundos, cogí una silla y me senté a su lado. Contemplé su rosto. Sus labios finos y rosados estaban adquiriendo un color más pálido, sin vida. Las ojeras y bolsas alrededor de sus ojos indicaban su cansancio. Reí irónicamente. Pero si no estaba despierto...

Sonreí contemplándolo. Mi Lou... Mi muñeco...

-¿Qué me has hecho, Louis?- pensé en voz alta.

-Ups, perdona,emm...Supongo que me estarás escuchando desde el más allá o donde coño quiera que estés. Esto...Soy Harry, muñeco. Realmente no sé que pasa contigo. Estoy aquí, muerto del asco, viendo como tú, literalmente, puedes estar...muriendo- la simple idea hizo que frunciera el ceño y meneara la cabeza.- Yo...Sé que vas a estar bien, muñeco. Sé que te vas a despertar, vas a levantarte de esa cama y me vas a mirar con tus preciosos ojos azules, que tanto me gustan, y me dirás que me amas, porque en este momento no hay nada que deseé más que eso. Me pregunto, ¿cómo podrías amar a un asesino, violador y maltratador? No soy nada Lou. Sin tí no soy nada. ¿En quién voy a pensar cuando me levante si no estás aquí? ¿A quién voy a molestar si no es a tí, para luego darte un beso y decirte que era broma? ¿A quién voy a darle celos solo para ver como le importo? Louis, no quiero seguir en esta vida si no es a tu lado.

Sonó la puerta, con la entrada de alguien. Pero no dejé de decir lo que sentía de una vez.

-¡No quiero vivir si no es contigo, Lou!- el sonido molesto de la habitación empezó a ir más rápido, pero no le di importancia.- Levantate, cariño. Levántate y dime que todo esto era una broma, que estás bien, que estamos bien. ¡Por favor! -empecé a sollozar- ¡LOU! ¡LOUIS! ¡DESPIERTA! -empecé a llorar, y dos pares de manos me agarraron sin ninguna delicadeza. Supongo que estaba siendo exagerado.

-¡Tiene que salir de aquí, señor!- me gritaron y ví la máquina molesta de antes emitiendo muchos pitidos insoportables.

-¡TE AMO, LOUIS! ¡TE AMO! ¡NO ME DEJES!

Lo último que vi antes de que cerraran la puerta fue el cuerpo débil de mi muñeco convulsionando en la camilla.

SI VOTÁIS Y COMENTÁIS SUBO LA SEGUNDA PARTE HOOOOOOY.

Surrender. | Larry Stylinson |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora