10.

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Narra Louis.

ME quedé en estado de shock. No podía ayudarle. Estaba paralizado. Pero unas palabras, estúpidas, salieron de mi boca:

-¿Por qué lloras, Harry?¿Donde está tu Eleanor cuando más la necesitas?-me burlé de él, sin saber cuáles eran las consecuencias finales. Pero no me importaba- Oh, vamos, Harry. Sí que soy tu muñeco. Pero los amos, solo tienen un muñeco favorito, los otros los tienen de adorno. Mientras que los muñecos, solo tienen un amo, por el que darían lo que fuera para que volviera a jugar con ellos. ¿Es acaso Helena tu muñeco también, Styles?-me acerqué a su boca- ¿O soy yo? No sé qué decir ni qué hacer en este momento, tomo las pocas fuerzas que me quedan para hablar-Harry sollozó y yo reaccioné sobre el doble sentido de mis palabras- Todo esto es patético. ¿Acaso no ves como me entrego a tí cada día, como lo he dado todo por tí, como me he cortado por tí, como he sufrido y como te he entregado todo mi amor, Harry? Mi corazón es tuyo. Te pertenezco totalmente. Yo soy tu muñeco y por mucho que otros me usen, tú eres mi amo. Mi verdadero amo. El único con el que yo deseo ser utilizado, masacrado y devastado.

Al ver que no había respuesta, me levanté. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal y tuve un mal presentimiento. ¿Qué me estaba pasando? Miré a Harry con una mueca de disgusto. Para mi sorpresa, él estaba igual, mirándome. Tenía los ojos rojos e hinchados. El corazón me dió un vuelco al verlo así. ¿Qué me estaba pasando? ¿Qué es esta ansiedad que estaba sintiendo y a qué se debía? Los susurros que había enfrente de la casa se hicieron más claros y ahí pude escuchar.

-¿Aquí dices que vivía ese Styles del que hablabas?

-Mátalo, Starck, mátalo.

Ese susurro de voz hizo marearme hasta casi perder la consciencia. Miré a Harry una vez más, que tenía el dedo puesto en sus labios, indicándome que guardara silencio. Aflojé la bombilla de la lámpara de la mesa de noche, y de repenté todo se sumió en una completa oscuridad. Me acerqué a la cama donde Harry estaba y me cogió de la mano, acariciándome con el pulgar. Algo se contrajo dentro de mí. Me arrimé contra él y lo levanté con mucho cuidado, lo más importante era el silencio.

Él se levantó y me rodeó con sus fuertes brazos. Salí de la habitación con él y me sostuve a él. abrazándolo con fuerza. Los susurros se acercaban más.

-Quiero que sufra, quiero ver esos ojos verdes apagarse, quiero tenerlos en mis manos...Quiero matarlo de la peor forma posible...

Era Black.

Aporrearon la puerta. No, no podía ser.

Estaba descontrolado. Eché la llave sin hacer ruido y cogí a Harry y fuí escaleras arriba. Apagué los controles de las luces, por si en un momento descuidado se encendía alguna. Harry estaba horrorizado. Subí los dos pisos con Harry atrás y cerré la puerta de la habitación de mis padres. Los golpes en la puerta se hacía más fuertes y oí algo. No, no, no, no, no, no. No puede, no. Estaban usando hachas. Cerré con llave y puse muebles agolpados en la puerta para que no pudieran entrar. Recordé el cuarto de baño, y la puerta que daba al exterior de la casa. Puse muebles ahí también y me desplomé en el suelo seguido de un ruido sordo en el primer piso.

Habían conseguido entrar. Cogí mi movil y Harry me pasó un brazo por la cintura.

-Llama a la policía, Lou...-susurró en mis labios y luego me dió un beso corto, pero dulce. Cogí el móvil con las manos temblorosas y marqué el número de la policía.

-Emergencias policiales, ¿digame?

-Hay una persona en mi casa, tal vez dos. Han entrado y amenazan con la muerte a mi...hermano-dudé en decir quién era.

-¿Quién es su hermano?

-Harry, Harry Styles.

-¿Dónde estáis?

-En el tercer piso de Abbey Watter, nº 4. Ellos están en el primero-todo lo dije susurrando-un golpe se escuchó en mi piso, en el que estábamos. Estaban aquí.

-Oiga, están en mi mismo piso, están enfrente. Estna aquí- el pánico me inundó por completo y estuve a punto de desplomarme.

-En un minuto estamos allí. Hagan lo que sea por evitar que entren. Si su hermano como usted dice, es Harry Styles, están en serios peligros debido a la gran amenaza que recibe. No es la primera vez. Intente evitar que ellos entren. Estamos en camino.-Y sin decir una palabra más, colgó.

Los pasos se hacían intensos y Harry apiló más muebles, dejando la puerta totalmente cubierta. Dieron unos golpes en la puerta del baño y se escuchó una maldición.

-Mierda, está atascada Black, ¿que hacemos?

-La otra puerta.

Esa era la nuestra. Harry me arrastró hasta la ventana.

-¿Podrás saltar? Mierda Louis, te quieren hacer daño para destruirme, porque saben que eres la manera más directa en la que alguien puede hacerme perder la razón...Joder, Louis, vamos a saltar- y sin decir más, me asomé y salté. No había daño mayor al que nos harían si ellos abrían la puerta. Harry saltó segundos después que yo, estrellándose contra el césped. Cogió mi mano y entrelazó nuestros dedos. Corrimos hacia la parte de atrás y nos escondimos en unos arbustos de allí. Dí gracias mentalmente a mi madre por cuidar tanto nuestro jardín y hacer que los arbustos y flores fueran tan abundantes. Nos tapamos con ramas y flores. Harry me acercó a él y estrelló sus labios contra los míos. Nuestros labios bailaban rítmicamente, en una melodía deliciosa. Nuestras lenguas se entrelazaron y me pregunté como en los momentos de máxima tension podía hacer que un simple roce de sus labios me hiciera olvidar todo lo que ocurría a nuestro alrededor. Nuestras lenguas seguían acariciándose, mientras Harry exploraba todos los rincones de mi boca. Metió su mano por dentro de mi camiseta y acarició mi torso, con sus largos y delicados dedos, haciéndome estremecer. Me separé de él buscando aire y juré haber visto a Black enfrente mío, con sus dos ojos arrancados y una sonrisa maliciosa. El terror me invadió y cerré los ojos con fuerza.

-Louis, Lou, ¿pasa algo?-su delicadeza me sorprendió. Lo de Black habían sido mis imaginaciones.

Se quedó callado cuando vió al compinche de Black en el jardín. ¿Cómo coño había llegado allí? Sin más, Harry se lanzó hacia él y le propinó un gran golpe en el estómago que lo dejó tirado en el suelo.

Oí las sirenas de la policía muy cerca y solté un suspiro de alivio a no ser que un gran cuchillo había aterrizado en mi pierna. Solté un grito de dolor y ví como esposaban a Black y a su compinche. Además de ver como la sangre salía de mi pierna sin parar.

Todo había sucedido tan deprisa...Noté como me mareaba y como los policías corrían hacia mí para hacerme muchas preguntas, pero no oí ninguna. Solo oí a Harry a mi lado..

-Estarás bien muñeco...Estarás bien- y todo a mi alrededor, se volvió negro.

Surrender. | Larry Stylinson |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora