6.

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Narra Harry.

Estaba muy tranquilo. Después del estrés que me produjo la puta esa necesité hacer algo .Me puse los pantalones y una simple camisa blanca. Cogí mi navaja y me fuí. Fuí al metro,el primer lugar que se me ocurrió,y un puto cachorro de Pastor Alemán apareció.La misma raza que mató a mi madre hace seis años.Hijo de puta.Ni siquiera lo pensé,y cojí mi navaja y lo despedacé.Sentí una presencia detrás mía.

-¡Hijo de la gran puta! ¿Qué coño te crees que haces?

Me reí. Me resultaba tan penoso,que quise matar al gilipolllas que había detrás mía. Pero, oh Dios, ¿mi muñeco? Santa mierda, que sexy es.

Tuvimos una pelea bastante grave,y lo dejé inconsciente. Con la barriga rajada como un puerco, bueno, como lo que es. No quería matarlo. La profundidad no era demasiada, y la sangre no salía tan bruscamente como la de mi labio partido. Lo dejé ahí, esperando a que alguien lo encontrara. Todavía me quedaba mucho más que jugar con esta preciosidad...

Narra Louis.

Oí voces. Alejadas,pero las oía. ¿Era un ángel lo que había delante mía? Abrí los ojos y no...Era un hombre vestido de blanco intentando reanimarme.

-Mierda...-gruñí.

-Se ha despertado. Está bien. Llévalo a su casa,chaval. ¿No decías que lo con...?

Las palabras se cortaban. Estaba mareado. Me fijé en la persona con la que ese hombre-ángel estaba hablando.Deseé con todo mi corazón que no fuera Harry. Lo miré y no...Era Matt. Gracias a Dios,a la virgen y a los putos angelitos que parecía que rondaban por todas partes. Y en seguida ,reconocí donde estaba. El maldito hospital. ¿Cómo ha pasado todo esto? Es decir, para que ese ruloso de ojos verdes va por todos los putos lados rajando a la gente. ¿Me estás jodiendo?

-Si claro. Lo conozco. Yo lo llevaré y me aseguraré de que descanse .-afirmó y con rudeza,me cogió del hombro y me apoyé en él, levantándome de esa especie de cama. Hostia, que mareo. Vacilé y me sujetó bien de la cintura.

-Venga Lou. Vamos a casa.

-¿Mattie? -pregunté inseguro y con los ojos entrecerrados.

-Si coño. Soy yo. No te hagas el tonto. Que de tonto no tienes un pelo -rió y yo fruncí el ceño.

Menudo subnormal que tenía de mejor amigo.

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Estaba en la nube de los dioses a la que comunmente llaman cama. Oí un rugido y toqué mi barriga para intentar calmarla, que resultó ser la gilipollez más grande realizada en toda mi vida.

-¿¡PERO QUÉ COÑO ES ESTO?! -Matt irrumpió en la habitación.

-¿Louis? ¿Que cojones te pasa? -preguntó preocupado.

Levanté las sábanas y la fina camiseta que cubría mi torso. Me encontré una cicatriz cosida,que iba desde uno de mis pectorales, -por llamarlo de alguna forma porque yo no tenía ni pectorales ni hostias- hasta el ombligo. Sollocé y miré a Matt confundido.

-¿No te acuerdas? -negué con la cabeza. Realmente no recordaba nada. ¿Qué se supone tenía que recordar?

-Ajá -asintió- Te han rajado la barriga como a un puerco con una navaja, ese es el resumen.

-Qué puta sensibilidad, Matt, me vas a hacer llorar. ¿Quién?

-Eso tendrías que decírmelo tú.

Un vago recuerdo iluminó mi mente, pero lo descarté. ¿Un perro desgarrado? ¿Yo en el suelo, duro como una piedra, con Harry encima mía? Louis, tu imaginación no tiene límites, macho. Mis pensamientos son interrumpidos por el sonido de la puerta golpeándose. Matt abandonó la habitación y yo fruncí el ceño.

-¿Quién es, tío? -grité ciertamente pareciéndome a un chiguagua, por mi tono de voz. Ya sabéis a lo que me refiero. ¿Pero a quién le hablo? Dios mío.

Lo que no me imaginé, es que lo que estaba detrás de la puerta, iba a ser la razón que va a inundar mis pesadillas y sueños más profundos.

Surrender. | Larry Stylinson |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora