2.

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-¡Hey, Louis! ¿Qué miras con esa cara de pasmarote? Hay que ver. - me dio dos besos, y no muy desganado podría decir.- ¡Estás precioso! Aunque un poco desaliñado, pero se te puede mirar.- ríe a su propio comentario y yo no puedo lograr no sonreír, ni ponerme colorado, añadiría.

-Oh, muchas gracias Pelirrosa. Tú tampoco estás mal - le guiño un ojo descaradamente y sonrío.

Pasamos el resto de la tarde haciéndonos bromas, contándonos cosas e incluso me invitó a tomar algo. Salimos del bar de noche, sobre la una de la madrugada. No me importaba, ya que no había nadie en mi casa cuando mi madre decidió llevarse a mis hermanas de vacaciones. Él estaba bastante borracho, yo solo tomé unas copas. Nos sentamos en un banco del parque, en el que había bastantes grupos de macarras. Un escalofrío me recorrió la espina dorsal, y entonces comenté en mi interior. "Louis, corre, alguien te vigila." Pero no me hice caso, porque tampoco estaba tan sobrio como pensaba.

-Uf, Louis, ahora que te miro mejor, tienes un polvo que vaya, vaya. - abrí los ojos de la sorpresa y noté mucha calor de repente.- ¿Tienes un novio que te los eche? Si no tienes, yo no tengo problema en ser el que lo haga.

Noté una fuerte punzada en mi entrepierna y mordí mi labio inferior.

-Siéntate encima mía, tenemos que hacer que la situación sea menos tensa. No tienes por qué tener vergüenza de mí, hombre.-hice caso a su más que petición, súplica, y me senté sobre sus piernas. El dio una vuelta sobre mí y terminé yo debajo de él y él encima de mí.

-Vamos, muñeco, hagamos de esta tarde, una buena.- le miré fijamente a los ojos al oír la palabra que solo mi verdadero amo me dijo. Capturó mis labios en un suave beso, al que no rechisté ni puse objeciones. El beso fue tomando temperatura cuando entremetió su lengua entre mis labios, y yo le dí permiso para que continuara. Noté como mi erección crecía al notar la suya. Realmente necesitaba sexo, ya que Harry me tenía desatendido. Y no se lo iba a negar a aquel chico de pelo rosa (ya que aún no recuerdo su nombre).

Abrí los ojos cuando rozó mi entrepierna y vir a alguien observándome en la oscuridad. Estaba bastante cerca de nosotros, y ni me di cuenta hasta ese momento. El chico pelirrosa se movió frenéticamente al ver que yo no respondía al beso, ya que me quedé en estado de shock.

El chico que nos miraba se adentró un poco más en la luz de una farola y lo observé. Ojos verde esmeralda, facciones desganadas y descuidadas, pelo rizado y tenía la cabeza ladeada, con rastros de furia en los ojos y la cara. No podía ser.

Él estaba en frente de mí. El dueño de mis pesadillas, mis cortes y moratones constantes.

Y esta vez, no era mi imaginación. Lo intuía. Era más real de lo que nunca ha sido.

Él, mi dueño, mi amo.

Él, Harry Styles, estaba ahí.

Surrender. | Larry Stylinson |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora