12.

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La cabeza y lo que no es la cabeza.
Cuando llegué a casa,después de darme una tremenda caminata,a paso rápido,casi corriendo,me metí en la habitación y empecé a bajarme los pantalones.¿Es normal que esté ahora mismo en mi habitación,masturbándome y pensando en el chico que me ha rajado la barriga y que me ha violado?Si,tremendamente normal.
Puse la mano en mi entrepierna y empecé a menear la mano arriba y abajo,sumiéndome en una ola de sensaciones.Por un lado,la excitación,por otro el temor.Pero las dos se unían y se centraban en solamente una cosa.Harry Styles.

Narra Harry.

Soy gilipollas.Realmente,soy un rematado subnormal.He tenido la oportunidad de follar vivo a ese asqueroso muñeco de piel morena,ojos azules y pelo liso.¿Por qué mierda,POR QUÉ COJONES,no lo he hecho?
Que Louis me estaba haciendo perder la cabeza.Me estaba matando.Pero no porque me gustara no,eso es ridículo.Simplemente por que con él,tenía que parar.Esa carita preciosa no se podía descuidar.Lo único para lo que lo quiero,es como un juguete sexual,como si fuera un vibrador.Para utilizarlo,y luego tirarlo a la basura.Como si fuera un muñeco roto.
Y de romperlo,ya me iba a encargar yo.

Narra Louis.

Salí de la habitación cuando estaba totalmente preparado.Cuando me había dado una ducha,para bajar la erección y para quitar el sudor que cubría mi cuerpo,y cubrir la habitación de una manta de colonia,perfume y desodorante para que si alguien entrara,no reconociera el olor a sudor y semen que había.

Salí,y fué salir y algo me azotó la cara.Era Matt.

-¡¿Pero que cojones te pasaaaaaaaa?!-le grité y me puse la mano en la cara,sintiendo el tacto de mi cara hinchándose como respuesta a la gran hostia que acababa de recibir.

-Que eres gilipollas,eso me pa...

-Oye,yo no te he educado para que dijeras esas palabrota,Lou cielo.-habló una voz dulce y tranquila,la cuál solo podía pertenecer a una persona.

-¿Mamá?-me giré para verla y lo supe.Esos ojos verdes y pelos rizados se hicieron presentes en mí mente,acompañados con una sonrisa dulce y una cara igual.-¡MAMÁAAAAAA!

Me lancé a ella como si fuera un niño pequeño que acababa de ver a su madre después de estar en el patio del recreo esperándola y pensando que le había pasado algo.Me abrazó con mucha fuerza y dulzura,y pronto,reconocí la voz de dos enanas detrás suya.Eran mis dos hermanas Phoebe y Daisy.Pero faltaban otras dos.Las saludé con gestos cariñosos y abrazos y acto seguido le pregunté a mi madre donde estaban mis otras dos hermanas.

-Oh,cielo,de eso quiero hablarte.Matt se tiene que ir,al igual que yo.

Le dí un abrazo a Matt y dijo de que lo llamara dentro de poco para quedar y vernos.Acto seguido,mi madre comenzó de nuevo.

-Me voy un tiempo a Nueva York,donde están tus otras dos hermanas.Tienes que quedarte con Phoebe y Daisy mientras yo estoy allí.Lo siento cielo.Tienes todo lo que necesitas en las bolsas que he traido,y he llamado a un tipo de canguro para que te ayude...-la miré, resignado y acepté.

-Y cielo...¿Qué te pasó antes,que entraste en tu habitación tan pronto?

-Ah,nada mamá.-intenté disimular.Se notó que mentí,pero mi madre quiso dejarlo así.Unos minutos más en los que me explicó lo que hacer y se fué.Mi madre se había ido,otra vez.

Estaba sumido en mis pensamientos,cuando tocaron al timbre.Supuse que era el canguro,y fuí a abrir,mientras mis dos hermanas estaban agarrotadas en mis piernas,paralizándome.

Pero lo que vino después,me paralizó todavía más.

Surrender. | Larry Stylinson |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora