Una vida es demasiado tiempo

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Durante el resto de la semana, todo el mundo hablaba acerca de Teagan, la chica que murió. O mejor dicho: que se suicidó.

En todo ese tiempo, la manada estuvo muy alerta, Lydia no detectaba muertes aleatorias, si ella intervenía significaba que algo más fuerte que la mano del hombre había actuado.

Debido a que Stiles había activado la alarma de incendios, la gran mayoría había presenciado la escena. Resultaba ser que la chica se había lanzado del techo de la escuela y se rompió el cuello cuando cayó sobre las escaleras. Dos alumnos dijeron haber visto a alguien más en el techo junto a la chica; pero como nadie más había visto al segundo se descartó.

Y de hecho, los que conocían a la chica aseguraban que nadie podría tener razones para hacerle daño. Al día siguiente no había nadie que no estuviese hablando del suicidio.

-No creó que Teagan tuviese enemigos, excepto talvez Melanie; pero esa víbora es enemiga de todos los que no usen una "microfalda" como ella- había dicho una chica.

-No me sorprendería si hubiese sido un suicidio, siempre ha tenido problemas en casa con su papá. Desde que se volvió alcohólico la ha maltratado mucho - había mencionado otra chica de tercer año.

Todo mundo hablaba de Teagan, unos trataban de imaginarse qué tan miserable debió sentirse para llegar a ese punto. Otros la acusaban de cobarde, argumentando que el suicidio no era la respuesta.

Ningún miembro de la manada conocía profundamente a Teagan, pasaba desapercibida pero era amable con todos.

La escuela había hecho un homenaje para ella, el consejo estudiantil decoró con fotografías y notas el casillero de Teagan.

Todos los profesores dieron un discurso de almenos cinco minutos cada uno acerca de lo valiosa que es la vida. Incluso el profesor Yukimura, quien acababa de empezar a impartir clases en Beacon Hills.

Pero apesar de la tristeza, y del mal tiempo, las clases seguían. Los profesores habían reducido los deberes considerablemente, aunque desde la perspectiva de los alumnos seguían siendo demasiados.

Stiles estaba indeciso acerca de que postura tomar acerca de los deberes. Por un lado le agradaba que hubiese tanto que hacer, lo mantenía ocupado y para el final del día estaba demasiado agotado como para pensar en algo que no fuese los galacismos, la segunda guerra mundial o el nombre de todos los huesos del esqueleto humano. Y por el otro, la cabeza le dolía de tantas noches en vela como para concentrarse correctamente.

Sus horas de sueño habían disminuido considerablemente, y cada vez que lograba caer en la inconsciencia se veía introducido en pesadillas.

No había lugar en donde esconderse. La realidad le estaba aplastando, y las profundidades de su subconciente lo sumergia en la desesperación. No había un punto medio donde pudiese descansar.

Stiles intentó aferrarse a algo, un ancla. Cada luna llena, Scott y los demás hombres lobo se aferraban a un "ancla" para poder mantenerse en control. Stiles pensó en su padre; pero no le ayudo mucho, porque inmediatamente pensó en lo mucho que su padre tenia que hacer para manternerlos a flote él sólo.
Cada vez que Stiles trataba de pensar en alguien a quien aferrarse una pequeña voz en su cabeza le decía cosas poco alentadoras. Por ejemplo cuando pensó en Lydia.

"Apenas y nota cuando estamos en la misma habitación" dijo la voz.

Stiles hizo una mueca e ignoro la voz ¿cómo podía pensar en ello cuando Lydia era su amiga?

"No, sólo es la amiga de la exnovia de Scott" comentó la voz.

De haberse tratado de otra persona Stiles le hubiese dicho que se callará. Pero era una conversación dentro de su cabeza. No podía silenciarla, porqué eran sus pensamientos.

Todo mi amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora